Bzzzzzt...
En una habitación desordenada, con un brillo amarillento proveniente del sol que se ocultaba en el horizonte, el sonido de estática de una radio rompió el antes pacífico silencio.
—?Jajaja! Ni siquiera sé qué hago aquí... supongo que siempre me gustó ser la voz de fondo que alguien debe escuchar —la voz de una mujer salió de la radio, siendo el único sonido en la habitación—. Bueno, ?para qué ocultarlo? Acabo de matar a mi padre. ?Saben? Era un hijo de puta que abusaba de mí cada vez que estaba ebrio. ?Disfruté cada momento! Si ustedes no lo han hecho, deberían. Es tan o más relajante que las drogas.
?Pum!
La chica se quedó unos momentos en silencio antes de continuar hablando.
—?Saben? Yo también estoy ebria... a lo mejor fue por eso que lo maté. Se me cayó su cabeza... esperen... ?listo! —El sonido de algo húmedo al ser puesto sobre una mesa se escuchó después de sus palabras. No hacía falta ser muy inteligente para saber qué era.
Ras... Ras...
Se escucharon papeles siendo revueltos del otro lado, seguidos de un gru?ido frustrado por parte de la chica.
—??Un guion del clima!? ?A quién le importa el puto clima? ?Todos vamos a morir! Sí, eso... él iba a morir de todos modos. Espero que haya sido más doloroso que la muerte por agujero negro —tras quedarse en silencio unos segundos, continuó—. Solo quería decir... que se jodan todos los ricos por dejarnos atrás. Y espero que sus naves se estrellen... si eso es posible.
—Bueno, en cosas más importantes: ?faltan once días para que todos muramos! Procuren... yo qué sé... hacer lo que quieran. Me largo. Ya hice lo que quería.
El sonido de un disparo se escuchó del otro lado de la radio, para luego dar paso a un silencio total que continuaría... hasta quién sabe cuándo.
La luz del sol tranquilizadora y calida del sol fue reemplazada por la luz azul artificial con el caracteristico ruido molesto.
En otro lugar totalmente diferente, el sonido de pasos hacía eco en el gran cuartel de policía, completamente vacío. Jeringas usadas, tanto por oficiales como criminales que se drogaron allí, yacían tiradas por doquier, borrando cualquier distinción pasada.
Crack... crack...
El crujido de las jeringas rompiéndose bajo sus botas llenaba el ambiente. La manga izquierda de su gabardina se movía sin un brazo que cubrir, revelando su ausencia. Finalmente, llegó hasta un cadáver con un agujero en la cabeza, sentado en su propio escritorio. Suspiró.
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—Novato... —dijo Miguel con melancolía, mientras tomaba el hombro del cadáver con su brazo derecho y lo echaba hacia atrás. Los sesos del oficial estaban esparcidos por el área, sin que nadie los hubiese movido.
—?Qué caso tiene limpiar, eh?... —Con tristeza, tomó una silla de otro escritorio cercano y se sentó junto al cuerpo. Era el nuevo, Tristán, llegado apenas unos días antes desde la academia—. Ya ni siquiera puedo saber si de verdad... te suicidaste o te mataron... —Se cubrió el rostro con la mano, exasperado.
Tras un rato en silencio, notó que el teléfono del oficial seguía sobre el escritorio. Tal vez por morbo o simple curiosidad, lo tomó y lo desbloqueó usando la huella dactilar del cadáver.
—"Los recientes informes sobre la aproximación repentina de un agujero negro a la Tierra, por un fenómeno que los expertos no han podido identificar, han puesto patas arriba al mundo. La tasa de suicidios nunca ha alcanzado un pico mayor, y el gobierno sigue tratando de controlar la situación." —el celular reproducía un video noticiero, junto a otro clip.
—"Se recomienda permanecer en casa y-" —La transmisión fue interrumpida por un hombre que lucía inestable. Sus ojos miraban detrás de las cámaras, nervioso, mientras se frotaba las manos sudorosas.
—"?No se te olvida mencionar el reciente aumento de actividad en las estaciones espaciales, Lucía? Creo que todos sabemos a qué se debe... ?no?"
—"Esos son solo rumores, sin fundamentos sustanciales que lo corroboren, Mike. Somos noticieros profesionales-"
Lucía fue interrumpida cuando Mike se reclinó en su asiento, mordiéndose el interior de la mejilla.
—"?Somos plebeyos! Cerdos esperando en la tabla de cortar, mientras los ricos se van a colonizar quién sabe qué planeta. Tú también, cerda..." —Mike hizo una se?al al equipo detrás de las cámaras. Varias figuras masculinas entraron al encuadre. Solo sus espaldas eran visibles desde el ángulo.
—"?Por qué no te desnudas y hacemos las cosas que los cerdos hacen?" Los hombres que obedecieron las órdenes de Mike, sin duda, ya lo tenían todo planeado desde mucho antes. ?Quién sabe? Tal vez incluso desde antes del agujero negro.
Miguel cerró los ojos con impotencia al ver aquel video familiar. Ya todos lo habían visto, y él no era la excepción. Ese solo fue el inicio de algo más que caos sin sentido.
—"?Por favor, no! ?Esperen! ?No! ?Bestias!" —el sonido del vestido de Lucía desgarrándose fue el preludio de lo inevitable. Antes de que los hombres pudieran bajarse los pantalones, Miguel apagó el celular con una expresión amarga.
—Supongo que no quisiste ver lo que seguía, Tristán... Quizá fuiste más inteligente que todos nosotros juntos... pero perdiste la esperanza. Yo no —Miguel se levantó, guardó el celular en el bolsillo de Tristán y lo cargó como pudo, sacándolo del gran cuartel de policía.
Al salir del edificio, Miguel llegó al patio exterior: lúgubre y abarrotado de basura hasta donde alcanzaba la vista. Suspirando, dejó el cadáver de Tristán en un rincón relativamente limpio, si es que algo podía considerarse así en aquel lugar.
Fue a buscar una pala.
?Shfff! ?Shfff! ?Shfff!
Cavaba la tierra áspera y seca, sin rastro del antiguo pasto que alguna vez hizo de ese sitio un lugar bonito. Usando su cuerpo entero para compensar la falta de su brazo izquierdo, Miguel logró cavar una peque?a tumba. Con suerte, duraría los once días que le quedaban a la humanidad.
Arrastrando el cuerpo de Tristán, lo dejó caer dentro de la tumba con un sonido sordo. Se quedó mirando el cadáver con la mirada perdida, inmóvil, como si esperara que algo pasara.
Finalmente, empezó a rellenar la tumba con la misma tierra que había extraído, sin prisas ni palabras.
Solo el silencio lo acompa?aba.