Aliana la guio lejos de la fiesta, caminaron juntas hasta un jardín lateral en donde ya no se oían las voces ni la música. Este era el jardín de la casa de carga por lo que nadie iría hasta allí. La criatura necesitaba un espacio abierto para poder respirar y calmarse, no quería volver al interior sofocante de su habitación.
- Aquí estarás segura, nadie más que nosotros acudimos al jardín de mi madre y debes tener en cuenta que todos están pendientes de la celebración.
Luz miro a Aliana y luego a su alrededor, vio una veintena de luces que pensó que eran peque?os faroles, pero al mirar más de cerca se dio cuenta que eran las flores del lugar que brillaban por bioluminiscencia, sus nervios destrozados comenzaron a calmarse.
- Déjame sola un rato, estaré bien- Luz le dijo a Aliana ya que sabía que la muchacha estaba ansiosa de ver si lograban formarse parejas y si dentro de los afortunados estaban las cabezas al mando de la manada.
- No puedo dejarte sola en este estado, te ves agitada.
Con un tono dulce Luz le comento- Vete a la fiesta y ven por mi más tarde. Para ti este es un momento espacial que se hacen pocas veces y para mí no tiene mayor importancia. Me sentiría muy mal si te lo pierdes por mi culpa, además estoy fascinada con el brillo de las flores, en mi planeta jamás vi algo así. Me relajare viendo que más puedo encontrar.
Aliana agradeció el gesto ya que sus ganas de participar y chismosear eran enormes.
- Este jardín es muy seguro y nadie lo visita, yo pasare por ti más tarde, te lo prometo- Con esas palabras Aliana se retiró, dejando a la humana en el jardín.
Luz comenzó a caminar, estaba maravillada por las diferentes especies de plantas y flores. Con curiosidad y asombro observaba como algunas de ellas tenían luz propia, era solo un pu?ado del total, pero le daban al jardín un toque maravilloso junto a la luz de la inmensa Luna que se posaba sobre todo.
Intento buscar insectos como solía hacerlo junto a sus padres, pero los humanos no tienen buena vista en la noche y por más que se esforzó no tuvo éxito.
Cuando dieron las doce de la noche, Luz estaba pronta a cumplir sus dieciocho a?os desde su nacimiento en el planeta tierra. Sus padres siempre le recordaron que su hora de nacimiento exacta fue a las 00:05 horas y que su madre estuvo todo el día en trabajo de parto. Fue la ni?a más esperada por todos, incluyendo al médico y la matrona.
Luz esbozo una sonrisa llena de anhelo deseando estar con sus padres y persistió concentrada en buscar insectos y mirar cada una de las flores bioluminiscentes.
Lejos de allí, Caspian que estaba en la Plaza central se alertó. Sintió un fuerte impulso a salir del lugar, motivado por un intenso y embriagador aroma. En ese momento él tuvo la certeza de que su compa?era estaba cerca del lugar.
Toda loba mayor de dieciocho a?os podía ser se?alada por la Diosa Selene para ser la Luna del Alfa.
El corazón de Caspian se aceleró, una mezcla de emociones paso por su mente y cuerpo, fueron seis largos a?os que espero para este momento. Guiado por su instinto y sensible olfato llego hasta el jardín donde Luz miraba a la luna, absorta en sus pensamientos dando la espalda a Caspian.
El joven Alfa trago saliva. Su corazón se aceleró aún más, su respiración se entrecorto y sintió el impulso de ver quien era su compa?era.
Mientras Luz miraba la inmensa luna Azul situada en lo más alto del cielo sintió una presencia que la observaba, cuando giro, pudo ver a un hombre, separado de ella por diez metros de distancia. él media al menos 2 metros de altura, era de piel blanca y ojos celestes. Su cabello liso era corto de color negro con peque?os mechones blancos que caían sobre sus ojos, sus rasgos varoniles mostraban el rostro de un apuesto hombre. Vestía un traje negro con camisa blanca ajustada por donde resaltaba una figura tonificada rellenando cada espacio con músculos armoniosos.
Luz no sintió miedo, lo quedo mirando embobada mientras su corazón se aceleraba y sus mejillas se ruborizaban.
Al ver esos enormes ojos verdes Caspian supo quién era, al fin estaba viendo a la criatura. Estaba asombrado por su belleza, pero lo estaba aún más por el hecho de que la Diosa de la Luna la eligió para unirlos, después de todo no es una loba.
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A pesar de su asombro y pensamientos, él no dudo ni un solo minuto en reclamarla como suya, el impulso de tenerla era demasiado grande.
Avanzo hacia la chica intensificando aún más el aroma seductor a miel mezclado con feromonas sólo evidenciables frente a tu compa?era destinado, lo que abrió su apetito y deseo.
Parado frente a ella sus ojos se encontraron, esto provocó que Luz se avergonzara y bajara su vista. Por la cercanía ella pudo percibir su aroma embriagador que la llevo casi a un estado de trance.
Cas sostuvo cuidadosamente su barbilla levantando su cabeza, sus miradas se encontraron nuevamente.
Su pulgar acaricio suavemente sus labios carnosos, después acaricio su rostro con ternura.
Luz no entendía lo que le ocurría. Sentía mariposas, su corazón se aceleraba latiendo fuerte y sus mejillas ardían ruborizadas. Este sería su primer beso, dado a un completo desconocido pero que por alguna razón lo necesitaba con desesperación.
Cas se inclinó con la intensión de besarla, tomo suavemente el rostro de Luz acercándola a él, roso sus labios con los propios y sonrió al ver que esta belleza cerraba sus ojos y estiraba sus labios hacia adelante para corresponderlo. El beso fue tierno, una sensación extra?a pero dulce en donde sus labios probaron los de ella. Por un momento se separaron, para luego dar un segundo beso muy diferente al del primero, este último paso de un beso cálido a uno cada vez más profundo e intenso. El hombre hambriento de deseo lamió sus labios deliciosamente. Luz sintió que le faltaba el aire por su falta de experiencia y se sorprendió por la presencia de nuevas sensaciones en su cuerpo.
Cas se detuvo, la rodeo con un abrazo posesivo y poso su nariz en el hueco de su cuello, aspirando profundo su aroma y hablándole al oído -Al fin te encuentro después de tantos a?os.
Inmediatamente tras hablar, Cas vio la piel erizada de Luz y sintió como el cuerpo de ella se ponía rígido a la vez que se inclinaba levemente hacia atrás. El corazón de la chica se agito esta vez lleno de angustia y el Alfa pudo oler el miedo emanar de ella. Observo su rostro pálido mientras rodaban lagrimas por sus mejillas.
-Por favor no me lastimes - Hablo Luz con una voz ahogada por el miedo.
Cas abrió muy grande sus ojos celestes perturbado por la reacción de su Luna.
- Por favor no me da?es- Hablo nuevamente Luz con su hermosa vos temblorosa.
Cas dio un paso atrás y mirándola a los ojos le dijo- No te haré da?o.
El Alfa estaba destruido, su Luna le temía y él no quería ser rechazado. Su corazón se apretó y maldijo para si el momento en que maltrato a la joven.
- No te da?are - Repitió sus palabras, dando la vuelta se retiró a zancadas del jardín dejando a Luz sola.
El joven Alfa necesitaba pensar de forma clara, pero se le hacía difícil estando junto a ella. Su pecho dolía con cientos de clavadas en su corazón, su respiración entrecortada y jadeante era aún peor. La conexión con un compa?ero es tan fuerte que sentía la necesidad imperiosa de estar junto a ella y reclamarla como su Luna, pero él estaba consciente de que si insistía en este momento podría ser rechazado, cortando toda posibilidad de emparejarse para siempre.
A pesar de que la fiesta estaba en todo su apogeo, el Alfa se retiró a sus aposentos para darse una ducha de agua fría y pensar, maldiciendo mil veces el primer encuentro con la humana en el calabozo, arrepentido por todo lo que hizo, mortificado ya que casi la mata, aun mas devastado por la idea de que su compa?era le temía.
Mientras Aliana se dirigía al jardín en busca de Luz, observo a la distancia a su hermano qué caminaba a toda prisa al ala oeste.
Al ingresar al jardín, Aliana encontró a la chica conmocionada sin embargo Luz no quiso hablar de lo ocurrido.
- ?Viste a mi hermano, te hizo algo? -Pregunto Aliana sin rodeos.
Luz negó con la cabeza - Sólo estoy cansada y quiero volver a mi hogar. ayúdame por favor.
- Fue una promesa, ma?ana temprano hablare con Cristian para que nos ayude, parece que él no encontró compa?era esta noche por lo que no tendrá como escapar a mi pedido.
Aliana no deseaba molestar a su hermano ni al Beta ya que era de conocimiento de todos que estaban sumamente ocupados con la seguridad de la manada y fue por esto que prefirió pedir ayuda a Cristian.
Las dos jóvenes se retiraron a sus aposentos, antes de entrar en ellas Aliana le dio un gran abrazo a Luz deseándole un feliz cumplea?os, entregándole un trozo de Ulcum que fue el primer pastel que ella probo en este mundo de lobos. La chica sonrió y le dio las gracias por el lindo detalle, luego de eso ingreso a su habitación.
Puso el pastel en la mesita junto a su cama, cerro los ojos mientras la invadían una serie de sentimientos, una mezcla de amor, odio, deseo, alegría y tristeza, su corazón ardía. No comprendía los acontecimientos en el jardín, pero tenía claro que deseaba regresar a su hogar y llenarse de todo lo trivial de su mundo.
Comió el Ulcum con lágrimas en sus ojos y se tiró a la cama quedándose profundamente dormida con sus ropas puestas y como era de costumbre, comenzó a so?ar con sus padres.
En el ala oeste de la casa de carga, Cas aun no lograba calmarse, nadie sabía que la humana era su Luna. Como gran estratega, armaba planes para diferentes circunstancias donde su manada podía estar en riesgo o para armar alianzas en beneficio de la paz, pero frente a esto simplemente no podía pensar en encontrar una solución. La necesitaba, pero no podía forzarla.
Salió de sus aposentos de madrugada y camino hacia la habitación de Luz, se quedó parado frente a ella durante una hora con la mente en blanco, no sabía cómo salir de este problema. Abatido y sin una solución, se retiró nuevamente a su habitación donde se dio otra ducha de agua fría ya que el olor de su hembra lo agitaba hasta la médula. Se hecho en la cama e intento dormir sin éxito. Así consiguió llegar a la ma?ana, cansado mental y físicamente, con dolor en su corazón, se quedó encerrado ya que no tenía las agallas de salir sin dirigirse por instinto al lugar de Luz.