*El sol apenas comenzaba a asomarse sobre las monta?as que rodeaban el peque?o pueblo de **Eldara**, pintando el cielo con tonos anaranjados y dorados. El aire fresco de la ma?ana llevaba consigo el aroma a hierba mojada y el sonido distante de los pájaros que anunciaban el inicio de un nuevo día. Para la mayoría de los habitantes de Eldara, este era otro día común y corriente, lleno de rutinas y trabajo. Pero para **Kael**, este día sería el comienzo de algo que cambiaría su vida para siempre.

  Kael era un joven de diecisiete a?os, de cabello casta?o desordenado y ojos verdes que siempre parecían estar so?ando despiertos. Era alto para su edad, pero su complexión delgada y sus manos llenas de callos revelaban su oficio: el de un aprendiz de herrero. Desde que tenía memoria, había trabajado en la fragua de su tío, **Garrick**, un hombre robusto y de carácter fuerte que le había ense?ado todo lo que sabía sobre el arte de forjar metales. Aunque Kael era hábil con el martillo y el yunque, su corazón nunca había estado en ese trabajo. él so?aba con algo más grande, con aventuras, con explorar el mundo más allá de las monta?as que rodeaban Eldara.

  —?Kael! —la voz de Garrick retumbó desde el interior de la fragua, interrumpiendo los pensamientos del joven—. ?Deja de mirar las nubes y ven a ayudarme con este pedido! ?El granjero Ewan necesita su arado reparado para hoy!

  Kael suspir y se ajust el delantal de cuero antes de entrar en la fragua. El calor del horno lo golpeó de inmediato, y el sonido del metal golpeando metal resonó en sus oídos. Garrick ya estaba trabajando en la pieza, sus músculos tensos mientras moldeaba el metal al rojo vivo.

  —Sí, tío —dijo Kael, tomando el martillo y comenzando a trabajar junto a él.

  Pero incluso mientras trabajaba, su mente no podía dejar de divagar. Había algo en el aire hoy, algo que lo hacía sentir inquieto, como si el mundo estuviera a punto de cambiar. Y, aunque no lo sabía aún, estaba en lo correcto.

  ## **El Descubrimiento del Cristal**

  Después de horas de trabajo, Garrick finalmente dejó que Kael tomara un descanso. El joven aprovechó la oportunidad de alejarse del pueblo y adentrarse en el bosque cercano. Era un lugar que conocía bien, un refugio donde podía escapar de la monotonía de su vida cotidiana. Caminó entre los árboles, disfrutando de la tranquilidad y el sonido del viento susurrando entre las hojas.

  Fue entonces cuando algo llamó su atención. Entre la maleza, vio una entrada estrecha que conducía a una cueva. Kael había explorado esa zona muchas veces, pero nunca antes había notado esa cueva. Intrigado, decidió investigar.

  La cueva era oscura y húmeda, pero Kael no tenía miedo. Encendió una antorcha que llevaba consigo y avanzó con cuidado. Las paredes de la cueva estaban cubiertas de musgo, y el aire era fresco y pesado. A medida que se adentraba, comenzó a notar extra?os símbolos tallados en las paredes, símbolos que no reconocía pero que parecían antiguos y llenos de significado.

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  Finalmente, llegó a una cámara amplia en el corazón de la cueva. En el centro de la habitación, sobre un pedestal de piedra, había un objeto que brillaba con una luz tenue. Era un cristal, del tama?o de su pu?o, con un color azul profundo que parecía cambiar de tonalidad con cada movimiento. Kael se acercó lentamente, sintiendo una extra?a atracción hacia el objeto.

  —?Qué eres? —murmuró, extendiendo la mano hacia el cristal.

  En el momento en que sus dedos tocaron la superficie del cristal, una oleada de energía lo recorrió, haciéndolo retroceder. El cristal comenzó a brillar con una intensidad cegadora, y Kael sintió cómo algo se fusionaba con su cuerpo, como si el cristal se estuviera convirtiendo en parte de él. Cuando la luz se desvaneció, el cristal había desaparecido, pero Kael podía sentirlo, como una presencia cálida y pulsante en su interior.

  —?Qué... qué ha pasado? —preguntó en voz baja, mirándose las manos. No tenía respuestas, pero sabía que nada volvería a ser igual.

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  #### **La Llegada de los Mercenarios**

  Kael regresó al pueblo, todavía aturdido por lo que había sucedido. Intentó actuar con normalidad, pero no podía ignorar la sensación de poder que ahora emanaba de él. Era como si el cristal le hubiera dado acceso a una fuerza que nunca antes había conocido.

  Sin embargo, no tuvo mucho tiempo para procesarlo. Al caer la noche, un grupo de jinetes llegó al pueblo. Eran mercenarios, vestidos con armaduras oscuras y capas negras que ondeaban con el viento. Sus rostros estaban ocultos bajo cascos con cuernos, y llevaban espadas y lanzas que brillaban bajo la luz de la luna.

  —?Busquen el cristal! —ordenó el líder, un hombre alto y musculoso con una voz que resonaba como un trueno—. No salgan de aquí sin él.

  Los mercenarios comenzaron a registrar el pueblo, derribando puertas y amenazando a los habitantes. Kael, escondido en la sombras, sintió una oleada de ira y miedo. Sabía que estaban buscando el cristal, y que él era el responsable de protegerlo.

  —No puedo dejar que lastimen a mi gente —murmuró, apretando los pu?os.

  En ese momento, sintió cómo el poder del cristal respondía a sus emociones. Una espada de luz apareció en su mano, brillando con una intensidad que iluminó la oscuridad. Kael no sabía cómo lo había hecho, pero no tenía tiempo para preguntas. Con un grito de determinación, salió de las sombras y se enfrentó a los mercenarios.

  La batalla fue caótica. Kael no tenía experiencia en combate, pero el cristal parecía guiar sus movimientos, dándole una fuerza y velocidad sobrehumanas. Uno a uno, los mercenarios cayeron ante él, hasta que solo quedó el líder.

  — ?Quién eres, muchacho? —preguntó el mercenario, mirándolo con una mezcla de sorpresa y desprecio.

  —Soy Kael —respondió el joven, levantando la espada de luz—. Y este es mi hogar.

  El líder río, pero su risa se cortó cuando Kael lo atacó con una velocidad impresionante. La batalla fue breve pero intensa, y al final, el mercenario se retiró, maldiciendo el nombre de Kael mientras huía con los pocos hombres que le quedaban.

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  #### **El Comienzo de un Viaje**

  El pueblo estaba a salvo, pero el costo había sido alto. Varias casas habían sido destruidas, y algunos de los habitantes habían resultado heridos. Kael sabía que no podía quedarse. Los mercenarios regresarían, y él no podía arriesgarse a poner a su gente en peligro otra vez.

  —Tengo que irme —le dijo a Garrick esa noche, mientras empacaba unas pocas pertenencias—. El cristal... es mi responsabilidad ahora. Tengo que descubrir qué es y por qué lo quieren.

  Garrick lo miró con una mezcla de orgullo y tristeza.

  —Siempre supe que estabas destinado a algo más grande que esto —dijo, colocando una mano sobre el hombro de Kael—. Ve, pero recuerda de dónde vienes. Y ten cuidado, Kael. El mundo allá afuera es más peligroso de lo que imaginas.

  Kael ascendiendo, sintiendo un nudo en la garganta. Con una última mirada a su hogar, partió hacia lo desconocido, listo para enfrentar lo que fuera que el destino le tenía preparado.

  -## **Fin del Capítulo 1**