Capitulo 11 Buscando respuestas
La tarde se alargó hasta las cinco, hora en la que Julie ya estaba cansada y deseaba llegar a casa para relajarse. afuera de la universidad le esperaba Pablo, quien siempre la llevaba a la universidad y la traía de regreso como le habia ordenado su hermano Alexis. Luego de tomar un carruaje publico y llegar a la puerta, algo en el ambiente algo parecía diferente. El sonido de la cerradura fue más pesado de lo normal, y cuando entró, un extra?o olor a vino flotaba en el aire.
“?Otra vez?” Pensó Julie, al reconocer el estado en el que se encontraba su hermano. Alexis estaba sentado en una silla del salón principal, ligeramente mareado, con una expresión algo desali?ada, como si hubiera pasado todo el día en algún tipo de reunión o celebración. La jarra de vino estaba cerca de él, medio vacía. "Seguro que otra vez le rompieron el corazón," pensó con cierto cansancio, aunque con una pizca de comprensión.
Alexis la miró, apenas notando su llegada y la de su escolta, y sonrió torpemente.
-Ah, Julie... ya llegaste. -Su voz sonó algo extra?a, como si las palabras estuvieran saliendo más lentas de lo usual. - Escucha, tenemos que ir a ver a Dorian. Ha abierto una tienda y me dijo que le echáramos un vistazo. Prepárate que tenemos que salir pronto.
Julie se quedó quieta por un momento, observando a su hermano. Sabía que Alexis no solía ser tan impulsivo con los viajes. Si estaba tan ansioso por ir a ver a Dorian, seguro que algo le había sucedido para que decidiera moverse tan rápido. A pesar de su estado, su hermano parecía decidido y querer buscar algo conque distraerse.
- ?Estás bien? Le preguntó Julie, aunque ya sabía la respuesta. -?Otra vez el corazón roto? ?No deberías descansar un poco?
Alexis la miró con una sonrisa forzada, pero no dijo nada sobre eso.
-No, no, no. Es solo que... tengo cosas que hacer. Respondió mientras se levantaba de la silla y se tambaleaba ligeramente, guiándose por la mesa. -Ahora prepárate. Dorian abrió la tienda y... bueno, no quiero llegar tarde. Está emocionado por mostrarnos.
Julie lo observó unos segundos más, claramente sin creer por completo su excusa, pero no dijo nada. Sabía que su hermano era así, a veces se comportaba de manera un tanto impulsiva cuando algo le ocupaba la mente. Y, si bien no estaba segura de qué tan bien estaba realmente, también sabía que su hermano, en el fondo, siempre tenía buenas intenciones.
- Está bien. Me cambio y vamos...?y donde están marta y el peque?o Roan?- Pregunto Julie mientras se dirigía a su habitación.
-ahh.. les mande a comprar algunas cosas para la despensa de estos días, no te preocupes probablemente lleguen mas rato.
-amm esta bien-dijo pensando en que, aunque estuviera cansada, un poco de distracción no le vendría mal. Además, si Dorian había abierto una tienda, seguramente sería algo interesante de ver. Tal vez incluso podría encontrar algo curioso allí.
Poco después, Julie salió de su habitación y vio a Alexis, ahora más erguido y con su actitud usual, aunque el resplandor de su mirada parecía un poco apagado.
Entonces Pablo quien estaba parado a un lado habloo- Se?orito… ?quiere que les acompa?e?.
-?oh no!-dijo Alexis con una sonrisa- será mejor que te quedes a cuidar la casa y espera a tu esposa… talvez lleguemos tarde, pueden hacerse algo de comer.
Pablo solo asintió al escuchar las palabras de su amo.
Alexis y Julie salieron de la casa, y la tarde empezó a caer lentamente mientras se dirigían hacia la tienda de Dorian.
La tienda de Dorian era un lugar vibrante, lleno de vida. Las paredes estaban adornadas con telas de colores vivos que contrastaban con el ambiente sencillo del resto de la ciudad. A pesar de ser un establecimiento modesto en comparación con algunas grandes casas comerciales, el lugar tenía un aire único, acogedor, casi como si se tratara de una mezcla entre una tienda y una especie de casa social. Varios clientes charlaban animadamente entre sí, mientras la música suave de un instrumento de cuerda, tocado por un joven que se hallaba al fondo, llenaba el espacio. El sonido del violín se entremezclaba con el murmullo de voces y el tintineo de copas, creando un ambiente cálido y a la vez relajado.
Los meseros, todos ellos esclavos, se movían rápidamente entre las mesas, sirviendo bebidas y peque?os bocados. No era un secreto que Dorian, como hijo de un comerciante adinerado, prefería tener esclavos en lugar de empleados. En sus ojos, los esclavos eran más confiables, menos complicados que los trabajadores libres. Sin embargo, Julie no podía evitar sentirse incómoda al verlos moverse con una servil actitud, como si no tuvieran opción alguna más que cumplir con sus deberes.
Alexis, a pesar de no ser un hombre extremadamente elegante, se destacaba entre la multitud por su porte y la confianza que emanaba. Con una sonrisa genuina, saludó a Dorian, quien se acercó con un gesto amigo.
-?Alexis, qué bueno verte! Dorian le extendió la mano, sonriendo ampliamente, como si fuera un viejo amigo de toda la vida.
Alexis le correspondió con entusiasmo. -?Cómo va todo, Dorian? Parece que tu negocio está prosperando.
Julie, por su parte, sonrió con cortesía, pero se quedó un paso atrás, observando cómo se desarrollaba la conversación entre los dos. Mientras tanto, su mirada recorrió la tienda, analizando cada rincón, el modo en que los clientes se comportaban, e incluso la música que resonaba suavemente en sus oídos.
Fue entonces cuando el hermano de Dorian, un joven algo tímido, se acercó a saludarla. Julie le dedicó una sonrisa cortés, al tiempo que el lo miraba sin mucha emoción. él, con su rostro ruborizado, intentaba entablar una conversación.
-Hola, Julie... ?Cómo estás? Dorian siempre habla muy bien de ti y... bueno, me alegra mucho verte por aquí.- Su voz temblorosa evidenciaba su nerviosismo, pero él no dejaba de intentar mantener la charla, mientras miraba, por momentos, el suelo y otras veces sus propios zapatos, como si le costara sostener la mirada.
Julie asintió levemente, sin mucho interés en la conversación. En realidad, ya había notado el interés del joven por ella, algo que era obvio incluso para alguien tan poco perspicaz como ella misma. El muchacho no era precisamente guapo, ni sobresaliente en su actitud. A sus ojos, era solo un ni?o, alguien que no la atraía en lo más mínimo. Sin embargo, por cortesía, seguía el hilo de la conversación, aunque sus pensamientos estaban lejos.
-Sí, todo bien, gracias. La tienda está muy bonita- respondió con una leve sonrisa, mientras sus ojos se deslizaban por el entorno, observando las personas que se encontraban cerca. A veces solo asentía a lo que él decía, mientras su mente vagaba a otros pensamientos. Era como si no escuchara realmente lo que el joven decía, tan centrada estaba en sus propios pensamientos.
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El joven, sin saber cómo continuar, parecía tropezar con sus palabras. -?Te gustaría ver algo... algún artículo en particular? Dorian tiene muchas cosas nuevas que... que podrías encontrar interesantes.
Julie asintió sin realmente escuchar, y su mirada pasó por encima de los objetos en exhibición, con poca atención a lo que él estaba mencionando. Su mente se centraba en los recuerdos, en el pasado, en su propia situación en el mundo. Aunque su hermano estaba inmerso en una conversación animada con Dorian, ella no podía evitar sentirse desconectada de la charla.
Mientras tanto, Alexis, observando la dinámica entre su hermana y el hermano de Dorian, sonrió para sí mismo. Sabía lo que sucedía, pero no hizo comentario alguno. Aunque se divertía viendo cómo Julie se mantenía algo distante, no estaba dispuesto a intervenir. Después de todo, su hermana había pasado mucho tiempo creciendo en un entorno que le había dado una gran perspectiva, pero a veces parecía no tener paciencia para los afectos juveniles.
Con un ligero suspiro, Julie miró a su hermano, y luego a su alrededor, mientras el joven seguía hablando sobre la tienda, sin saber que para ella todo aquello ya no tenía mucha importancia.
*****
Alexis estaba sentado en una mesa, observando cómo Julie se mantenía distante, conversando con el hermano de Dorian. No era que le molestara, al contrario, él sabía que su hermana no era muy aficionada a las conversaciones triviales, especialmente con alguien como el joven. Mientras tanto, él decidió sacar el tema de su antiguo amigo Hugo quien era el tercer hijo de algún noble y que había sido su amigo en la universidad, algo que le venía rondando la mente desde que entró a la tienda.
Con un leve suspiro, Alexis se giró hacia Dorian y, sin más preámbulos, le preguntó.
-?Sabes algo de Hugo? …me dijo que postularia como asistente del profesor en la universidad. Me dijo que había hecho la postulación, pero no he sabido mucho más.
Dorian, siempre amable y dispuesto a hablar de sus conocidos, asintió rápidamente y sonrió al recordar a Hugo.
-Sí, claro. Me enteré que lo aceptaron como asistente, parece que le irá muy bien. Es un buen chico, de hecho, Hugo ha estado bastante emocionado, aunque a veces parece estar presionado por la carga de ser solo asistente y no profesor. Sabes que le encanta competir, y en ese mundo, ser profesor es todo un logro.
Alexis frunció el ce?o levemente, recordando cómo Hugo siempre había tenido una competencia sana pero feroz hacia él. Dorian continuó:
-Aunque, la verdad, él te envidia un poco, sabes... Dice que tú, siendo tan joven, ya estás tan adelantado y que no has aceptado ese cargo. Tal vez piensa que debió haberte superado en eso, pero no lo ha logrado. Si yo fuera él, estaría un poco celoso. Hugo tendría que esforzarse mucho para llegar a ser profesor, pero por ahora solo es asistente.
Alexis, escuchando esto, no pudo evitar sentir algo de incomodidad. La última conversación que había tenido con Hugo había sido algo tensa. Aunque en el fondo sabía que su amigo no lo decía con malicia, siempre había algo entre ellos, como una especie de competencia implícita.
Pero, en lugar de continuar por ese camino, Alexis solo sonrió, levemente, y respondió con desgano.
-No es lo que quiero para mi vida, Dorian. No todo se trata de ser el más inteligente ademas que me gusta mas aprender, que ense?ar... Hay cosas que no se pueden medir en una universidad.
Dorian pareció entender que Alexis no quería hablar más sobre el tema y, al ver que la conversación había cambiado de tono, asintió y optó por no insistir. Pero Alexis no estaba interesado en seguir con esas discusiones triviales sobre la universidad. Había algo que realmente necesitaba saber, algo más urgente.
-Hablando de cosas más importantes... Necesito un favor, Dorian. Alexis inclinó la cabeza hacia adelante, su tono ahora más serio. -Quiero saber cómo conseguir un pase para el mercado negro. Algo... para entrar al bajo mundo.
Dorian lo miró sorprendido por un momento. No era común escuchar ese tipo de petición en su círculo, especialmente no de alguien como Alexis, que parecía tener una vida resuelta, lejos de esos mundos oscuros. Sin embargo, al ver la determinación en los ojos de Alexis, Dorian entendió que no estaba haciendo una broma.
-?El mercado negro, eh?- Dorian se rascó la barbilla, pensando por un momento antes de responder. -Es peligroso, ?sabes? Y conseguir un pase no es fácil. Tendrás que ir con mucho cuidado... no es algo que cualquiera pueda conseguir sin despertar demasiada atención. Hay varios contactos, pero no son de fiar. Si no te preparas, podrías meterte en problemas. Pero bueno, conozco a algunas personas... Déjame pensar.
Alexis asintió, sabiendo que si alguien en la ciudad podía ayudarle con ese tipo de cosas, era Dorian. No solo por su influencia y contactos, sino por su habilidad para moverse entre distintos círculos. La conversación se había desviado hacia un terreno más oscuro, pero era lo que necesitaba. La vida en la universidad y el mundo académico no le llamaban la atención. Había perdido el enfoque de su vida, pero ahora empezaba a recordar sentimientos ya casi olvidados.
Dorian miró a Alexis con una mezcla de orgullo y algo de melancolía, como si estuviera tratando de impresionar a su amigo mientras desenterraba recuerdos de su vida familiar. Se recostó en su silla, tomó un sorbo de su copa y luego, con un aire de confidencia, comenzó a hablar.
-Bueno... conozco algunas personas, sí. Pero la verdad es que no todo es tan sencillo. Mi padre siempre fue un hombre muy respetado en los negocios, pero como segundo hijo... no tenía muchas oportunidades de heredar el negocio familiar.- Dorian hizo una pausa, dejando que sus palabras se asentaran, antes de continuar, como si el peso de esas palabras aún lo afectara. -Cuando nací, mi hermano mayor siempre fue el elegido para llevar las riendas. Yo... solo era el segundo, el que estaba destinado a hacer su propio camino.
Sus ojos se nublaron por un momento, como si esas memorias le trajeran tanto una sensación de tristeza como de liberación. Sin embargo, la expresión de Dorian se suavizó cuando comenzó a hablar de lo que había logrado por sí mismo.
-Pero no todo fue en vano. Mi padre, aunque no me dejara el negocio, sí me dio algo de capital para empezar. Y con ese dinero, abrí mi tienda, que no es gran cosa, pero al menos me da algo de independencia. Además, con sus contactos, pude establecerme rápidamente. No heredé el imperio, pero al menos puedo crear el mío propio.
Alexis escuchaba en silencio, asintiendo de vez en cuando, consciente de que Dorian había hecho lo que podía con las cartas que le tocó jugar. A pesar de la aparente felicidad de tener una tienda y algo de capital, Alexis sabía que Dorian no estaba del todo conforme con su lugar en la vida, siempre mirando al horizonte, buscando más.
Entonces, Dorian, con una sonrisa confiada, continuó:
-Y... te contaré algo más, algo que probablemente te impresione. Tengo un contacto... alguien muy importante que puede traernos mercadería directamente del norte. Sí, ese mismo norte del que tanto se habla, el lugar donde se encuentran los famosos inventos de 'Julián'.- Dorian dijo el nombre con un tono reverente, como si hablara de una figura legendaria. -Julián es conocido por sus invenciones. Papel, máquinas, artefactos que desafían las leyes de este mundo... Es un tipo extra?o, pero lo que ha logrado es impresionante. Y tengo un contacto que puede conseguirme algunos de sus productos.
La mención de Julián, el inventor del norte, hizo que Alexis levantara una ceja, interesado. No solo por la posibilidad de obtener esos artefactos, sino porque Julián estaba comenzando a sonar como una figura clave en los cambios que se estaban gestando en el mundo. ?Cómo podía ser que un hombre tuviera tanto poder en sus manos, con productos extra?os?
-?De veras?- Alexis preguntó, su tono reflejando tanto incredulidad como fascinación. -?Tienes acceso a sus productos?
Dorian asintió con firmeza, sintiendo una mezcla de orgullo y cierta arrogancia al revelar ese detalle.
-Así es. Es un buen negocio, pero no es barato. A veces tengo que moverme con cuidado, pero tengo los medios para conseguirlo. Si alguna vez te interesa obtener algo de lo que Julián produce... puedo ayudarte. Claro, te costará, pero en el mercado hay pocos que ofrezcan algo como lo que él crea.
Alexis quedó pensativo. La oportunidad de obtener productos creados por Julián, especialmente si ese invento de papel que había oído mencionar estaba entre ellos, le parecía intrigante. Pues gracias al papel su arte se volvió aun mas fácil de realizar.
-Interesante...- murmuró Alexis, mientras su mente comenzaba a planear las posibilidades. -Tal vez en el futuro podamos hablar más de eso, Dorian. Por ahora, hablemos de lo que necesitamos...
Con una sonrisa ligera, Dorian se acomodó nuevamente en su asiento, sabiendo que la conversación acababa de comenzar, pero que su conexión con Alexis ahora había dado un giro.