Capítulo 2: "La Reprimida Valkíria"
Aun muy alejado del centro de Velmória estaba, ya que apenas pudo subir el gran muro que impedía que los Prófugos tuvieran acceso hacia esas tierras. Parecía estar aún más lejos de lo que creyó, ya que juraba que aquellos riscos iban a ser tarea sencilla, mas ahora se encontraba en un plano protuberante. Alrededor, los árboles parecían carecer de color, como si les hubiesen arrancado su esencia misma, siendo sus tonos grises oscuros y negros. No tan solo los arboles de los alrededores, sino tambien el suelo era rocoso y lleno de cenizas, cosa que al parecer ya se había acostumbrado a encontrarse. Pero, por que tanto de esto en las tierras lejanas? Da la impresión de que el centro de Velmória se redujo en gran cantidad, o quizá daba la sensación de que el reino se estaba quemando poco a poco.
Avanzó a traves de la flora quemada, y tras los arboles de las ramas y hojas abrasadas pudo encontrar civilización, y tierra con gente allí. Mas esta era idéntica en falta de color, los cielos eran opacos, apenas dejando que un rayo de luz del sol, aunque tenue, perpetúe en tierra, aunque sea un brillo que se camufla entre la monotonía del lugar, y no tiene impacto alguno. La ceniza que abundaba en el aire flotaba como si se negara a tocar el suelo, bailando en espirales lentas antes de desvanecerse en la penumbra. No era solo el color lo que faltaba en este lugar… Era como si el tiempo mismo hubiera abandonado estas tierras.
La gente parecía vivir con mascaras enmarcadas con la misma emoción que padecen desde tiempos antiguos, una mascara vacia, que no muestra mas que un blanco en ella. Sin embargo aquellos parecían balbucear frases en susurro, estas sin tener significado alguno, y de movimientos lentos y pausados vivían su vida habitualmente. Aunque se fijó en uno que pasó al lado suyo, y se dejó ver un poco del rostro que se ocultaba tras la mascara... No debió dejar que su curiosidad le ganase, puesto que lo poco que pudo ver era carne roja y sangrienta. Con los ojos bien abiertos comenzó a atravesar el camino que se había formado por las tantas veces que la gente de ese reino perdido marcó con sus pisadas anta?o, aunque extra?amente le daba un fuerte escalofrío al ver a semejantes entes espirituales quienes no se inmutaban ante su presencia.
Una pueblerina de piel blanca y ligeramente transparente, que creía haber escuchado pasos con un ritmo poco habitual, se paró en seco mientras, a su espalda, el nictibio daba paso. Lo detuvo de inmediato, aunque con una voz suave, esta le pidió su brazo izquierdo. Aunque tardó en acceder, le concedió el permiso, y sin rodeos inspeccionó con el tacto la parte superior de la mu?eca, y rozaba suavemente la marca nictibia que Kettei ocultaba tras sus prendas (1), y al verlo a traves de la mascara, le habló con suavidad: "Mmm... No perteneces a ninguna sección conocida de aquí. ?Acaso...? "?Vienes... de otra tierra?" -----le preguntó, a lo que Kettei contestó franco y cortante: "No tengo por que revelarte mis orígenes, menos a desconocidos..." "Tampoco es algo que sea de tu incumbencia". Aunque pensaba como su tacto era tan gélido, pero no como la nieve... sino como algo que ya no pertenecía a este mundo.
La pueblerina se echó atras, y retrocedió, aunque no bajó la compostura, y su voz no se ablandó por mas que la haya ofendido. Ella juraba estar de acuerdo con el, y a pesar de eso continuó, relatando que el lugar donde se paraba no era mas que los alrededores de la tierra principal. Esta sección segun ella era conocida por ser el círculo extraviado de Velmória, la población reprimida, la nación vetada. Y acá la gente vivía en eterna soledad, puesto que ellos, ya eran muertos; su piel pálida y translúcida era rasgo de ello, y como espiritus que como castigo no pueden gozar de entrar a la tierra principal, es que yacen excluidos, solitarios en los confines de la tierra.
A pesar de escuchar con atención la historia mientras le era mostrado como aquellas apariciones se movían lento, no por pereza, sino por el sufrimiento que llevan cargando desde que existen. En general era una población que, por castigo de los gobernantes, el cual se desconoce hasta la fecha, han provocado esa gran depresión, llevandose consigo todo el color que alguna vez esas tierras portaron... Alguna vez. El espíritu vagante de la mujer le avisó que con cuidado se andara, ya que más adelante una sección especial aguardaba. "No te esperan cosas buenas, joven nictibio... No ignores lo que aquellos exiliados promulgan, puede que tu mente cerrada te prive de detalles que dificultaran tu viaje", le advirtió, antes de que el nictibio se dirigiera a los arboles, no sin antes escuchar valuartes palabras.
Kettei avanzó a través de los árboles incoloros y palidos que rodeaban aquel lugar, denotando cómo, a medida que avanzaba, estos parecían recuperar el color, aunque no era porque la depresión se acabara, mas ya estaba avanzando entre las tierras, y estaba entrando en lo que parecía ser su parada. Casi cayó por el precipicio infinito, mas pudo detenerse antes de que eso pasara, y levantar la mirada para observar como unas trozos de tierra flotaban, con largas cascadas de aguas cayendo hacía las profundidades de la infinita caída, quién sabrá hacia dónde parará esa agua. Parecía un campo de batalla dividido en varias tierras flotantes, ya que yacían clavadas en el suelo varias armas como dagas de filo circular, hachas de gran tama?o, y largas lanzas.
Aunque una estaba cerca de él para que saltara y tuviera una mejor vista ante lo que su vista tanto le deleitaba. Pasaba por cada una de las tierras flotantes, y no había rastro de algún ser vivo que viviera allí. No fue hasta que tras una estructura con varios pilares el se encontró, y tras asomarse, lo primero que alcanzó a percatarse, eran un gran trono al fondo de la sala, junto a los pilares que resguardaban cada uno de los tronos, así como las antorchas que encendían el lugar. Parecía ser una especie de santuario, o quizá un matadero, puesto que en las paredes colgaban alas que habían sido arrancadas hace no mucho, porque la sangre parecía estar fresca. Kettei se acercó hacia una de estas recien arrancadas, e hizo una mueca al ver que la sangre seguía cálida, y algunas alas, las cuales ya llevaban dias desde que fueron desgarradas, ya las rodeaban las moscas, así como desprendían un olor nauseabundo.
De un momento se alejó de estas, caminó lentamente hacia el gran trono, y sus pasos resonaban en eco. El trono era mas grande de lo que pensaba, intuyó que una gran figura se sentaba allí, quizá el rey de un imperio, o reina, probablemente. Eso si, empezó a sentir una presencia un tanto extra?a, ya era muy raro como nadie habitaba esas tierras, o estén en un lugar distinto, lejos de allí. Esa sensacion ya la había sentido antes, o acaso su mente, aun fragmentada, le hacía sentir eso, aunque la posibilidad de que no esté allí solo no era descartada.
Empezó a escuchar una clase de quejidos ininteligibles tras una puerta, y al abrirla, no logró divisar ninguna figura. Y al voltearse, creía haber escuchado un crujido detras suyo, Por un instante, su instinto gritó peligro. Demasiado tarde. Algo se movió en su visión periférica. Un destello de metal. Luego, el impacto. Ni bien tiempo de poder pensar le dió, cuando un brazo lo asfixiaba fuertemente del cuello. Quien era aquella persona con la suficiente fuerza como para hacerlo retorcerse de dolor, y sin inmutarse ante el intento del nictibio de liberarse del agarre, el cual era en vano.
-------No me importa las veces que intentes enga?arme. No permitiré que otra farsa mancille la magna historia de las Valkirias ------ relataba aquella con una voz, aunque femenina y suave, se veía cargada por un gran desprecio hacia quien ella creía que Kettei era. Sin embargo, aun con fuerzas para hablar, recriminó que no entendia de a quien se refería, cosa que le hizo recordar lo que aquel anciano le había dicho en su momento. Ella no quería escucharlo como negaba la verdad que ella creía verídica, y ya había posicionado su otra mano en el craneo de Kettei. Este ultimo, intuyó que si no se movía, segundos de vida le quedarían, así que en un momento donde ella soltó ligeramente su agarre para agarrarlo desde el otro lado de su cabeza, lista para ejecutarlo en tanto este diera un ultimo suspiro.
Kettei, recuperando la respiración por un milisegundo, chocó su cabeza contra la nariz de aquella mujer, la cual sangró y lo soltó, solo para cubrirse la nariz. De inmediato empu?o su arma, el cual sus filos curvos volvían a hacerse visibles, en una luz dorada, media blanquecina, y adoptando la postura tradicional de los nictibios, no dudaría en hacerle frente a aquella mujer, siendo su apariencia de una mujer de un tono de piel mas palido a lo habitual, y lo que destacaba era su cabellera pelirroja, con pelos naranjas consigo, y una mascara que solo le cubría los ojos, bastante parecido a aquella imponente lider (2) que alguna vez recordó, e intuyó que era una de las Valkirias.
Apenas pudo reaccionar y esquivar la embestida que aquella Valkiria le atenuó con una velocidad mareante. Y pudo recomponer la postura antes de que ella siguiera atacando, siendo el nictibio quien bloqueando apenas podía, pensando en cómo una Valkiria podía ser mas rapida de lo que recordaba, puesto que Skalhildr, era representada mayormente por su versatilidad fisica, y no tanto su velocidad. Suponía que no había un único tipo de Valkirias.
De un momento a otro, la guerrera parecía desvanecerse, y el viento se quebró a su izquierda. Kettei se giró sobre su eje con la Ketsui No Sojin en mano, aunque no era el unico con un arma. A medida que giraba, ella de su espalda reveló dos hachas de menor tama?o, mas estas parecían ser mas agiles. Con estas, comenzó a atenuar en el, con movimientos rapidos y agiles, que solo bloquear el nictibio podía. Cada golpe venía desde un ángulo diferente, buscando su cuello, su torso, sus piernas, obligándolo a mantenerse en la defensa. Aquella se movía como una ráfaga de viento cortante, con una ligereza que desafiaba la lógica de lo que Kettei recordaba sobre las Valkirias.
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El filo de una de las hachas resultó en un ligero roce en el rostro, que arrancaba ligeros pelos de los amarrados que él tenía, y provocaba que un gran mechon cayera sobre su oreja derecha. Y en vez de retroceder como todo nictibio lo haría, se lanzó como su primer pensamiento le indicaba, y lograba esquivar el segundo golpe de hacha de la Valkiria. Esta ultima dejó expuesta un espacio en el abdomen que Kettei no desaprovechó brindandole un corte en diagonal que dejó una marca en ella, y en respuesta intento propinarle otro certero en la cabeza, mas el nictibio parecía comenzar a adaptarse a la pelea, y bajó la cabeza en cuanto pudo, seguido de una patada a modo de contraataque que la mandaría unos metros lejos de el.
Con un fuerte grito la Valkiria se impuso contra el, y con gran velocidad pudo agarrarlo del rostro y estamparlo contra una de las columnas, quebrantando esta ultima. De inmediato Kettei manejó el arma tan rapido como era posible, sin embargo solo golpeó el aire, ya que por el golpe, su mente empezó a jugar con las ilusiones, y creía haber visto un destello naranja frente a el. Fue muy tarde cuando recibió una fuerte patada en la espalda, que poco hizo que su pecho tocara el suelo, puesto que un fuerte sonido del suelo rompiendose por un potente salto lo alertó, y saltando hacia atras con un reves nictibio que aprendió, la esquivó.
No había tiempo para pensar ni descansar, y ambos continuaron peleando sin pausa alguna. Fue entonces cuando en vez de seguir atacando, observó mejor los alrededores, y cuando la Valkiria atacaba, el esquivaba a placer rebotando en los muros. Esto la enfureció aun mas, y lanzó una de sus hachas en dirección a el, quebrantando aun mas el mismo pilar que impactó minutos antes. Casi en el limite, y con un silbido ensordecedor y agobiante, propio de las Valkirias, logró que Kettei le quitara las ojos de encima por unos determinantes segundos, y cuando el nictibio recuperó la compostura, así como se acababa ese irritable pitido que sonaba en sus oidos, y su vision se aclaraba, la Valkiria ya se había impulsado con una de las columnas, y con las dos hachas en mano, junto a un grito de guerra, descendía agresivamente hacia el. Kettei giró su propio cuerpo en una espiral cerrada, permitiendo que el filo pasara apenas sobre su hombro, al tiempo que su propia arma ascendía en un arco brillante. El atenuador sonido de ambos metales, provenientes de tierras distintas chocando entumeció los brazos de ambos por unos segundos.
El nictibio había esperado al ultimo segundo, puesto que de no ser así, ya no tendría brazos. Al fin cara a cara, ambos se miraron a los ojos, y Kettei pudo observar a traves de una de las ranuras que el casco de la Valkiria su mirada, y de inmediato supo algo que pudo haber terminado la pelea apenas esta hubira mostrado su rostro desde un principio, ya que mas allá de toda esa ira que descargaba en los gritos, el no era capaz de ver eso que ella aun no veía. En eso, soltó una peque?a carcajada entredientes, cosa que extra?o a la Valkiria, la cual con una voz, aun irascible, le preguntó que era lo gracioso, a lo que el calló, y desvió con fuerza sus dos hachas. Junto a eso, bajó el arma y se la guardaba en la espalda mientras cerraba los ojos.
------Por que te detuviste?! Sigamos peleando!! -----le exclamaba la Valkiria, sin embargo el no respondió. De un momento a otro, la voz de la guerrera se hizo mas debil y aguda, en tanto sus piernas temblaban, y con el paso de los segundos, cederían, cayendo sobre ellas mientras repentinamente comenzaba a sudar, y se le agitaba la voz. Kettei se acercó lentamente, y aunque ella creyó que su muerte a manos de un desconocido iba a ser el principal tema de burla, mas fue su sopresa cuando este, con una ligera sonrisa, que parecía mas una mueca, se agachó frente a ella, y le confesó lo siguiente: "No... Tu no tienes esa mirada que caracterizaba a las Valkirias que yo conocí, aunque sin duda tu eres una de ellas..." La guerrera no parecía entender, y se quitó la mascara lentamente, solo para mostrar sus ojos con las pupilas un poco mas dilatadas de lo normal, ya no lo miraban como el creía desde un principio, y Kettei lo retificó:
"Mph, si... Estaba en lo cierto, no tienes una intención asesina, puedo verlo en tu mirada... Ella me dice que aunque este vulnerable no serías capaz de acabar conmigo, no es asi? En tus ojos no veo que sea posible que hagas eso, como un asesino lo haría... Por lo menos no por ahora."
La Valkiria bajó la mirada, y el nictibio le ofreció la mano, aunque esta aun estaba con los vendajes ensangrentados, así que aunque le costaba, se levantó sin ayuda, y lo observó bien, sin embargo este solo se dió la vuelta y continuó caminando por donde el iba en primera instancia. La Valkiria observó como el arma que aquel portaba, sus filos se apagaban, y se esparcían cual chispas al cielo. El nictibio se alejaba, y cuando denotó que se acercaba a la salida del santuario, corrió hacia el en cuanto pudo solo para plantarse frente a el, y suavizar un poco la voz, así como guardaba sus hachas en la espalda.
-------No... Tu no eres ni actuas como el... Creo que te he confundido con alguien mas... Aunque me gustaría saber quien eres en realidad... -----iba a preguntar la guerrera, aunque Kettei, aun dubitativo, pasó de la pregunta, y siguió caminando hacía lo que parecía ser el centro de esta tierra nueva. Sin embargo ella, no dispuesta a permitir esa falta de respeto, extendió el brazo y lo empujó levemente hacia atras. Kettei frunció el ce?o, y quiso apartarla con simples palabras; Acaso ella estaba intentando detenerlo despues de lo que pasó? A lo que la Valkíria, ignorando esa pregunta, cuestionó su saber sobre las Valkirias, o mas especifico que conocía de ella.
-------He visto otras Valkírias con mas instinto que tu... Me pregunto si eso piensan las otras Valkirias de tí -----promulgó el nictibio sin retroceder, causando que esta actúe de inmediato, y lo agarró con fuerza de ambos hombros. "No sabes nada sobre mí... Y ahora me vas a contestar como conoces a Skalhildr" Intuyó, puesto que no había otra guerrera mas formidable y mas instintiva que Skalhildr, la madre de las Valkrias. El nictibio no se molestó en responder, afirmando que había escuchado historias sobre aquella, aunque muy joven era para enfrentarla cuando aun se llevaba a cabo la Gran Guerra.
Ahora a cambio, Kettei tomó en cuenta un comentario suyo mientras era ahorcado. Quien ese farsante del que hablaba? Estaba claro que esto ya empezaba a sonar muy familiar, y creía haber oído un comentario similar hace apenas unas horas. Ella le explicó que se refería a "Lardken", el mismo hombre que el ya había escuchado, y ella continuó detallando como sus trajes eran muy parecidos, y como nadie nunca había visto su rostro, creyó que frente a ella estaba el que segun muchos iba a traer la paz a Velmória. También denotó que aquel "heroe" era otra mentira que se inventaron los gobernantes para traer una falsa esperanza al pueblo, y así tenerlos a su favor, como siempre quisieron.
El nictibio calló, y continuó caminando ahora al lado de la Valkiria, a esta ultima no parecía molestarle que aquel entre en su sección, ya que al parecer tampoco no la veía como una amenaza. Ambos caminaron hasta un gran monumento en el centro, donde la imponente figura de Skalhildr se posaba ba?ada en un metal especial. Aunque lo que le llamó la atencion al nictibio, fue como a que estaba a su lado se rehusaba a mirar la estatua a los ojos. Fue cuando desvió la mirada hacia lo unico a lo que ella carecía, las alas. Ya que estas eran el simbolo de honor principal de las Valkirias, así que intuyó que era alguien reprimida, o castigada severamente por un pecado cometido.
-------Tu no tienes alas... ?Por que? ------preguntó, aunque esta se paraba de costado, dandole la espalda a la estatua, y cruzaba los brazos, mas parecía estar abrazandose a si misma. Kettei recordó haber visto alas recien arrancadas en el santuario en el que lucharon, y al observar bien su espalda, se podía ver a simple vista como tenía cubierta la espalda llena de vendajes ensangrentados, dando la impresion de que la piel aun no se regeneraba por completo, ya que las alas estaban pegadas a gran parte de su espalda y hombros, por eso la piel arrancada iba consigo a las alas (3). Al principio ella se negó, ya que el hecho de solo verla a los ojos, le recordaba lo que sufrió anta?o. Kettei suavizó un poco su voz, y le insitó a que contara un poco mas allá de lo que esta viendo. Unos segundos despues, la Valkiria comenzó a relatar:
"Si... Todo esto ocurrió cuando me negé a ir a la guerra. Ella lo tomó como una ofensa hacia mi naturaleza Valkiria. La guerra contra los Nictibios... era lo mas importante para la madre de las Valkirias, y no ?tuvo piedad alguna cuando se enteró de mi decisión.... Y luego... m-me hizo esto..." Relataba, mientras las lagrimas se le comenzaban a escapar de los ojos, y se cubría para intentar ocultarlo. Aunque Kettei quiso colocar su mano en ella en un intento de consuelo, algo no le permitió hacerlo. Observó con mas detalle los vendajes ensangrentados de ella, y de reojo a la madre Valkiria.
-------Ya veo... Eres una Valkiria reprimida... Alguien que negó su destino con el deber... -----se permitió decir, acercandose un poco mas a la estatua, y como esta parecía reflejar algo, que por culpa de la poca nitidez, y la falta de limpieza recurrente, no se podía ver por completo lo que la estatua reflejaba. Este se volteó, y observó como ella, mas tranquila, observaba con tal desprecio a la estatua, y la manchó con mas barro de la que ya estaba sucia, aprovechando que nadie mas que ellos dos estaban en esa tierra, en ese momento.
"La Masacre Nictibia... Acaso no te promulgaron la idea, de que aquella masacre, realmente era una guerra?" ------preguntó Kettei, quien observó con atención como la Valkiria parecía desahogar su rabia y deseo de recuperar lo que Skalhildr le quitó con una ira que ella no mostró contra el en su pelea. Aquella respondió que siempre decían eso, mas realmente las Valkirias colaboraron con otras razas para perjudicar a los Nictibios, sin embargo, ella antes de seguir, le cuestionó el porque le importaba tanto esa masacre, a lo que Kettei, con la faceta cambiada, mostrando como sus recuerdos de nuevo lo atenuaban, y al voltearse hacia la Valkiria, supo que ya podía mostrarle lo que ocultaba bajo sus vendajes, su marca.
La Valkiria observó con atención la marca, y omiso a lo que Kettei creía, ella negó conocer su origen, y si acaso el estaba tratando de decirle algo, a lo que negó, y en cambio, preguntó acerca del por que esa tierra, como estaba tan vacía, a lo que ella respondió en que, por un evento especial, y la llegada de un hombre que prometía mucho, se iba a celebrar en la tierra principal, y que por motivos obvios, ella fue desechada de ese evento, mientras que las demas Valkirias, dignas, si pudieron asistir.
--------Así que esto no es la tierra principal de la que escuché...----- intuyó Kettei, y la Valkiria le retificó que ambos se encontraban aun lejos de allí, ya que un gran lago las separaba, y la tierra en la que se paraban es la Sección de Las Valkirias, tierra conocida por sus campos de batalla flotantes, y monumentos que honraban a las Valkirias mas dignas que la historia pudo conocer. "Creí haber escuchado de alguien que rechazó su naturaleza hace tiempo... Ciel, es tu nombre?" -----cuestinó el nictibio, y aunque ni una palabra ella soltó, supo que frente ella estaba uno de los pocos que, como ella, veían mas allá de lo que ella era, así como no pretende nada al escuchar el sobrenombre que las demas impusieron sobre ella; "Ciel, La Repugante Valkiria (4)".
(1): Cada sección nace con una marca que distingue a la sección a la que pertenece el portador, y esta se encuentra en la parte superior de la mu?eca de la mano izquierda. Un rasgo distintivo que anta?o se usaba, pero como la palabra de Pynothas dictó, la marca de los nictibios de borrará para siempre, esto para ocultar mas a los nictibios, por eso la reaccion de la aparición que habló con Kettei, puesto que reconoció la marca que este llevaba, y parecía ser antigua. ?O cómo era posible que la aparición tuviera conocimiento sobre las marcas? ?Y cómo pudo reconocer con tal facilidad una que no pertenecía a las cinco principales?
(2): Se refiere a Skalhildr, la madre de las Valkirias. Se cree que, durante la guerra, el padre de Kettei luchó contra ella y perdió el brazo en batalla, despues de que con sus alas de acero, afiladas y versátiles, lo cortara como mantequilla. Estas alas contenían un polvo secreto que proviene del basto infierno, y se especula que reemplazó sus alas para ocultar ese hecho ante el pueblo.
(3): A lo que Kettei se refiere, es que le arrancaron las alas y, junto a eso, gran parte de su piel y huesos. No creía que ella fuese una de las Valkirias condenadas al exilio, a la burla y al sufrimiento eterno. Aunque no tardó en darse cuenta de que también era un simbolo de deshonra hacia la raza Valkiriana.
(4): Kettei creía haber escuchado una fábula, donde se creía que una de las guerreras legendarias, Valkirias, iba a negar y desligarse de sus origenes para siempre, aunque no sin consecuencias posteriores... Quizá esta fábula haya llevado a conocer su nombre.