home

search

Capítulo 3: "El Mar Bajo La Oscura Niebla"

  Capítulo 3: "El Mar Bajo La Oscura Niebla"

  —----Déjame entenderlo una vez más… ?Me estás diciendo que creíste correcto atacarme sin saber quién soy ni cuál es mi intención? ?Por favor! Si me hubieras conocido mejor, esa pelea nunca habría ocurrido —----reclamó el nictibio... quien permanecía junto a la Valkiria, siendo esta quien impuso la ley de las Valkirias, la cual era no diferenciar a nadie que no fuera una de su raza, sin importar lo que fuera o qué hacía allí, sin excepciones. "Vaya regla tan estricta... y cruel a la vez". Opinó, aunque omiso a lo que creía; ella le agradeció por el comentario tan considerado. Y con respecto a esto, él se percató de que en el tiempo en el que estaban hablando, no había ninguna se?al de las hermanas alrededor. Qué extra?o, ya pasó mucho tiempo desde la ausencia, así que se propusieron llegar hasta la tierra principal, que fue donde Ciel creía que esa raza estaría.

  Sin más se encaminaron por los senderos, hasta que este se cortó en el bosque. Aun los árboles verdes, a medida que los atravesían, el color se iba apagando de nuevo, aunque esta vez se tornaban más oscuros los troncos y las hojas, como si algo les hubiera quitado el color. Mientras descendían por el sendero, su mirada se posó en el mar. Una espesa niebla negra lo cubría casi por completo, ocultando las aguas bajo un velo impenetrable.

  Al llegar a las costas, el viento soplaba con un susurro inquietante, como si las voces del pasado aún rondaran en el aire. Las rocas talladas de por allí, gigantes, mostraban algunas legendarias valquirias, quienes observaban el mar cubierto con la niebla con mucha atención. Así también, encima de grandes rocas, habían enormes barcos varados y destrozados se esparcían por la costa, vestigios silenciosos de un pasado olvidado. Se fijaron de inmediato cuando pasaron por encima de las grandes rocas que daban paso a la orilla del gran lago. Ambos acercaron lentamente sus manos hacia la niebla, mas no era posible ver a través de ella, así como cualquier intento de atraveslarla era en vano.

  ------Esta niebla... Creí que podríamos navegar a través de ella. Sin embargo, es tan densa que incluso parece ser sólida... Qué cosa tan inédita. ------comentó Kettei, quien al sentir la superficie sólida, retrocedió unos pasos y se dirigió a Ciel, preguntándole cómo esto era posible, y si había alguna manera de poder desaparecer esta niebla, a lo que esta pregunta hizo que bajara la mirada, y titubeó sobre si privarlo de su información era correcto o no.

  Aunque costó un poco para que las palabras salieran de su boca, tomó fuerzas para relatar cómo, tras muchos a?os, no se había llegado a tal punto, de que se necesitara entrar hacia los mismos confines de un mundo donde la vida no tiene color mismo, y que esta estaba muy alejada de allí, y como no era posible viajar en bote, habría que recurrir a algo más. Aunque ella reclamó no revelar lo que él estaba a punto de ver y que, de hecho, tampoco sabría bien porque lo estaba llevando consigo a un total desconocido. Ambos se encaminaron a pesar de las advertencias, y dentro de un establo donde se guardaba todo tipo de recursos, al final del largo pasillo, aguardaba algo bajo una gran manta sucia y vieja.

  Y al sacarle el polvo de encima, no era más que un hacha clavada en el suelo, mas esta desprendía una luz amarilla blanquecina que iluminó parte del ambiente en cuanto se fue revelada. Kettei dio un paso atrás, sin embargo, Ciel lo agarró del brazo con fuerza, insistiendo que si iba a necesitar algo del centro de Velmória, que no sea alguien cobarde, ya que de otra manera no tendría. Este se le quedó mirando unos segundos a medida que su mirada se iba endureciendo, para después soltarse con la misma fuerza, o incluso más de la que aplicó la Valkiria.

  Aunque le tomó unos segundos reivindicarse, se sentó frente al hacha y adoptó una pose parecida a la meditación. Esto despertó la curiosidad de la Valkiria, la cual le preguntó sin rodeos si acaso conocía el objeto, o había visto algo parecido antes, a lo que él afirmó, probando que en su tierra solo existía uno, pero que por razones que decidió no comentar, ese método de viaje se volvió inutilizable por siempre.

  Por un instante, su mente lo arrastró de nuevo a aquel día fatídico. La última esperanza de salvar a su gente había sido aplastada sin piedad. Aquellos que en el pasado cometieron crímenes imperdonables ahora dictaban el destino de muchos. También como esto no le permitía cerrar por completo los ojos, ni menos concentrarse en la voluntad del viaje como es requerida, así como lo hacía la Valkiria, quien se hizo con un poco de espacio para meditar al igual que él lo hacía.

  Al observar a su lado, denotó como al nictibio le parecía costarle concentrarse, puesto que los recuerdos que le traía ese tipo de vestigios aun perpetuaban en él, siguiendo frescos los recuerdos, aunque amargos. Ella quiso saber qué era lo que le pasaba, a lo que él contestó: "Es simplemente un recuerdo ajeno del pasado, uno muy lejano. Es extra?o cómo el arrepentimiento ajeno pueda afectar a uno a la larga, a pesar de que promulgan que este no es más que pasajero".

  Ciel lo escuchó atentamente, y con estas palabras Kettei alcanzó una postura más relajada, siendo posible el cerrar los ojos con más calma y lentitud. Y cuando ambos permanecían meditando por unos momentos, el alrededor parecía apagarse lentamente y, por así decirlo, desaparecer. Ahora solo quedaban ellos, vagando en la oscuridad, aunque no por mucho, ya que sus cuerpos comenzaron a discernirse en cenizas, para posteriormente disiparse en el aire, sin dolor, aunque con un peque?o escalofrio.

  Varios momentos pasaron, sus conciencias se apagaron por segundos, y cuando abrieron los ojos ya estaban zarpando por los mares en un bote. Sin embargo, estas aguas carecían de color, así como ellos mismos, cuyos cuerpos no parecían ser más que un efecto de la luz, y quizá estén hechos de humo. Miraron a los alrededores y todo era niebla, siendo probablemente un buen indicio de que el viaje está funcionando. Ciel, al tocar las aguas, y como estas se deshacían al contacto, le hizo saber que nunca había viajado a través de los vestigios, ya que otro castigo para las Valkirias reprimidas era el encarcelamiento eterno en la misma sección para la eternidad, aunque ya no más.

  "Estamos en un recuerdo ajeno, así es como funcionan los vestigios. O por lo menos así lo recordaba yo, ya que aquellos que caían en combate soltaban estos vestigios en su camino como espíritus vagantes, como recuerdos de la vida que tuvieron. Este recuerdo es amargo, sin vida, sin chispa... A lo que refiere a alguien que incluso despues de la muerte, en su espíritu sigue acumulando la soledad y un gran vacío. Solo habrá que pasar a través de este lago para llegar... Y a todo esto... "?Dónde vamos?", preguntó el nictibio. Ciel se dio la vuelta para apuntar hacia una tierra que solo se podía acceder por ese método de viaje tan sofisticado; un reino que fue descartado y ocultado a todos. La sección perdida en el tiempo permanecía tras una dimensión distinta a la de ellos, aunque se desconocía la razón por la cual fue enviada más allá de los confines físicos.

  You could be reading stolen content. Head to the original site for the genuine story.

  ------Aquí es donde se resguardan los "Sincolor", los habitantes de estas tierras. Hace tiempo escuché sobre ellos en historias, que relataban como ellos fueron condenados a ser enviados a las profundidades del mundo, por la eternidad. Un castigo cobarde para aquellos quienes se niegan a ir a la guerra, así como fue conmigo. Pareces saber mucho de aquella masacre... ?verdad? ------Preguntó la Valkiria, y Kettei le contestó.

  ------Si... Aun mi mente debe recordar con claridad las cosas... No es algo que recuerde mucho, así que te diré lo que se... Yo tenía claro que no fueron las cinco secciones quienes atacaron la de los nictibios, fueron solo tres. Estos dos ultimos se negaron a participar en aquella "Colusión" (1), y por eso el el "Azote", ordenó desecharlos del mundo... Para posteriormente continuar con el atentado... Que manera mas horrible y cobarde de acabar con las razas. -----relató el nictibio, quien con la cabeza gacha contaba esto, y en momentos olvidaba detalles, signo de su memoria fragmentada, aun sin sanar.

  Mientras navegaban, algo muy lejos ocurría bajo la mirada del Azote, quien, al ser mencionado, aunque a la lejanía, se podía sentir su escalofrío, mas no parecía afectarle mucho, y se mantenía sereno mientras observaba por la ventana hacia las calles, los senderos cuya gente no se veía caminar, así como el silencio abundaba ensordecedor. Solo los graznidos de los cuervos era lo unico que sonaba en aquel ambiente. Skalhildr y Erydnis lo observaban, sin saber muy bien por qué estaba así, como si algo mas allá de lo que ellos veían pasara.

  Fue en eso cuando un joven de ropas desgastadas de colores apagados, así como el rojo tenue y gris se destacaban, con un pelaje desordenado de color negro, con mechas plateadas pasó por el lado, a la presencia de los tres gobernantes. Y se arrodilló frente a la caja que dentro contenía el arma, rozando con suavidad la caja, aunque como sus dedos temblaban, y se le marcaban las venas no daban buen indicio de aquel muchacho.

  Pyrothas se giró lentamente, recitando las siguientes palabras: "Hijo... Nunca te obligué a que vinieras hasta aca... Mas aun despues de todo lo que pasó" . El hijo de Pyrothas lo ignoró; su mirada todavía estaba inmersa en la caja. Ahí fue cuando el Azote soltó al aire un nombre, siendo este "Charles", Al escuchar su nombre, Charles alzó la cabeza, aunque su mandíbula se apretó con furia. No debía reaccionar... y, sin embargo, lo hizo, slo para denotar como aquel muchacho carecía del ojo izquierdo, así como su padre, aunque su ojo derecho no se veía infundido por el intenso rojo como era el otro caso, mas en su mirada se podía ver todo lo que no expresaba, algo que hacía tener ese comportamiento ante su parentesco.

  Ambas lideres observaron con atención, aunque sin intervenir ni decir una sola palabra. Hasta que Pyrothas se acercó y puso su mano en el hombro de Charles en tanto este ultimo bajara la cabeza de nuevo, sin embargo solo ocasionó que su hijo le temblaran las manos por unos segundos, seguido de un movimiento rapido que le obligó a retirar su mano del hombro del chico. Ya parecía que padre e hijo iban a comenzar una disputa, detrás de Charles una silueta se movió con precisión calculada. No hizo ruido al acercarse, pero cuando su mano se posó sobre su mano, su agarre fue tan firme como el acero. Su voz, baja y gélida, se deslizó como un filo de daga, y de ahí una voz le susurró: "Atrevete a hacerlo y no te gustará como terminará esto."

  A rega?adientes, el chico se detuvo, seguido paso a cruzarse de brazos y alejarse unos pocos metros de allí. Aquella mujer de quien provenía aquella voz intimidante, fue reconocida por Erydnis, quien esta ultima se acercó a ella lentamente, para preguntarle que hacía tan lejos de su seccion, a lo que esta confesó con una leve sonrisa no querer perderse tal magno evento por nada del mundo, y mas no iba a permitir que alguien mas lo arruinase. Dijo estas ultimas palabras con un tono que incomodó a ambos familiares, quienes se mantuvieron distanciados despues de aquel suceso.

  Ella se hacía llamar "Vail", por ese nombre fue llamada por su reina, y su aspecto contrastaba un poco con el de su reina, ya que a esta sus armaduras de cueros se veían un poco desgastadas, y con algunas manchas de sangre, aun calidas destacandose. Así como su piel era de un tono menos palido, un poco verde, tambien cabellos marrones y crespos. Casi igualaba la altura de su reina, y las diferencias con esta ultima se contaban por decenas.

  Ya pasaron varios minutos desde que se suponía, aquel iba a llegar, mas no habían noticias, ni signos de alguna posible ubicacion. Sin previo aviso, las estructuras comenzaron a moverse, como si en cualquier momento se fueran a romper, junto a eso una tormenta se llevó a cabo, a pesar de que el cielo estaba despejado hace unos segundos. La tormenta afuera fue lo que hizo que todos se asomaran hacia el gran ventanal, solo para ver como los truenos eran ensordecedores, y los rayos golpeaban algunos hogares.

  De un momento a otro, se escuchó un fuerte estruendo atras de ellos, como si alguien casi rompiese el suelo sobre el que estan parados, y cuando se dieron la vuelta, observaron a un imponente guerrero, de tunicas negras y moradas, yacía agachado en el centro del templo, con la cabeza gacha. "Finalmente estás aquí..." susurró Pyrothas, mientras caminaba lentamente hacia aquel que se esperaba llegar, ahora ya estaba posado frente a ellos, tras la ardua espera.

  Algunos se quedaron perplejos ante lo que estaban viendo, y en la mirada de algunos se veía luz y gloria, y en otros se denotaba una oscuridad y fracaso profundo. En esta oscuridad se podía ver se nuevo la niebla negra que recubría el mar, y como si de una visión se tratase, abrieron los ojos, ya que el bote ya había topado con tierra firme. Ambos guerreros levantaron la mirada, y de primera instancia denotaron un gran bosque con los arboles sin hojas, y troncos que parecían carecer de vida misma.

  Atónitos, soltaron los pies del bote, y en las costas de aquel sitio, no solo se podía sentir el gelido ambiente que a cualquiera un escalofrio le daría sin problemas, sino tambien era raro como no habían sonidos de vida alguna, ni canto de aves, ni insectos, ni viento moviendo las ramas de los arboles, cuyos parecían manos esqueleticas de lo deformadas que estaban, sino algunas voces que recitaban algo inentendible era lo unico, ademas de sus pasos que se podía escuchar allí.

  Ciel intuyó que se trataba de una lengua muerta, que se perdió en el tiempo, y quizá nadie nunca volvió a escuchar acerca de esta lengua, ya que oculta se permaneció durante todos estos a?os que esta tierra fue desechada. Comenzaron a caminar, y llegaron a un sendero, el cual era gris claro, y a cada paso que daban, el polvo que recubría el suelo se levantaba y se arremolina, adoptando por breves segundos la forma de rostros retorcidos en sufrimiento antes de desvanecerse de nuevo en el suelo. Acaso eran los restos de las personas que estuvieron aqui alguna vez, yacen sus cenizas en los suelos? se preguntaron, y aunque cada vez el ambiente se tornaba mas horripilante, algo allí buscaban para que sin importar lo que encontrasen allí dentro, se abrirían paso hasta llegar a donde necesiten llegar, y tomar lo que necesiten tomar.

Recommended Popular Novels