Quitándose rápidamente la ropa le dijo a Luz -Te mostraré algo - mientras cambiaba a su forma de loba.
La escena frente a sus ojos no supo cómo calificarla ?de terror o maravilla? Definitivamente Luz estaba estupefacta. No podía creer lo que veía, se acercó al mismo cachorro del bosque con sus hermosos ojos bicolor y acaricio su pelaje. Murmuro para ella misma “Eres tú, realmente eres tú”.
Luego del evidente shock emocional de la criatura, Aliana retorno a su forma de mujer y se vistió.
- Estoy so?ando o estoy muerta - Se repetía Luz mientras abría sus enormes ojos verdes y se pellizcaba las mejillas, falto poco para darse de cachetadas.
Aliana respondió:
-Todo es real, te explicare todo desde el inicio mientras comes un poco, has estado dormida durante tres días y necesitas alimentarte.
- Tres días - se dijo nuevamente en voz alta a sí misma - Deben estar todos buscándome en Puerto Varas.
Su estómago rugió de hambre y la Omega fue a buscar el almuerzo para ella.
Aliana relato como cayo en la trampa y que sucedió después de aquello. La rama que golpeó su cabeza y del mal entendido que la llevo a sufrir la tortura en el calabozo. Omitió que fue su hermano el Alfa de la manada Luna Azul quien le propino una golpiza que casi la mata. También le hablo de Roxi la sanadora y de cómo su poder mágico ayudo a sanarla.
Se oyeron tres golpes en la puerta y la sanadora ingreso mostrando una cara de sorpresa.
-Al fin has despertado jovencita, soy Roxi - la emoción llenaba sus palabras - Deja que te revise - tomo su pulso y paso sus palmas mientras Luz se mantenía de pie al lado de la mesita que se encontraba atrás de la puerta de acceso mientras esperaba la comida.
Todo estaba bien hasta que Aliana percibió el aroma de su hermano que se acercaba (Ella era capaz de olerlo sólo a diez pasos de distancia al estar dentro de una habitación cerrada).
Salto de su silla y se dirigió a la puerta para impedir que el Alfa ingresara. Esta vez ella no logro cerrar la puerta por completo.
En cuanto Luz oyó la voz masculina, su rostro se desfiguro por la expresión de terror, se acurruco en posición fetal tras la puerta y se orino de miedo en su camisón blanco.
Roxi quién vio toda la escena, se apresuró a cerrar la puerta mientras los hermanos hablaban fuera. Abrazó el cuerpo de Luz que temblaba sin parar al reconocer la voz de su agresor, ella jamás logro ver su rostro debido a la poca luz dentro de la celda, pero nunca olvidaría su voz.
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Las lágrimas corrían por sus mejillas y su cuerpo se balanceaba mientras repetía – No me da?es, por favor, no me da?es - Enterraba su rostro cada vez más entre sus rodillas. Estaba aterrada a pesar de que Roxi intentaba calmarla ahora frotando su espalda.
Antes de ingresar nuevamente a la habitación se logró oír a Aliana – ella está en ropa interior, así que de todas formas no puedes entrar - Después de eso ella entro y dio un portazo.
- ?Qué ocurre? - Aliana se acercó con preocupación al ver la escena.
Roxi le explico a través de su enlace mental que fue una reacción visceral frente al pánico al reconocer la voz del Alfa. - ?No lo vio, pero lo escucho y eso fue suficiente para saber que era su agresor!
Ambas mujeres tomaron el cuerpo tembloroso de Luz mientras le susurraban palabras amables de consuelo -Tranquila, todo va a estar bien, estas a salvo ahora.
La llevaron al ba?o y le dieron una ducha tibia, cuando salieron, le pusieron ropa limpia y la dirigieron a la mesita donde ya estaba servida su comida.
Luz parecía perdida en el espacio, no sabía que creer, le era todo muy irreal y sólo quería arrancar de todo esto.
-Come por favor- le decían ambas mujeres.
Lo primero fue tomar una jarra llena de agua y beberla ávidamente, después de todo fueron tres días de estar inconsciente. Ella miro la comida, se veía algo que parecía un trozo de carne y puré de remolacha. A su lado veía algo con aspecto de uvas pero de color anaranjado y un platillo con lo que parece ser un trozo de torta dulce.
Su angustia era tal, que inicio comiendo la torta. No pudo definir cuál era su sabor, pero estaba deliciosa, esto dio un toque dulce que logro disipar en algo su sufrimiento. Mientras comía esbozaba una sonrisa y sus ojos se giraban en blanco mientras exclamaban - ?MMMMM, QUE RICO! ?Qué es?
-Eso es un postre llamado Ulcum, se hace del fruto de Alfera.
Luz jamás escucho de ellos, pero estaba tan sabroso que siguió comiendo, al menos no era de insectos u otra cosa rara pensó ella.
Continuo con la carne y el puré dulce para finalizar con la fruta. Todo sabia similar, pero a la vez diferente a lo que acostumbraba a comer.
-Cuéntanos de ti por favor- dijo en tono amable Roxi quien tenía curiosidad de todo frente a esta criatura que no parecía ser de este mundo.
Luz miro los ojos plomos de la sanadora, jamás en su vida vio ese color en los ojos de una persona, suspiro tratando de ordenar sus ideas y como si fuera el primer día de clases en una escuela nueva comenzó a presentarse.
-Hola, soy Luz Rivera, soy una humana del planeta Tierra, tengo 17 a?os y pronto cumpliré 18, vivo en la ciudad de Puerto Varas del país Chile del continente Sudamericano del planeta Tierra. En un par de meses entrare a la universidad. Me esforcé en conseguir una beca y actualmente vivo con mis abuelos luego de la muerte de mis padres tres a?os atrás. Hace tres días me dirigía a pie a mi hogar, pero decidí ayudar a un cachorro herido que estaba en el bosque, luego algo golpeó mi cabeza. Desperté en una celda oscura donde me acusaron de bruja y espía, me golpearon en forma brutal he intentaron asesinarme. Hoy desperté con desconocidas a mi alrededor que me preguntan sobre mi vida.
Ambas mujeres escucharon atentamente, mientras Roxi repetía una y otra vez en su mente -Planeta Tierra, ella es de otro planeta o dimensión, eso explica por qué no reconozco su especie.
-Descansa Luz - le dijo Aliana - come, descansa y acumula fuerzas, te prometo que en cuanto te sientas bien te ayudare a regresar al bosque para encontrar el camino a tu manada Puerto Varas. No salgas de la habitación, quiero aclarar que no eres una prisionera, pero no quiero que te expongas a los ojos curiosos de la gente.
Sus palabras se sintieron sinceras - Dejare a una criada contigo por si necesitas algo y un guardia que resguarde la puerta para que nadie te perturbe.