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Capítulo 39: La Verdad Del Fragmento

  La mente de Biel se llenó de una atmósfera densa y misteriosa cuando la puerta se abrió lentamente, emitiendo un crujido agudo que resonó en el vacío. De la oscuridad emergió una figura femenina, su cabello largo y plateado danzaba suavemente mientras caminaba con gracia. Sus ojos brillaban con un tono violáceo intenso, llenos de melancolía y misterio, pero también de una belleza etérea que dejaba sin aliento.

  Biel sintió que su corazón se detenía por un segundo. "?Quién... quién es esta chica tan hermosa?" pensó, incapaz de apartar la vista. Pero al mismo tiempo, un escalofrío recorrió su espalda. La atmósfera había cambiado por completo, su aura comenzó a opacar todo el lugar. La oscuridad que la rodeaba parecía absorber la luz, y su expresión seria intensificaba esa sensación sombría.

  —??Q-qué está pasando!? —exclamó Biel, dando un paso atrás instintivamente.

  Monsfil, quien observaba todo lo que pasaba en el lugar, frunció el ce?o. —"Esto no me gusta... Esa presencia es peligrosa. Debemos estar alertas."

  De repente, la chica sonrió ampliamente, sus ojos violáceos brillaron con una alegría inesperada. Se estiró como si acabara de despertar de un largo sue?o y exclamó con una voz dulce y melodiosa:

  —?Por fin! ?Por fin salí de ese lugar tan oscuro! ?Ah, qué liberación tan maravillosa! —Su voz rebosaba de felicidad, y su rostro ahora reflejaba una alegría pura e infantil.

  Biel quedó completamente perplejo. Sus pensamientos eran un torbellino. "Espera... ?Qué...? ?No era una entidad oscura y maligna? ?Por qué parece tan feliz... y tan adorable?"

  La chica giró sobre sus talones y extendió los brazos hacia el aire, inspirando profundamente. —?Ah! Así que esta es la mente de mi querido portador. Huele tan... ?vacío? Bueno, ?es mi hogar ahora!

  —??Q-qué dijiste!? —exclamó Biel, sin poder contener su sorpresa.

  Monsfil dio un paso al frente, su presencia imponente intentando contrarrestar el aura de la chica. —?Qué quieres decir con "querido portador"? ?Acaso eres otro Rey Demonio sellado hace milenios?

  La chica se llevó una mano a la boca y rió suavemente, como si Monsfil acabara de contarle un chiste absurdo. —?Yo? ?Rey Demonio? ?Jajaja! ?No, claro que no! Yo no soy ningún Rey Demonio.

  Monsfil la miró con desconfianza. —Entonces... ?Quién eres tú?

  La chica colocó sus manos en su cintura y sonrió con orgullo. —Yo soy... ?El Fragmento de lo Infinito!

  El silencio fue sepulcral. La mandíbula de Biel casi tocó el suelo y los ojos de Monsfil se abrieron tanto que casi se le salen de las órbitas.

  —??QUéEEEE!? —gritaron ambos al unísono.

  Biel permanecía atónito, procesando lo que acababa de escuchar. —?Tú... tú eres... el Fragmento de lo Infinito? ?El mismo que toqué hace tanto tiempo y que me trajo a este mundo!

  Aine asintió animadamente, su cabello plateado danzando suavemente. —?Exacto! Yo fui quien te trajo aquí, querido Biel. Tu aura era tan... distinta y especial. ?Sabía que debías ser mi portador!

  —??Querido!? —Biel sintió un calor en sus mejillas—. Oye, espera un momento. ?Entonces tú elegiste traerme aquí? ?Y por qué yo?

  Aine colocó un dedo en su barbilla, pensativa. —Los Fragmentos somos entidades antiguas que guían a Los Enviados en el camino. Cada uno de nosotros contiene el poder de todo. Somos entidades superiores encargadas de ser guías. Pero contigo... pasó algo muy raro.

  Monsfil cruzó los brazos, sus ojos entrecerrados. —?Algo raro? ?Qué quieres decir con eso?

  Aine suspiró, inflando sus mejillas en un puchero adorable. —Al traerte a este mundo, no pude despertar contigo. Algo se interpuso, y por eso no pude estar contigo desde el principio, querido Biel.

  Biel frunció el ce?o. —Entonces... ?ese algo fue lo que te mantuvo sellada?

  Aine asintió. —Sí. Incluso ahora no sé qué o quién lo hizo. Pero por eso no podía hablar contigo ni ayudarte. Solo podía sentir todo lo que te pasaba. —Sus ojos se llenaron de melancolía—. Fue muy solitario...

  Biel sintió un nudo en el estómago al ver su expresión. —Oye... Aine...

  Pero Aine rápidamente recuperó su energía, sonriendo de nuevo. —?Pero eso ya no importa! ?Estoy aquí ahora! ?Y estaré contigo para siempre! —Dicho eso, se aferró al brazo de Biel, abrazándolo con fuerza.

  —??E-espera, ?qué estás haciendo?! —Biel se puso rojo como un tomate, mirando a Monsfil en busca de ayuda.

  Monsfil alzó una ceja, divertido. —Parece que tu Fragmento es bastante... afectuoso.

  Biel gritó, avergonzado. —?No me mires así!

  Aine rió suavemente. —Oh, eres tan divertido, querido Biel.

  —?D-deja de llamarme así! —Biel desvió la mirada, intentando ocultar su sonrojo.

  Biel dijo. —Entonces, Fragmento de lo Infinito... Aine... Si tú me elegiste a mí, ?por qué otros fragmentos no eligieron a mi hermana Charlotte o a mi amiga Yumi y donde está mi amigo Bastián, que paso con él? Según el anciano, el Fragmento elige a las personas.

  Aine asintió con seriedad. —El caso de Charlotte y Yumi es especial. Ellas fueron enviadas aquí por el dios de la creación. Pero respecto a Bastián... no sé nada. Fui sellada justo cuando tu llegaste a este mundo. No tengo idea de quién o qué me selló.

  Biel suspiró, rascándose la cabeza. —Vaya... así que eso fue lo que pasó... Entonces, si no hubieras estado sellada... ?habría tenido otras habilidades?

  Aine asintió alegremente. —?Sí! Pero el destino decidió que las cosas fueran diferentes. Aunque estuviera sellada, podía sentir tu poder. Pude sentir cuando moriste... —Su expresión se oscureció, sus ojos llenos de tristeza—. Me puse tan triste porque no podía hacer nada para salvarte...

  Biel la observó, sorprendido por su sinceridad. —?Aine...

  Ella asintió, sus ojos brillando con lágrimas contenidas. —Pero cuando volviste a la vida... ?Fui tan feliz! ?Salté de alegría, aunque estuviera sellada! Y ahora que la puerta ha sido abierta... ?estaré contigo para siempre! —Sonrió radiante, abrazando a Biel una vez más.

  Biel se puso aún más rojo, su corazón latiendo rápidamente. —?E-espera, no tan cerca! ?M-Monsfil, di algo!

  Monsfil soltó una carcajada. —No tengo nada que a?adir. Esto es más divertido de lo que esperaba.

  —?No es divertido! —gritó Biel, tratando de liberarse del abrazo de Aine, sin mucho éxito.

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  Aine rió alegremente. —?Me alegra estar contigo, querido Biel! ?Prometí que te guiaría y protegería! ?Y no pienso romper mi promesa!

  Monsfil observó la escena con una sonrisa enigmática. —El Fragmento de lo Infinito... ?Quién lo diría? Este chico siempre se mete en los problemas más inusuales.

  Biel suspiró resignado, pero no pudo evitar sonreír levemente. —Supongo que... no estarás tan mal... Aine.

  Aine brilló de alegría al escuchar eso. —?Sí! ?Seremos los mejores compa?eros! ?Ah, estoy tan feliz!

  Mientras Aine reía y Monsfil observaba con diversión, Biel sintió una calidez inesperada en su corazón. Tal vez... solo tal vez, este Fragmento travieso no sería tan mala compa?ía después de todo.

  Aine suspiró profundamente, mirando a Biel con una expresión seria por primera vez. —Hay algo más que debes saber... En este mundo, el único ser con técnica de sellado avanzada es... ese tipo.

  Biel parpadeó, confundido. —?Ese tipo? ?De quién estás hablando?

  Aine cruzó los brazos, su expresión se tornó pensativa. —El único ser con magia de sellado tan poderosa es... Void Lurker.

  —?Void Lurker? —repitió Biel, el nombre le sonaba extra?o y ominoso.

  Aine asintió. —Void es una entidad nacida al igual que nosotros, los Fragmentos. Surgió en tiempos primordiales. Su propósito era entrenar a los Fragmentos para guiar a los Enviados que vendrían en un futuro muy lejano a este mundo. Es... como mi maestro, por así decirlo.

  Biel abrió los ojos de par en par. —??T-tu maestro!? ??Quieres decir que una entidad tan poderosa como tú tiene un maestro?!

  Aine asintió de nuevo, inflando las mejillas. —?Oye, no lo digas así! ?Me haces ver como una novata! —Se cruzó de brazos y giró la cabeza con un puchero adorable. —Aunque... no creo que él haya sido quien me selló. No tiene sentido... Pero si fue él... ?por qué lo haría?

  Monsfil, que había permanecido en silencio hasta entonces, frunció el ce?o. —Nunca había escuchado ese nombre. Y eso que tengo milenios en este mundo.

  Aine sonrió con una pizca de misterio en sus ojos. —Es de esperarse. La existencia de las entidades primordiales y los Fragmentos está oculta. Solo unos pocos conocen la verdad sobre nosotros.

  Biel se rascó la cabeza, tratando de asimilar todo lo que escuchaba. —Entonces... espera un momento. ?Dijiste... primordiales? ?Eso significa que hay más seres como Void Lurker?

  Aine asintió animadamente. —?Así es! En este mundo existen 14 Primordiales. Sus nombres son: Aether Sovereign, Void Lurker, Nyx Revenant, Sylva Evergloom, Infernal Tyrant, Abyss Dreadlord, Celestial Harbinger, Duskborn Phantom, Zephyr Warden, Noctis Doomcaller, Thalrion Stormbringer, Lunara Voidseer y Gravemourn Omen.

  Biel sintió que su cabeza daba vueltas. —??C-catorce!? ?Y dónde están todos ellos?

  Aine se encogió de hombros. —Están distribuidos entre este universo y.… el Megaverso.

  Biel parpadeó varias veces. —?Megaverso? ?Eso es como... un universo gigante?

  Aine soltó una risita. —?Exacto! El Megaverso es otro universo, pero mucho más grande que este. Aunque... sé muy poco sobre él. Solo sé que es inmenso y que existen más de mil dioses allí.

  Biel sintió un escalofrío. —?Más de... mil dioses? —Su mandíbula cayó al suelo—. ??Cómo es eso posible?! ?Eso es una locura!

  Aine asintió enérgicamente. —?Sí! A comparación de este universo, donde solo hay unos cuantos dioses, allá es un lugar vasto y lleno de deidades. Es como una fiesta interminable de seres todopoderosos.

  Monsfil dejó escapar un suspiro. —Ya veo... Así que existen otros mundos fuera de este...

  Biel procesó toda esa información, luego levantó la vista con esperanza. —Entonces... ?Eso significa que Bastián podría estar en ese Megaverso?

  Aine negó rápidamente. —No, él está en este mundo. Lo sé porque el dios de la creación solo puede enviar gente a este universo, no al Megaverso. Allá... se rigen otros dioses.

  Biel frunció el ce?o. —?Otros dioses? ?Cuántos dioses existen en el Megaverso?

  Aine levantó un dedo. —?Más de mil! Es un lugar tan vasto que incluso yo no sé mucho al respecto.

  Biel se dejó caer al suelo, completamente abrumado. —?Más de mil dioses... en un universo gigante...? Creo que... mi cabeza va a explotar...

  Aine le dio unas palmaditas en la espalda, sonriendo dulcemente. —Tranquilo, querido Biel. ?Ya te acostumbrarás! Y además... ?me tienes a mí para guiarte!

  Monsfil observó la escena, negando con la cabeza mientras una sonrisa traviesa aparecía en su rostro. —Este chico... siempre termina involucrado en las cosas más insólitas.

  Biel levantó la vista, suspirando con resignación. —?Por qué siento que mi vida se volvió un enredo desde que toqué ese Fragmento...?

  Aine soltó una carcajada. —?Es porque eres especial! ?Por eso te elegí! ?Y estaremos juntos para siempre!

  Biel se sonrojó, intentando ocultar su cara roja. —?No digas cosas tan vergonzosas!

  Aine simplemente rió alegremente. —?Eres tan divertido, Biel!

  Mientras las risas de Aine resonaban en el aire, Biel solo pudo suspirar nuevamente, aceptando que su vida nunca volvería a ser normal.

  Aine suspiró, observando a Biel con una sonrisa juguetona. —Bueno, basta de charla. Ya es hora de que despiertes, querido Biel. Tus amigos están preocupados por ti.

  Biel asintió, mirando a Monsfil y luego a Aine. —Tienes razón. No puedo quedarme aquí para siempre... Bueno, supongo que nos veremos más adelante.

  Monsfil sonrió con calma. —Claro que sí, joven portador. Todavía tienes mucho que aprender... y yo estaré observando.

  Aine asintió enérgicamente. —?Sí, eso que dijo Monsfil! ?Nos veremos pronto! —Su mirada se suavizó, pero algo en sus ojos parecía ocultar algo. Sin embargo, Biel no dijo nada al respecto.

  —Entonces... hasta luego, Aine, Monsfil. —Biel hizo un gesto de despedida y cerró los ojos, dejando que su conciencia regresara al mundo real.

  ...

  Cuando abrió los ojos, Biel parpadeó varias veces, sus sentidos volviendo lentamente a la normalidad. Se dio cuenta de que estaba acostado en una cama cómoda, el ambiente estaba en silencio, y la luz tenue de la luna iluminaba la habitación. Miró a su alrededor y notó que no había nadie.

  —?Eh? ?Dónde están todos? —murmuró, rascándose la cabeza. —?Me dejaron solo?

  Se estiró lentamente, su cuerpo aún algo entumecido. —Vaya, parece que dormí bastante... Y ya es de noche.

  Justo cuando estaba a punto de levantarse, sintió algo suave y cálido a su lado. Biel giró la cabeza lentamente... y sus ojos se abrieron como platos al ver a una chica dormida junto a él. Su cabello largo y plateado brillaba bajo la luz de la luna, y su expresión tranquila y adorable hacía que su corazón diera un vuelco.

  —?E-espera... qué... QUéEEEEEEEEE?! —gritó, su voz resonando por todo el pasillo.

  En cuestión de segundos, la puerta de la habitación se abrió de golpe, y Yumi, Charlotte, Kaito y Acalia entraron corriendo, sus expresiones llenas de preocupación... hasta que vieron la escena.

  Charlotte cubrió su boca con ambas manos, sus ojos enormes por la sorpresa. —B-Biel... ?Quién es esa chica... y por qué está durmiendo contigo?

  Easton sonrió traviesamente. —?Vaya, vaya! ?Así que estabas disfrutando de buena compa?ía mientras nosotros nos preocupábamos!

  Acalia se cruzó de brazos, su mirada afilada como un cuchillo. —Biel... Tienes cinco segundos para explicar esto.

  Biel agitó las manos frenéticamente, su rostro completamente rojo. —?No es lo que parece! ?Yo... yo me acabo de despertar y ella ya estaba aquí! ?No sé quién es! ?De verdad!

  De repente, Yumi dio un paso al frente, se?alando a Biel con el dedo tembloroso. —?P-perro infiel! ??Cómo pudiste?! ??Y delante de todos?!

  —??Por qué actúas como si yo hubiera hecho algo malo?! ?Ni siquiera sé quién es ella! —protestó Biel, casi al borde de las lágrimas.

  La chica junto a él se movió ligeramente, soltando un suave suspiro. Todos contuvieron la respiración mientras la observaban abrir lentamente sus ojos violáceos y parpadear somnolienta. Al ver a Biel, su rostro se iluminó con una sonrisa radiante.

  —?Ah, querido Biel! ?Te despertaste! —exclamó alegremente y, antes de que él pudiera reaccionar, lo abrazó con fuerza, restregando su rostro contra su pecho.

  —??QUéEEEEEEEEE?! —Biel se puso rojo como un tomate, congelado por completo.

  Yumi temblaba de furia, su aura oscura se intensificó. —?Perro infiel! ??Qué clase de relación tienes con esta chica?!

  Charlotte se sonrojó, mirando a otro lado. —Biel... No sabía que eras tan atrevido...

  Easton no pudo evitar soltar una carcajada. —?Eres mi ídolo, Biel! ?Qué movimiento tan audaz!

  Acalia suspiró, llevándose una mano a la frente. —Esto se está saliendo de control... Como siempre...

  Biel intentó liberar sus brazos, aún en estado de shock. —?O-oye! ?Suéltame! ??Quién eres tú?!

  La chica lo miró con una expresión de inocencia. —?Eh? ?No me recuerdas? Soy yo... ?Aine!

  El silencio llenó la habitación mientras todos procesaban esa información.

  —... ???Aine??? —dijeron todos al unísono, sus rostros llenos de incredulidad.

  Biel sintió que el mundo giraba a su alrededor. —??C-cómo que Aine?! ??Qué haces aquí... y en forma humana?!

  Aine sonrió dulcemente, sus ojos brillando de emoción. —?Ahora que la puerta sellada fue abierta, puedo estar a tu lado en forma física! ?Podremos estar juntos todo el tiempo!

  Biel sintió que su rostro se encendía aún más. —??T-todo el tiempo...?! ?E-eso suena... problemático!

  Aine ladeó la cabeza, sin entender su reacción. —?Problemático? Pero pensé que estarías feliz... ?Siempre dijiste que te sentías solo!

  Yumi comenzó a temblar de nuevo, su mirada fija en Biel. —?Ah! ?Ahora todo tiene sentido! ?Por eso siempre actuabas raro! ?Tenías a otra chica en mente!

  Biel agitó las manos, desesperado. —??Por qué demonios llegaron a esa conclusión?!

  Easton se secó una lágrima de risa. —?Este es, sin duda, el mejor despertar que he presenciado!

  Acalia simplemente se dio la vuelta, murmurando para sí misma. —No entiendo cómo siempre terminamos en situaciones así...

  Biel solo pudo dejar escapar un grito de desesperación mientras Aine lo abrazaba alegremente, sin ninguna intención de soltarlo.

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