home

search

Última Cruzada

  Después de un par de días de servicio e investigación, Aleo está haciendo una práctica rutinaria en el bosque.

  Pasan tranquilamente unos minutos, hasta que escucha algunos ruidos a unos metros de él. El protagonista no se acerca a investigar, sino que se mueve sigilosamente y trepa un árbol para intentar ver algo sin que lo descubran.

  Descubre desde su escondite a un equipo de templarios al acecho; media docena de caballeros de armadura blanca y dorada dirigiéndose hacia la fortaleza a la que sirve Aleo.

  Estos templarios actúan en silencio, y se ven muy bien preparados. Al paso de unos segundos, Aleo hace su aparición...

  Salta desde un árbol y somete en el suelo a uno de los caballeros. Lo levanta con un brazo y usa el Idcwid para atravesar su tráquea con la mano que tiene libre.

  Lo asesina.

  Ahora, arrastra rápido el cadáver hacia un arbusto, sin que los otros templarios lo noten.

  Nota inmediatamente la presencia del líder de la cruzada; un verdugo pesado, llamado Vaux, que no porta casco y usa una armadura imponente, bastante voluminosa. Levanta su alabarda y avisa a sus compa?eros que hay peligro cerca al notar que le falta uno de sus soldados. No muestra mucha preocupación.

  Los templarios hacen una formación circular, o de estrella, dándose la espalda para protegerse entre sí por todos los flancos.

  La defensa es bastante buena. Lo sería para neutralizar a cualquier combatiente común.

  If you find this story on Amazon, be aware that it has been stolen. Please report the infringement.

  Uno de los templarios menciona lo evidente:

  -Nada en el campo de visión, Se?or

  Pero... Todavía tienen un punto ciego.

  La formación implica dejar el centro expuesto. Es un riesgo aceptable considerando la defensa periférica, aunque son fácilmente neutralizables desde dentro. Los 5 caballeros están dando la espalda al centro del círculo.

  Aleo usa su Cwid. Vuelve su cuerpo cenizas y se rearma hacia el interior de la formación sin que los templarios lo noten.

  Ahora, vuelve a usar su intangibilidad parcial para clavar un kunai en el omóplato de una de sus presas, todavía usando el Cwid para que el dolor sea imperceptible ante el templario. Conjura un portal en el suelo, entra, y tira del kunai por medio de una cadena conjurada.

  Casi al instante, se aparece delante del soldado menos prevenido. La sorpresa paraliza al templario, dejándolo vulnerable.

  Aleo conjura por primera vez su espada de fuego para hacerle un corte en la garganta al templario.

  -Hola-, le susurra antes de degollarlo.

  El templario trató de forcejear. Algo inútil, pues, para cuando puso su mano en el antebrazo de Aleo, la incisión ya estaba hecha.

  El corte no fue profundo, sólo lo suficiente para que el caballero se desangrase dentro de unos minutos.

  Por otro lado, la velocidad y fuerza del kunai en el ataque inicial fueron suficientes para jalar hacia abajo al otro caballero, quien murió por ruptura de columna y quedó con quemaduras la mitad superior del cuerpo.

  La situación, que ya era bastante tensa, toma todavía más explosividad.

  Los templarios rompieron su formación. Se alejan y dan la vuelta hacia el centro, mirando los cuerpos de sus compa?eros caídos.

  Vaux se acerca al cadáver más reconocible para inspeccionar la escena, aún manteniéndose alerta de su entorno.

  Uno de los templarios alza la voz:

  -Es obra de un Cwid, Se?or. Un Sec, quizás.

  Aleo volvió a ocultarse, en forma espectral, cerca de ellos.

  Concentrado, dirige la mirada hacia Vaux y lo escucha hablar:

  -?Secwid, dices? Claro. Un Secwid conjuraría una puerta ígnea justo en medio de nosotros.

  Aleo sigue observando, y nota que en la espada de uno de los caballeros está grabada la runa de un culto religioso. Se da cuenta de que los templarios, al menos el de la runa, pertenecen a un culto religioso extinto, llamado Abdo Militia.

  Sabe que la Militia no es el enemigo.

  A pesar de esto, sigue sin confiarse.

Recommended Popular Novels