home

search

Migajas

  Dos guardias, de aspecto similar al que recibió a Aleo en el arco de la fortaleza, caminan a la par.

  -Bien, ni?o, vas a patrullar aquí. No te muevas. Si ves algo raro, sólo... Haz como que no pasa nada. Suerte, novato.- ordena el guardia que camina al frente.

  Tras un suspiro, el otro centinela recarga su espada en la pared y cruza los brazos.

  This tale has been unlawfully obtained from Royal Road. If you discover it on Amazon, kindly report it.

  El primer guardia se retira, dejando al novato completamente solo.

  Para variar, una soga lanzada desde arriba se enreda en su cuello, y alguien tira de ella. Como es incapaz de liberarse, es sólo cuestión de segundos para que se asfixie. El atacante no busca matarlo, así que lo baja con cuidado en cuanto deja de resistirse.

  Antes de caer inconsciente, alcanza a observar a una persona aterrizar frente a él; al parecer saltó desde lo alto del muro. Esta figura se acerca a él y le cierra los ojos, creyendo que ha muerto. Para la suerte del novato, esta persona no le hace nada más.

  Al otro lado del asentamiento, la puerta de la muralla se cierra a espaldas de Aleo. Su sorpresa es notable; la fortaleza se ve más pacífica de lo que esperaba.

Recommended Popular Novels