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Capítulo 3: Cumplir objetivos.

  Luego de aproximadamente seis meses desde que nací, contando de a treinta días, empecé a movilizarme gateando. No debo descuidarme mucho o podría lastimarme, además de que todavía estoy completamente desnudo.

  Justo en este momento, mis padres me están observando desde la entrada de la cueva mientras yo demostraba mi agilidad.

  "?Mira cómo se mueve Luciano!" Gritó mamá con una sonrisa de oreja a oreja.

  "Está creciendo tan rápido..."

  Pasado todo este tiempo, ya había comenzado a agarrarles algo de cari?o a mis nuevos padres. Ellos se comportan muy bien conmigo y son gente muy sacrificada por la forma que les toca vivir.

  "Pronto estará explorando este lugar por su cuenta", comentó Rin.

  "Pero por ahora, asegurémonos de que esté seguro y protegido".

  "?Debemos mostrárselo a Anya!"

  Sobreexcitada, mamá me agarró y me llevó corriendo hacia fuera.

  Rin nos perseguía gritando desde atrás mientras esquivábamos los árboles.

  "?Si sabes que su ni?o es mayor que Luciano y todavía no sabe moverse! ?No quiero que presumas demasiado!"

  Al llegar a la entrada de una cueva cercana, mamá me sostuvo con orgullo, respirando muy agitadamente por la carrera.

  La cueva vecina estaba aproximadamente a unos doscientos metros de la nuestra. Dentro estaba habitada por una mujer que estaba sentada sobre el suelo y un ni?o que, como dijo papá, parecía, a simple vista, mayor que yo.

  La que supongo era la madre del ni?o, tenía su torso descubierto. Era una mujer tan joven como mi mamá; su cabello era largo y oscuro, con un suave flequillo cubriendo su frente. Ella se levantó del suelo al escuchar el alboroto.

  "Rundia, ?qué pasa? Se te ve emocionada".

  Mientras más la seguía mirando, más hermosa se me hacía. Tenía unos ojazos negros que contrastaban con su piel blanca y llevaba puesta una prenda inferior parecida a las de todos los demás; una especie de falda hecha de pelajes negros y blancos. Por más que sea algo primitivo, todo combinaba a la perfección con su esbelto cuerpo.

  Rundia, sin poder contener su entusiasmo, me bajó al suelo y me animó a gatear.

  "?Mira, Anya! ?Luciano ya puede moverse por sí solo!"

  Así que al final esta era la mujer llamada Anya. Entonces, ?cómo se llama la mujer que estuvo el día en el que nací?

  Esta es la primera vez que me encuentro en el territorio de otros humanos, y al parecer todos son humanos 'modernos', por así decirlo. No son como las personas de la era prehistórica que habitaban en el planeta Tierra. Como, por ejemplo, los... homo erectus o neandertales. Es como si estuvieran en su entorno y tuvieran su conocimiento, pero viviendo en el cuerpo de un homo sapiens desarrollado en su plenitud.

  Lo que sí parece ser cierto es que las mujeres tienen hijos a muy temprana edad.

  Bueno, vamos a presumir un poquito, ?no? Je.

  Anya observó mientras yo me desplazaba con algo de supuesta torpeza por el suelo de la cueva. Luego fingí mejorar de a poco.

  "Así que este es tu hijito. Se ve que está creciendo tan rápido".

  Aunque su voz era amable, había una sombra de preocupación que cruzó su rostro al pensar en su propio hijo, que aún no había alcanzado ese hito. Eso es lo que dijo Rin y lo que estoy observando ahora.

  Ellos tienen en su cueva a un animal extra?o; se le pueden ver los ojos brillantes en el fondo de la cueva. ?Será como su guardia? ?O será inofensivo? Mmm... También me acuerdo de que la otra vez vi a un ser con orejas largas que nos observaba desde lo lejos, pero no parecía ir a cuatro patas como este.

  Es más raro este mundo...

  Y así conocí al peque?o, que dijeron que se llamaba Tarún, y a la se?orita Anya. Al ni?o no lo quise mirar mucho porque estaba completamente desnudo, pero pude ver que tenía el pelo negro y la piel más morena que la de su madre. Ver a las personas desnudas es algo que todavía no me acostumbro.

  ***

  Algunos días aburridos después...

  Hoy decidí sacarme una peque?a y tonta duda ante la falta de cosas que hacer y el ya no saber exactamente cuánto tiempo llevo en este mundo. Así me aburría demasiado.

  Vi que nadie me estaba cuidando y me acerqué a una piedra que Rin usa para salir a cazar. Tiene bastante filosos y es algo alargada. Después acerqué un mechón de pelo y lo empecé a refregar contra uno de los bordes filosos.

  Luego de unos segundos, el peque?o mechón se cortó y finalmente pude saberlo, ?tengo pelo casta?o! En mi anterior vida era negro, así que... me encanta.

  ?Me veré más lindo? Quizás en un futuro pueda tener una oportunidad con la se?orita Anya... Na, mentira.

  De pronto se escuchó: "?Suelta eso, Luciano!" Desde el fondo de la cueva, papá venía corriendo super enojado.

  "?Le dije a Rundia que llevarte lejos y presumir iba a causarnos problemas, pero no me hizo caso!"

  Luego de esas palabras, me arrebató la piedra y me dio un golpe en la mano.

  "?Esto no se toca!"

  Rin me levantó con firmeza por debajo de las axilas y me llevó al fondo de la cueva, donde mamá estaba esperando con una mano cubriendo su boca.

  "?Mira lo que tu hijo estaba haciendo!" Gritó Rin, mostrando el mechón de pelo que me había cortado.

  Uh, me la mandé... Todo por estar aburrido.

  Rundia se acercó, observando la situación.

  "Luciano, eso es peligroso. No deberías jugar con cosas peligrosas".

  Me rega?ó suavemente mientras me tomaba en brazos. Se notaba que no le salía el gritarme y enojarse conmigo.

  Entendí la reprimenda, aunque sabía que mi curiosidad y mi deseo de aprender eran más fuertes que el miedo al rega?o. Sin embargo, decidí fingir un poco de arrepentimiento para tranquilizar a mis padres: bajé la mirada, como si entendiera la gravedad del asunto.

  Rin suspiró, relajando un poco su expresión.

  "?Ya entendiste? Solo debes sacarlo fuera para ba?arlo o que vea el lugar. Si no, empezará a hacer estas idioteces por presumido".

  Mamá simplemente se quedó callada mientras me llevaba de vuelta a mi lugar de siempre.

  Pasado un tiempo, seguí gateando por la cueva e intentando caminar. Ellos ya casi que no me vigilaban mucho porque salían más seguido a cazar. Ahora también salía mamá y me dejaban solo en la cueva.

  No entiendo por qué siempre hay buen clima; todos los días tenemos un clima templado o caluroso, lo que hace que estar desnudo todo el tiempo no sea tan malo.

  ?Será posible que estemos en una isla tropical o algo así? A la primera que me haga más mayor, voy a buscar algo para tapar mis partes nobles.

  Me fui gateando hacia el fondo de la cueva a ver qué tal era. En un rato explorando encontré las plumas que intercambiamos aquella vez, pero lo que más me llamó la atención fue que de algunas piedras incrustadas en la pared salían unas diminutas cosas flotando de color amarillo, como si fueran unas partículas. ?Será eso parte de la magia que mencionó la diosa? Y si es así, ?cómo podría aprender a aprovechar su poder? Para colmo, estaban un poco altas para llegar a alcanzarlas.

  Lo raro es que ninguno de mis padres haya mencionado algo sobre esto, porque hasta parecería que dan un poco de iluminación...

  Intenté revolear piedras normales contra las piedras raras, pero mi fuerza no alcanzaba a ser suficiente como para alcanzarlas. Deberé seguir teniendo paciencia y seguir creciendo al menos unos meses más.

  Se escucha movimiento fuera. Mejor vuelvo a mi lugar de siempre, no vaya a ser que me rega?en de nuevo como el otro día.

  ***

  Estuve investigando por aproximadamente seis meses estas rocas... Bueno, si es que quedarse viéndolas cuenta como investigar. Puedo concluir que solo yo puedo ver estas partículas, y creo que podría llegar a tener algo que ver con mi conexión con la diosa.

  Ahora estoy terminando de preparar una piedra con punta super afilada que fui puliendo a golpes durante este tiempo en el que me dejan solo.

  Ya me cansé de gatear, así que ahora, cuando vuelvan mis padres, voy a caminar. Total, mis padres solo van a decir que soy inteligente y bla, bla, bla… No van a sospechar nada, ni les va a parecer raro. Hasta creería que ya estoy en la edad adecuada como para hacer eso. Ya me siento listo, hasta estuve intentando hacerlo hace un rato y me parece que sí puedo.

  Me estoy haciendo mierda las rodillas y las manos de tanto gatear. ?Ya no aguanto más!

  Finalmente, llegaron.

  ?Mamá, solo pido que no hagas la misma idiotez de llevarme fuera otra vez! Bueno, aunque volver a ver a la hermosa Anya no sería una mala idea.

  Mamá tenía una sonrisa en el rostro mientras entraba cargando algunas pocas frutas y papá traía unas ramas y un animal que había cazado. ?Un conejo?

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  "Miren quiénes han vuelto", dijo mamá con voz dulce mientras me miraba.

  Papá dejó su carga en el suelo y se estiró, dejando escapar un largo suspiro.

  "Cada día es peor... Vamos a preparar algo para comer".

  Parecía que iba a comenzar a encender el fuego con las ramas que había traído.

  Este era el momento que había estado esperando. Decidí que era hora de impresionar a todos con mis nuevos logros. Me apoyé en una roca cercana y, lentamente, me puse de pie. La cueva parecía un poco menos grande desde esta nueva perspectiva.

  'Miren esto', pensé mientras daba un paso inseguro, seguido de otro.

  Mamá notó mi movimiento y sus ojos se abrieron de par en par.

  "?Amor, ven rápido! ?Luciano está caminando!"

  Papá giró la cabeza con rapidez y, dejando todo a un lado, corrió hacia donde yo estaba.

  "?Lo está haciendo, está caminando!" Exclamó, su rostro ahora iluminado por el fuego con una mezcla de orgullo y asombro.

  Mamá me levantó por las axilas y me llenó de besos en las mejillas.

  "Estoy tan orgullosa de ti, Luciano. Estás creciendo tan rápido".

  Una vez que me bajó, me volví loco.

  CAMINAR. AGGH... ?CAMINAAAAAAR! ?Sí, YA PUEDO CAMINAR!

  Era el mejor día de mi nueva vida hasta que, corriendo hacia la salida de la cueva, me choqué contra algo. Cuando levanté la mirada, lo vi; él estaba parado mirándome con sus ojos brillantes y su pico alargado. Esta vez noté que había dos de esas partículas amarillas recorriéndole el cuerpo, una en cada brazo.

  "?Por qué estás tan apurado en progresar?" Preguntó con una voz turbia, casi esperando a que yo le respondiera la pregunta.

  Cuando empezó a acercar sus garras hacia mi cara, fue la primera vez que sentí terror de verdad, y también la primera vez en la que parecía un bebé de verdad. Salí arrastrándome hacia atrás, intentando que no me agarrara.

  De repente, una mano firme me levantó del suelo. Papá estaba ahí, con una expresión de protección en su rostro.

  "?Aléjate de mi hijo!" Gritó, colocándome detrás de él.

  Mamá, que estaba trayendo al conejo para cocinar, se acercó corriendo; su rostro estaba pálido.

  "?Qué pasó, amor? ?Estás bien, Luciano?" Preguntó, revisándome rápidamente para asegurarse de que no estaba herido.

  De pronto el hombre pájaro tiró una de sus plumas al suelo, como si estuviera entregándola.

  "Seguiré esperando a ver qué se te ocurre hacer con esto".

  Y con esas palabras, empezó a hacer su risa entrecortada mientras se iba.

  Papá miró a mamá, sin darle importancia a lo que había hablado el pajarraco.

  "Sí, él está bien. Pero ese... tipo apareció de la nada.

  ?Qué quiso decir con eso de progresar?"

  "No lo sé... No me gusta ese hombre".

  Maldito hombre pájaro... acaba de arruinar todos mis planes a futuro. ?Acaso me estaba desafiando? De pronto vino, dijo eso y se fue. Todo muy raro...

  Está bien, pájaro de mierda, acepto tu estúpido desafío. Aun así sea una trampa.

  Por la noche me quedé sacando cuentas sobre a qué edad surgían las cosas en una vida normal, pero realmente no lo sé, nunca me puse a averiguarlo. Si se supone que el próximo paso es aprender a hablar, ?cuánto más debería esperar?

  Al día siguiente, mis padres me regalaron una prenda de ropa hecha con la piel del conejo que habían cazado ayer atada a otra piel. Es la primera vez que tengo algo de ropa, y además, cubre toda mi entrepierna. ?Con qué poco soy feliz!

  Ellos también parecen tener algunas prendas nuevas, en especial mamá, la cual ahora cubre sus pechos más regularmente.

  "Este regalo es porque eres muy inteligente y valiente", dijo Rin mientras me lo terminaba de acomodar alrededor de mi cadera.

  "Ya eres todo un muchacho apuesto, ?eh! Tienes el cabello como el de Rundia".

  Agarró uno de mis mechones con su mano y la deslizó hacia abajo, sintiendo la textura de mi cabello lacio.

  Mientras tanto, mamá se mordía las u?as, sin decir nada.

  La prenda era igual a la de mi papá, una falda corta que cubría todo hasta antes de las rodillas. En los extremos de la 'tela' tiene hecho un gran nudo. Vaya, no me había dado cuenta hasta ahora de que saben hacer nudos, eso es algo interesante para tomar en cuenta en un futuro.

  él me acarició la parte superior de la cabeza y volví a sentir esa electricidad estremecedora en el cuerpo, pero esta vez fue un poco más fuerte y densa que la anterior. Se siente como si tocara algo de metal teniendo electricidad estática en las manos, solo que esa sensación se expande por todo mi cuerpo. Me pregunto qué será el efecto que tiene ese pelo rojo cuando los otros lo tocan.

  No me acordaba de que Rin todavía no había tocado mi único pelo rojo. Lo cierto es que él no demostraba mucho su afecto.

  "?Estás bien, hijo?" Preguntó mamá al ver que me había quedado duro.

  "Debe tener un poco de frío, es por eso también que tenemos que abrigarlo. Estos días no están siendo tan calurosos".

  Con que no eran calurosos se refería a que ahora hay más viento de lo normal, nada más. Igualmente, se agradece que me vistan.

  De pronto, ella le dio un beso en la boca.

  "Gracias por cuidar de él, amor".

  Luego se fueron a sentar sobre una roca tomados de la mano.

  ?Ay, el amor joven! Creo que ninguno de los dos llega a los veinte a?os. Me pregunto cómo se habrán conocido...

  ?Qué será de la vida de sus padres? O sea, mis abuelos.

  La anciana que estuvo en el parto no la volví a ver. Tal vez sí era la partera, como yo creí en un principio, porque no la vi nunca más.

  (Varios días después)

  "?...Y podría ser que estemos ya en febrero? Es posible si contabilizo que nací un uno de enero en el calendario D.L. (después de Luciano), eh... creo que nunca voy a saber con exactitud qué edad tengo", murmuré en silencio.

  Estoy con una ramita haciendo cuentas rápidas sobre la arena antes de que mis padres vuelvan. Creo que ya tengo un a?o y dos meses.

  Mejor borro esto rápido antes de que alguien lo vea... porque ayer pasaron dos ni?as por el frente de la cueva y me miraron raro.

  Rompí enfadado la ramita con la mano mientras pensaba lo que pasó la otra vez con el hombre pájaro.

  "Hoy definitivamente voy a empezar a hablar", murmuré al aire, aclarándome la garganta.

  ?Qué ni?o más malvado soy!

  Esperé sentado al borde de la cueva. La luna se veía tan serena y sola...

  Siempre llena y yo tan vacío...

  Vivo con mi soledad... y cada luna llena pienso en ti... en ti...

  -Luciano se puso a tararear una canción que recordaba de su anterior vida-

  ?Ahí vienen!

  Papá y mamá volvían de otra jornada pobre de recolección y caza. Solo papá cargaba con orgullo tres peces que había atrapado. Al llegar a la entrada de la cueva, ahí me vieron.

  Papá, observando mi mirada, se detuvo a su lado.

  "Tiene esa mirada de nuevo, Rundia. Seguro va a hacer algo raro".

  Me agarró por debajo de las axilas y me llevó dentro de la cueva, seguramente con miedo de que el hombre pájaro volviera a aparecer.

  "Ma... má", dije con un tono vacilante, pero claro.

  Los ojos de Rundia se llenaron de lágrimas instantáneamente.

  "?Amor, lo escuchaste? ?Dijo 'mamá'!"

  Mi padre solo esbozó una sonrisa y se quedó acomodando los pescados. Estaba claro que tenía otras preocupaciones.

  "Mamá y pa... pá", dije, como para equiparar las cosas.

  "Si estás tan mayor, entonces supongo que ya no debes tomar del pecho de tu madre", respondió Rin, prendiendo la fogata para empezar a cocinar.

  ?Qué tenía que ver eso, no? Qué mala onda.

  Rundia se quedó mirándome a los ojos, asombrada. Luego se arrodilló frente a mí.

  "Oh, mi peque?o, estás creciendo tan rápido", murmuró mientras me abrazaba.

  "Pero aún eres mi bebé. Ya empezarás a comer nuevas comidas dentro de poco, no hay que apresurarse".

  A mí me gustaría que se apresurara... ?Quiero carne, no leche materna!

  Luego ella se fue felizmente fuera de la cueva con sus pies descalzos, luego volviendo con algunos corales y cosas brillantes del agua, los que habían utilizado para el comercio de las plumas.

  La seguí mientras ella se dirigía al fondo de la cueva. La vi poner las cosas bajo una hoja y después se puso a susurrar algo mientras parecía rezar con las manos juntas. ?Acaso ellos creen en un dios? Bueno, supongo que será Sariah... ?Supongo?

  Al día siguiente fui a curiosear para ver qué tal la zona esa; al levantar la hoja, noté que estaba llena de corales, conchas de mar y cosas brillantes con formas que no presté mucha atención.

  Ay... ?Creo que me descubrió!

  "Luciano, no deberías faltarle el respeto a nuestro se?or Adán", se escuchó de ella con un tono enfadado. Ya de por sí el llamarme por mi nombre era un indicio de ello.

  Mamá me agarró y me llevó al lugar de siempre.

  "Si eres un ni?o malo, tendrás una vida llena de desgracias", agregó.

  Esto parecía casi surrealista. ?Cómo es que creen en otro ser divino que no es el suyo? ?Quién carajos es Adán?

  No sé qué pensará mi diosa Sariah de todo esto... Pero si les revelo lo que sé, seguro que voy a estar en un gran problema.

  Desde ya, esta es una de las primeras veces que la veo tan enojada conmigo.

  "Ohh", balbuceé, haciéndome el tonto, como si apenas entendiera de lo que hablaba.

  "?Sabes, Luciano? Adán siempre nos protege y nos guía. Es gracias a él que encontramos comida y tenemos salud. Ya lo comprenderás más adelante", dijo y se fue a acomodar la hoja que tapaba todo, para luego volver a rezar. Se sentía como si estuviera pidiendo perdón por el accionar de su hijo...

  ***

  Finalmente, ya tengo la herramienta lista y oculta para usar hoy, es una especie de palo, pero de piedra y con una punta afilada. Algo así como la punta de un pico.

  Al irse mis padres, los saludé y me puse manos a la obra, corriendo hacia donde estaban las piedras con partículas.

  Ahora, al tener alrededor de dos a?os de vida, mi cuerpo era un poco más ágil. Entre trepada y trepada en la pared y piedras, pude llegar a la que estaba más cerca y me puse a intentar romper la pared en donde estaba la piedra incrustada y sobresalida.

  Tardé varios días para romper todo alrededor de la piedra incrustada en la pared, y eso que hice varios días de descanso de por medio. A esa piedra que quité, la puse sobre una de las plumas y le hice un nudo para conservarla ahí dentro. Luego la escondí debajo de las hojas donde yo duermo.

  A los días siguientes hice lo mismo hasta conseguir un total de tres de estas piedras raras. De pronto, mi zona de dormir estaba llena de partículas amarillas volando alrededor. Que no se hayan dado cuenta de esto es una muestra más de que lo más probable es que no puedan ver esas partículas, como les llamo yo.

  Mientras tanto, la vida de mis padres continuó su curso habitual; ellos van y vienen, ocupados con las tareas de recolección, mientras yo estoy metido cada vez más en mis experimentos y descubrimientos en la cueva. Aunque disfruto de la compa?ía de mi familia, sé que mi destino está ligado a la búsqueda de mejorar este mundo y la aventura que me espera más allá de los límites de este hogar.

  Sariah, al final de cuentas tengo que cumplir tus objetivos, ?no? Lo de la supuesta magia en este mundo...

  Aunque yo también tengo los míos.

  "?Has notado cómo ese ni?o siempre está hurgando en la cueva?" Comentó una ni?a a su acompa?ante, mientras observaban desde lejos la entrada de mi cueva.

  "Es extra?o, ?no crees? Deberíamos estar cazando o explorando en lugar de escondernos en cuevas todo el día".

  Su compa?era asintió con la cabeza, pero sin poder evitar sentir curiosidad por mí y mis actividades misteriosas.

  "Sí, es extra?o", respondió con una mirada pensativa.

  "Pero quizás tenga sus propias razones. Tal vez esté buscando algo importante", dijo antes de marcharse junto a la otra.

  Sí, chicas, ya entendí las indirectas hacia mí. Pobre gente, nunca comprenderían lo que estoy haciendo en este momento, je.

  Estas ni?as son las que habían comenzado a pasar más seguido por esta zona. Las dos son bastante parecidas en cuanto a su cabello y ojos negros y también parecen ser de edades similares. Seguro que son hermanas.

  Solo espero que no me molesten.

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