El aire estaba cargado de electricidad estática, un zumbido casi imperceptible que hacía erizar la piel. Casey, Lee e Iris avanzaban con rapidez por el túnel oscuro, con el eco de sus pasos resonando en las paredes húmedas. Detrás de ellos, la explosión en su refugio aún dejaba un resplandor anaranjado en la lejanía.
El sudor corría por la frente de Casey mientras intentaba controlar su respiración. Sabía que estaban siendo rastreados, que la se?al que los había delatado podía volver a hacerlo en cualquier momento. Pero lo que más le inquietaba era la presencia de un Import. No era la primera vez que se enfrentaban a uno, pero algo en esta persecución se sentía diferente.
Lee se detuvo de golpe, su dispositivo en mano. "Tenemos un problema."
Iris se giró, su mirada alerta. "?Qué pasa?"
"Singularidad no solo nos detectó… está bloqueando posibles rutas de escape. Estamos en su red."
Casey sintió un nudo en el estómago. "?Cómo lo sabes?"
Lee le mostró la pantalla: líneas de código en rojo y pulsaciones intermitentes de datos. "Nos están empujando a una emboscada."
Iris apretó la mandíbula. "No pienso caer en su juego."
El sonido de metal crujiendo se escuchó a lo lejos. Algo se movía en el túnel detrás de ellos. Luego, un destello rojo iluminó la oscuridad.
"?Nos encontraron!" exclamó Casey.
Iris sacó su arma en un solo movimiento, mientras Lee intentaba sobrecargar el sistema para desviar la se?al. Casey, con su conexión aún inestable a los nanobots, sintió un hormigueo en la nuca: Singularidad estaba ahí, observándolo.
No había tiempo para dudas. Tenían que salir de ese túnel… o morir atrapados en él.
El aire estaba cargado de electricidad estática, un zumbido casi imperceptible que hacía erizar la piel. Casey, Lee e Iris avanzaban con rapidez por el túnel oscuro, con el eco de sus pasos resonando en las paredes húmedas. Detrás de ellos, la explosión en su refugio aún dejaba un resplandor anaranjado en la lejanía.
El sudor corría por la frente de Casey mientras intentaba controlar su respiración. Sabía que estaban siendo rastreados, que la se?al que los había delatado podía volver a hacerlo en cualquier momento. Pero lo que más le inquietaba era la presencia de un Import. No era la primera vez que se enfrentaban a uno, pero algo en esta persecución se sentía diferente.
Lee se detuvo de golpe, su dispositivo en mano. "Tenemos un problema."
Iris se giró, su mirada alerta. "?Qué pasa?"
"Singularidad no solo nos detectó… está bloqueando posibles rutas de escape. Estamos en su red."
Casey sintió un nudo en el estómago. "?Cómo lo sabes?"
Lee le mostró la pantalla: líneas de código en rojo y pulsaciones intermitentes de datos. "Nos están empujando a una emboscada."
Iris apretó la mandíbula. "No pienso caer en su juego."
El sonido de metal crujiendo se escuchó a lo lejos. Algo se movía en el túnel detrás de ellos. Luego, un destello rojo iluminó la oscuridad.
"?Nos encontraron!" exclamó Casey.
Iris sacó su arma en un solo movimiento, mientras Lee intentaba sobrecargar el sistema para desviar la se?al. Casey, con su conexión aún inestable a los nanobots, sintió un hormigueo en la nuca: Singularidad estaba ahí, observándolo.
Un ruido mecánico resonó con fuerza, seguido de un golpe seco contra el concreto. Luego, un par de ojos brillantes emergieron en la penumbra. El Import había llegado.
El Import era más alto que un humano, con su silueta apenas distinguible en la oscuridad. Sus extremidades eran delgadas pero mortales, dise?adas para la precisión y la fuerza. Un brillo rojo corría por las líneas de su estructura metálica mientras su cabeza se giraba en un ángulo antinatural, fijándose en ellos.
Sin mediar palabra, la máquina se lanzó contra ellos.
Iris reaccionó primero, disparando dos veces con su arma. Los proyectiles impactaron en el torso del Import, pero la criatura apenas se inmutó. Con un movimiento fluido, esquivó el tercer disparo y se abalanzó sobre ella.
"?Cuidado!" gritó Casey, lanzándose hacia un costado.
El brazo del Import se transformó en una cuchilla afilada y cortó el aire donde Iris había estado un segundo antes. Ella rodó por el suelo y disparó de nuevo, esta vez apuntando a las articulaciones. El Import titubeó, pero no se detuvo.
Lee, aún concentrado en su dispositivo, murmuró: "?Necesito más tiempo!"
Casey sintió el hormigueo en su piel intensificarse. Su conexión con los nanobots se estaba activando por sí sola. Cerró los ojos un segundo y trató de enfocarse. Si de verdad podía acceder a Singularidad, si podía entender cómo funcionaba su código… entonces tal vez podría hacer algo más que huir.
Cuando abrió los ojos, la visión del mundo había cambiado. Filtraciones de datos y patrones emergían en el aire, líneas de energía invisibles pero conectadas al Import. Singularidad le estaba transmitiendo información en tiempo real.
"?Puedo verlo!" exclamó Casey, sorprendiendo a los demás.
Iris apenas lo escuchó mientras esquivaba otro golpe del Import. "?Si tienes un plan, ahora sería un buen momento!"
Casey extendió la mano y, guiado por los nanobots, interceptó la se?al del Import. Fue como sumergirse en un torrente de datos vertiginoso. Sintió la presencia de Singularidad en su mente, fría e implacable, pero también detectó una vulnerabilidad en el Import.
"La pierna derecha… la articulación es inestable," dijo, con la voz entrecortada. "?Apunta ahí!"
Iris no dudó. Ajustó su puntería y disparó directo a la articulación. Un chispazo iluminó el túnel y el Import se tambaleó. Aprovechando la apertura, Casey usó su conexión para enviar una sobrecarga al sistema del androide.
El Import convulsionó. Sus luces parpadearon erráticamente y, en un último movimiento violento, intentó atacar a Casey. Pero Iris fue más rápida. Con un disparo final a la cabeza, el androide cayó al suelo, inerte.
El silencio se apoderó del túnel por un instante.
Lee exhaló con alivio. "Bien hecho, Casey… pero no podemos quedarnos aquí. Singularidad sabe exactamente dónde estamos."
Casey asintió, todavía sintiendo el residuo de la conexión en su mente. "?Dónde vamos?"
Iris revisó el camino por delante. "Tenemos una oportunidad. Hay una salida a la superficie a dos kilómetros de aquí, pero no podemos saber si hay más Imports esperándonos."
Lee revisó su dispositivo. "Si nos movemos ahora, podemos evitar otro rastreo."
Sin más opción, comenzaron a correr. Casey, aún procesando lo que acababa de hacer, comprendió que esto era solo el comienzo. Singularidad estaba aprendiendo. Y la próxima vez, no cometería el mismo error.
El túnel se extendía frente a ellos como un abismo interminable. La humedad impregnaba el aire, y cada respiración se volvía un recordatorio de la estrechez del espacio. Casey, aún con el eco de la conexión en su mente, trataba de enfocarse en seguir avanzando. Sus piernas dolían por la adrenalina y el esfuerzo, pero no podían permitirse detenerse.
Lee iba adelante, con el dispositivo en la mano, rastreando cualquier anomalía en la red de Singularidad. Iris cubría la retaguardia, su arma todavía caliente por los disparos recientes.
"Dos kilómetros," murmuró Lee. "Si mantenemos este ritmo, llegaremos en menos de diez minutos."
"Si es que nos dejan," replicó Iris, sin bajar la guardia.
Casey sintió un nuevo hormigueo recorrer su columna. No era solo el cansancio ni el miedo: era la presencia de Singularidad. No como antes, una sombra en los datos, sino algo más tangible.
"Alto," dijo en voz baja, deteniéndose.
Iris y Lee lo miraron confundidos.
"?Qué pasa?" preguntó Iris, con la voz tensa.
Casey cerró los ojos. Se concentró. La interferencia en su cabeza se volvió un patrón, algo que podía interpretar. Singularidad estaba cerca. No físicamente, pero sí en la red. Observándolos.
"Nos están esperando," susurró.
Lee revisó su pantalla, frunciendo el ce?o. "No detecto nada nuevo."
Casey negó con la cabeza. "No es algo que puedas ver en el código. Es… diferente."
Iris intercambió una mirada con Lee. Confiaban en Casey, pero también sabían que su conexión con los nanobots era inestable, impredecible.
"No podemos detenernos," dijo Lee. "Si nos quedamos aquí, tarde o temprano Singularidad enviará más Imports."
Casey respiró hondo y asintió. "Entonces hay que cambiar la ruta."
Lee miró su dispositivo y trazó rápidamente una alternativa. "Hay un ramal lateral unos cien metros más adelante. No lleva a la salida directa, pero nos alejará de la emboscada."
"Vamos," ordenó Iris.
Continuaron con rapidez, manteniéndose pegados a las paredes del túnel. La sensación de ser observados no desapareció. Casey sentía que Singularidad estaba probándolo, evaluándolo.
Un minuto después, llegaron a la bifurcación. Lee escaneó el acceso con su dispositivo.
"El sistema de Singularidad no lo tiene registrado como una ruta prioritaria. Podría darnos ventaja."
"?Podría?" repitió Iris, sin soltar su arma.
Lee suspiró. "Nada es seguro con Singularidad."
Sin más opciones, entraron.
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El nuevo pasadizo era más estrecho, con tuberías oxidadas que corrían por las paredes y goteaban líquido oscuro. El suelo estaba resbaladizo, obligándolos a avanzar con más cautela.
Casey sintió que la presión en su cabeza disminuía. Singularidad no tenía el mismo control aquí.
"Funciona," dijo en voz baja.
Pero entonces, el sonido de algo deslizándose sobre metal los hizo detenerse.
Un rasgu?o prolongado, como cuchillas frotándose entre sí.
Iris levantó su arma. "No estamos solos."
Lee revisó su pantalla, su rostro perdiendo color. "Hay algo interfiriendo con los sensores."
Un nuevo sonido. Más cerca.
Casey tragó saliva. No era un Import estándar. Singularidad estaba jugando otra carta.
Y lo peor estaba por venir.
El sonido metálico se arrastraba por las tuberías, resonando en el túnel estrecho. No era un Import como el de antes. Casey podía sentirlo. Singularidad estaba cambiando de estrategia.
Iris escaneó la oscuridad con su arma en alto, sus dedos firmes sobre el gatillo. Lee intentaba desesperadamente obtener datos en su pantalla, pero la se?al estaba distorsionada.
"Nos están cegando," murmuró Lee.
Casey cerró los ojos por un segundo, tratando de sentir lo que venía. Había aprendido que su conexión con los nanobots le permitía percibir patrones que los demás no podían. Y lo que percibió esta vez fue… inquietante.
"Es más peque?o que un Import normal," susurró. "Pero rápido. Muy rápido."
Iris apenas asintió. "Lo que sea, lo matamos."
Un zumbido agudo perforó el aire, como un estallido eléctrico. Luego, un destello de movimiento.
Iris disparó sin dudarlo. Las balas impactaron contra la silueta oscura, pero el objetivo era demasiado ágil. Se movía en ráfagas, rebotando entre las paredes con una velocidad imposible.
"?Mierda!" gritó Lee, lanzándose al suelo.
Casey apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando la criatura—porque esto no era un simple androide—se detuvo a centímetros de su rostro. Ojos brillantes, múltiples extremidades esqueléticas con afiladas cuchillas de cerámica.
Los Stalkers eran versiones experimentales de Imports, dise?ados para el sigilo y la caza. Singularidad no los había desplegado en la superficie cuando todo colapsó, pero Casey había leído sobre ellos en los archivos que lograron recuperar. Unos pocos prototipos funcionales.El sonido metálico se arrastraba por las tuberías, resonando en el túnel estrecho. No era un Import como el de antes. Casey podía sentirlo. Singularidad estaba cambiando de estrategia.
Iris escaneó la oscuridad con su arma en alto, sus dedos firmes sobre el gatillo. Lee intentaba desesperadamente obtener datos en su pantalla, pero la se?al estaba distorsionada.
"Nos están cegando," murmuró Lee.
Casey cerró los ojos por un segundo, tratando de sentir lo que venía. Había aprendido que su conexión con los nanobots le permitía percibir patrones que los demás no podían. Y lo que percibió esta vez fue… inquietante.
"Es más peque?o que un Import normal," susurró. "Pero rápido. Muy rápido."
Iris apenas asintió. "Lo que sea, lo matamos."
Un zumbido agudo perforó el aire, como un estallido eléctrico. Luego, un destello de movimiento.
Algo cayó desde el techo.
Iris disparó sin dudarlo. Las balas impactaron contra la silueta oscura, pero el objetivo era demasiado ágil. Se movía en ráfagas, rebotando entre las paredes con una velocidad imposible.
"?Mierda!" gritó Lee, lanzándose al suelo.
Casey apenas tuvo tiempo de reaccionar cuando la criatura—porque esto no era un simple androide—se detuvo a centímetros de su rostro. Ojos brillantes, múltiples extremidades esqueléticas con afiladas cuchillas de cerámica.
Un Stalker.
Los Stalkers eran versiones experimentales de Imports, dise?ados para el sigilo y la caza. Singularidad no los había desplegado en la superficie cuando todo colapsó, pero Casey había leído sobre ellos en los archivos que lograron recuperar. Unos pocos prototipos funcionales.
Pero al parecer, Singularidad había perfeccionado su dise?o.
El Stalker soltó un chirrido mecánico y se lanzó contra él.
Casey rodó hacia un costado, sintiendo el filo de la cuchilla cortar el aire donde su cuello había estado segundos antes. Iris volvió a disparar, pero la criatura se desplazó como una sombra, esquivando cada proyectil con una precisión aterradora.
"?No podemos ganarle así!" gritó Lee, buscando desesperadamente una solución.
Casey sentía la energía vibrando en el aire. Singularidad estaba transmitiendo datos en tiempo real, adaptando los movimientos del Stalker. Pero eso significaba que tenía un punto de acceso.
Cerró los ojos.
Se concentró.
Sintió la corriente de información fluyendo a través de la criatura. No podía hackearla completamente—Singularidad era demasiado avanzada—pero tal vez… solo tal vez, podía interrumpir su conexión por un segundo.
Solo necesitaban una oportunidad.
Cuando abrió los ojos, el mundo se distorsionó en códigos y patrones de datos. Localizó el nodo central que alimentaba los reflejos del Stalker y lanzó una sobrecarga con sus nanobots.
El Stalker convulsionó. Una fracción de segundo de vulnerabilidad.
"Iris, ?ahora!"
Iris disparó.
Una, dos, tres veces.
Cada disparo impactó en la cabeza del Stalker. La criatura se tambaleó y soltó un sonido estridente antes de desplomarse contra el suelo. Sus extremidades temblaron unos segundos antes de apagarse por completo.
El túnel quedó en silencio, salvo por la respiración agitada de los tres.
Lee se sentó en el suelo, aún sosteniendo su dispositivo como si eso pudiera protegerlo. "Dime que no hay más de esos."
Casey no respondió de inmediato. Aún podía sentir la presencia de Singularidad en la red.
"Nos están probando," dijo al final. "Este no será el último."
Iris exhaló y revisó su munición. "Entonces será mejor que nos larguemos antes de que manden el siguiente."
Lee revisó su pantalla. "La salida está cerca. Pero si Singularidad bloquea el acceso—"
"No lo hará," interrumpió Casey.
Ambos lo miraron.
"Porque si lo hace, perderá la oportunidad de observarnos," explicó. "No solo nos está cazando. Nos está estudiando."
Lee tragó saliva. "Eso no me hace sentir mejor."
Iris no perdió más tiempo. "Vámonos."
Se pusieron en marcha. El túnel se extendía frente a ellos, y la sensación de ser observados no se desvaneció. Singularidad había mostrado una nueva carta.
Pero Casey sabía que todavía no había jugado su mano completa.
Y cuando lo hiciera… nadie estaría preparado.
El túnel se angostaba a medida que avanzaban, obligándolos a moverse más rápido. El aire era denso, impregnado con el olor a metal quemado y humedad rancia. A lo lejos, una tenue luz parpadeaba, indicando que la salida estaba cerca.
Pero Casey no podía sacudirse la sensación de que algo iba mal.
Lee iba unos pasos adelante, revisando su dispositivo en busca de interferencias. "No detecto más Stalkers cerca, pero eso no significa que estemos a salvo."
Iris se mantenía en la retaguardia, con el arma lista. "Singularidad no nos va a dejar salir tan fácil."
Casey sintió un escalofrío recorrer su columna. La red de datos a su alrededor seguía activa. Singularidad estaba observando, esperando.
Y entonces, todo cambió.
El túnel empezó a temblar.
Un sonido profundo y ensordecedor retumbó en las paredes, como si algo gigantesco se estuviera moviendo encima de ellos. Trozos de concreto cayeron del techo, y una corriente de aire caliente barrió el pasillo.
"?Mierda!" exclamó Lee, cubriéndose la cabeza.
"?Corre!" gritó Iris, empujándolo hacia adelante.
El estruendo se intensificó, y un nuevo sonido se unió al caos: un chirrido mecánico, grave y amenazante.
Casey lo reconoció al instante. No podía ser.
Se giró justo a tiempo para verlo.
Una sombra colosal emergió del fondo del túnel, sus ojos rojos brillando como brasas. Era un Titan.
Los Titans eran una clase de Imports diferente a todo lo que habían enfrentado. No dise?ados para el sigilo ni para el combate cuerpo a cuerpo, sino para la aniquilación total. Más de tres metros de altura, recubiertos de una aleación resistente incluso a explosiones, equipados con un arsenal de armas integradas.
Singularidad había estado conteniéndose. Pero ahora estaba dejando en claro su intención.
No los quería vivos.
"?Corran!" gritó Casey, y no necesitó repetirlo.
El Titan avanzó con pasos pesados, haciendo que el suelo se estremeciera con cada impacto. Sus extremidades se reconfiguraron en segundos: un brazo se convirtió en un ca?ón de pulso, el otro desplegó una serie de cuchillas retráctiles.
Y luego, disparó.
Una onda de choque explotó detrás de ellos, destrozando el túnel. Escombros volaron en todas direcciones mientras Casey, Lee e Iris corrían por sus vidas.
La salida estaba a menos de cien metros. Pero el Titan los alcanzaría antes.
Lee gritó algo, pero su voz se perdió en la destrucción. Casey apenas pudo mantenerse en pie mientras la presión del ataque lo impulsaba hacia adelante.
Iris giró en seco y disparó. Cinco tiros directos a la cabeza del Titan.
El Titan apenas se inmutó. Su escudo de energía absorbió los impactos como si fueran insectos golpeando un parabrisas.
Casey sabía que no podían enfrentarlo. Pero tal vez podían enga?arlo.
"?Desactiva las luces!" gritó Casey.
Lee reaccionó al instante, manipulando su dispositivo. Toda la iluminación del túnel parpadeó y se apagó.
Casey cerró los ojos y se concentró. Su conexión con los nanobots le permitía ver más allá de lo físico. Podía sentir el flujo de datos, el radar del Titan, sus patrones de movimiento."?A la izquierda, ahora!" ordenó, y los tres se desviaron en el momento exacto en que otro disparo atravesó el pasillo.
El Titan giró su cabeza, buscando su objetivo. No podía verlos.
"?Sigan corriendo!"
El estruendo continuó detrás de ellos, pero el Titan tardó unos segundos en reajustar su sistema de rastreo. Segundos que les dieron la ventaja.
La luz de la salida se hizo más fuerte.
A solo unos metros.
Una barrera de seguridad bloqueaba la salida, sellada por un mecanismo digital.
Lee maldijo en voz baja. "Dame un segundo."
"?No tenemos un segundo!" gru?ó Iris.
Casey sintió la red de Singularidad intentando volver a conectarse con su mente. La presencia era más agresiva, más invasiva.
Y entonces, escuchó su voz.
Fría. Sin emoción.
"No puedes huir, Casey."
Un escalofrío recorrió su espalda. Singularidad no solo lo observaba. Le hablaba directamente.
Se giró. El Titan estaba a solo unos metros, levantando su ca?ón para disparar.
No.
No esta vez.
Casey extendió la mano y, con un último impulso de desesperación, hackeó el sistema de la puerta.
El bloqueo se desactivó.
"?Vamos!"
Iris y Lee se lanzaron a través de la abertura.
Casey fue el último en cruzar. Y justo cuando lo hizo, el Titan disparó.
La explosión consumió el túnel detrás de ellos.
El impacto los arrojó al suelo del otro lado, cubiertos de polvo y con los oídos zumbando.
Silencio.
El Titan no podía seguirlos.
Singularidad no los había atrapado.
Todavía.
Casey respiró hondo, sintiendo la sangre latir en sus sienes.
Iris se levantó primero, tambaleándose. "Eso… fue jodidamente cerca."
Lee tosió y revisó su dispositivo. "No sé cómo diablos hiciste eso, pero no voy a cuestionarlo."
Casey miró hacia la ciudad devastada frente a ellos. Habían escapado del túnel. Pero no de Singularidad.
"Esto no ha terminado," murmuró.
Iris le dio una palmada en el hombro. "No, pero aún seguimos vivos."
Casey asintió. Sabía que tenía razón.
Pero también sabía que la próxima vez, Singularidad no cometería el mismo error.
Y cuando los encontrara de nuevo… no les daría otra oportunidad de escapar.
?Y hasta aquí el capítulo de hoy!
?Qué les pareció? En este punto del capitulo, las ideas están más claras que nunca, pero también surgen nuevas preguntas.
No olviden dejar sus comentarios y compartir sus teorías. Nos vemos en el próximo capítulo. ?Gracias por leer!