Poco a poco se comenzaron a escuchar pasos, peque?os y lentos. De las sombras surgió una peque?a figura de piel verdosa, orejas en punta y dientes amarillos, en su mano derecha cargaba una daga que para su tama?o parecía una espada, detrás de la creatura aparecieron otras tres.
“??Qué son esas cosas?!”-dijo Circe con una expresión de asco.
“?se llaman goblins!” -dijo despreocupadamente Eliora, desde atrás.
“no deben ser tan difíciles” -respondió Circe, mientras tomaba una de sus espadas por la cadena y la arrojaba hacia el goblin.
Antes de que la punta de la espada tocara a la creatura, esta alzó su daga y bloqueó el ataque.
“?eh?, ?puede hacer eso?” -expresó Circe, sorprendida.
“ni siquiera las ara?as o el guardián anterior lo hacían…” -dijo Sera, igual de sorprendida.
“?las ara?as Zehir o la mantis Des Todes: la mantis negra; no eran muy inteligentes, actuaban por reflejo!” -explicó Eliora.
El grupo de goblins se dieron media vuelta y escaparon de Circe.
“?ah!... ?atrápalos antes de que los pierdas de vista, seguramente le adviertan a su jefe!” -gritó Eliora despreocupada.
Circe se distrajo pero rápidamente lanzó sus espadas y logró atravesar a uno de los cuatro fugitivos, Sera tensó su arco y disparó cinco flechas las cuales alcanzaron a otros dos goblins, pero el ultimo escapó. Antes de que Sera pudiera disparar otra flecha, el goblin se escapó de su vista, soltó un suspiro de molestia.
“?GRRR!” -se quejó, “?hay muy poco espacio!” -dijo Sera, excusándose.
“!Bueno esperemos que su jefe solo sea un hob-goblin!” -dijo tranquilamente Eliora
“?hay otros tipos de lideres?” -pregunto Kyra
“?claro, está un rey goblin, o un trasgo de rango medio, tal vez un comandante trasgo o con un poco de mala suerte; un orco!” dijo Eliora divertidamente
“?los orcos son peores?” -pregunto Hugh.
Sin prestarle atención, Eliora respondió “?los orcos son más fuertes que 100 hombres fuertes, incluso una vez vi a uno que venció un ángel!”
“?los ángeles pueden morir?” dijo Circe, “entonces los ángeles no son tan fuertes como creía…” -pensó en voz alta.
“?al contrario, el ángel que vi morir era mi hermana, ella era Privatus: no era militar ni profesaba la palabra de #%&$, así que seguramente no contaba con su protección!” -explicó Eliora
Los cuatro se sorprendieron.
“?Cómo puedes hablar así de tu hermana?” -preguntó Sera, incrédula.
“no, por eso comencé a profesar la palabra de %$, ella murió protegiéndome… tenia… ?miedo?” -explico Eliora, esta vez un poco más apagada.
El extra?o brillo que Eliora emanaba se tambaleo y por un instante unos cuernos se formaron en su cabeza.
“?n-no importa, sigamos antes que el jefe goblin nos encuentre!” – dijo Eliora volviendo a su característica positividad y a su vez desaparecieron los cuernos.
“espera, ?Qué fue eso?” -pregunto Kyra sospechando
“??Qué cosa?!” -pregunto Eliora energéticamente
“los cuernos” -interrogó Kyra.
“?Qué cuernos?” – respondió Eliora.
“todos lo vimos, ?de verdad eres un ángel?” -volvió a preguntar Kyra.
Eliora bajo la cabeza y su luz parpadeo ligeramente, antes de hablar soltó un suspiro y volvió a su sonrisa.
“?los ángeles no podemos dudar, si lo hacemos nos ‘caemos’ de la gracia de %$, como mi madre!” -explico Eliora.
Pese a su sonrisa, la voz de Eliora se tambaleó, Kyra, bajó su arma y le dio un fuerte abrazo.
Eliora soltó una gentil risita, “?gracias, pero no te preocupes por mí, ahora debemos encontrar su salida!, ?no?”
Kyra le devolvió la sonrisa “si…”
Todos se calmaron y siguieron el camino hasta llegar a una bifurcación.
“?vamos por la… izquierda?” -preguntó Kyra.
“?Por qué?” -dijo Circe.
“N-no sé, ?tú qué propones?” -respondió Kyra.
“ha, em… pues… ?l-la derecha?” -dijo Circe.
“ni siquiera sabes cuál camino elegir ?verdad?” -recriminó Kyra.
“tal vez podemos… ?dividirnos?” -interrumpió Sera.
“?y arriesgarnos a que un grupo se encuentre con el líder goblin?, no lo creo… Hugh, ?Qué opinas?” -respondió Kyra.
Hugh le arrancó el farol a Eliora, se acercó a la bifurcación y miró con mucho cuidado el camino izquierdo, tomó una peque?a roca solitaria, seguramente del techo.
“?Qué pasa?” -preguntó Kyra algo preocupada.
Hugh lanzó la roca en un lugar específico, algunos segundos después una trampilla en el suelo se abrió.
“si vamos por aquí seguramente moriremos, pero…” -explico Hugh mientras caminaba para iluminar el otro pasaje.
“… en este hay sangre en el suelo, y no es humana…” -terminó Hugh.
“Sera, ?crees haberle dado al goblin que se nos escapó antes?” -pregunto Circe.
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“mmm… no lo creo, como mucho lo rosé…” -respondió Sera, pensativa.
“entonces es… ?muerte o… muerte segura?” -dijo Kyra sarcásticamente, apuntado a los caminos.
Hugh asintió- “a partir de aquí voy al frente, tú a mi izquierda, Circe a mi derecha y Eliora y Sera detrás…” -ordenó Hugh mientras tomaba su hacha.
“pero las flechas de este arco se desvanecen muy rápido, no puedo atacar a mucha distancia…” –dijo Sera.
“?intenta concentrarte un poco más en la flecha, imagina que no está brillando!” -interrumpió Eliora alegremente.
“?así también aprendes a controlar un poco más tu magia!” -terminó Eliora.
El farol se escapó de las manos de Hugh y volvió flotando hacia Eliora, en su lugar varias esferas de luz se colocaron sobre Hugh, iluminando el camino.
Caminaron con precaución hasta encontrar un pasadizo en el muro izquierdo, Hugh lo examinó, pero no encontró ningún problema, examinó el camino principal y encontró algunas gotas de sangre, así que prefirieron el pasaje a la izquierda. Siguieron caminando en silencio revisando los caminos en cada bifurcación por si había trampas, por suerte no encontraron más goblins.
En una de las intersecciones, mientras Hugh revisaba los cuatro caminos delante de ellos.
“Esto no me gusta…” dijo Sera “?Por qué no hemos encontrado ningún goblin?” -preguntó al aire.
“?seguramente el líder goblin ya sepa que estamos vagando por su territorio, así que debió retirar a todos sus exploradores!” -explicó Eliora despreocupada.
“Ento-…” Sera se quedó abruptamente en silencio.
“?Qué pasa?” -preguntó Circe
“?escucharon eso?” -dijo Sera como en trance. Ella tomó el faro de Eliora y miró atrás, notando un pasaje oculto del camino que venían, sin pensarlo Sera se embarcó e instantáneamente los muros se cerraron, separándolos.
Perspectiva de Sera
Al entrar en el pasaje no me di cuenta, ni siquiera escuché que la entrada se bloqueaba. Seguí caminando, siguiendo… ese sonido, lo había escuchado antes pero no recuerdo donde. Llegue a una bifurcación con tres caminos, dos a mi derecha y uno a mi izquierda, sin dudarlo me dirigí a la derecha, hacia la bifurcación y tome el camino de la izquierda- “aquí hay algo…” -dije en vos alta.
Me detuve entre una decoración de la pared izquierda, miré con cuidado cada roca y presioné una muy específica, al instante otro camino se descubrió: este estaba más envejecido, peque?as matas de hierbas sobresalían de entre las rocas y una ligera capa de agua cubría el suelo.
Caminé hasta llegar a una peque?a habitación que aumentó el techo, a la derecha e izquierda había más caminos, frente a mí también estaba una peque?a mesa de madera podrida por el agua, dos sillas. Para entonces solo escuchaba como caían gotas de agua, mi respiración y mis pasos en los charcos.
Caminé a la izquierda, pero no me pude adentrar mucho, era una bajada, pero estaba cerrada con barrotes, volví y tomé el camino ahora frente a mí, que antes era la derecha. Este era de subida, de pronto la rampa se detuvo y seguí de frente, pero me detuve abruptamente. A la distancia, la brillante luz del sol iluminaba una peque?a habitación y un gran cofre.
“?mir-! …” me detuve al darme cuenta de que estaba sola, pero… ?y los pasos que escuche?, ?qué escuche?, ?Cuándo?, dije para mí misma, de pronto un chapoteo interrumpió mis pensamientos, casi por instinto mi arco se transformó en espada, al volver entre mis pasos, poco a poco escuché más, si… definitivamente hay alguien. Escuché su fuerte respiración a pocos metros de mí, en un instante todo volvió al silencio, me detuve, mis manos temblaban y mi respiración era rápida.
Un fuerte rugido con cierto tono vocal me hizo saltar del miedo, dejé caer el farol que hizo un fuerte golpe seco, en un instante, los fuertes pasos comenzaron a acercarse, tomé con más fuerza mi espada, no soy muy buena con ella, pero no hay problema si es un goblin, dos… tal vez tres.
Me preparé, pero… no eran goblins, frente a mí un monstruo enorme que casi tocaba el techo, era más alto que Hugh, su piel era verde, orejas en punta, de su boca sobresalían dos colmillos, me pareció que este sería un hob-goblin, pero… habló, ?esa cosa habló!: “?humana!” -gritó el monstruo.
Su voz era fuerte, grave y áspera. Se abalanzó contra mí, alzó una gran espada de metal, como puede bloqué su ataque, pero el golpe casi me destroza los brazos, usé ambas manos para detener su ataque, él solo usaba su mano izquierda, con su mano derecha, me tomó de la pierna y con toda su fuerza me arrojó al fondo. Choque con el suelo, rodé y caí hasta golpearme con los barrotes del otro camino, fue tanta fuerza que me desmayé.