Al abrir la puerta Crystal tuvo que ser rápida al atrapar al hombre que fue lanzado contra ella desde afuera, quien logró mantener el equilibrio lo suficiente para no caerle encima a la mujer. Ambos se dieron vuelta para mirar a quien estaba afuera, mostrando los dientes. Por su parte, Isaac se paró de su asiento y se acercó, sintiendo el peligro inminente.
—?Ganil!—gritó la chica zorro—?Estás bien?
—Lo estaba—respondió Ganil, el hombre zorro, mientras que miraba a la puerta con ojos amenazantes.
Al acercarse, Isaac vio entrar a lo que aprecia un lagarto enorme que caminaba en 2 piernas. Debería haber medido casi 2 metros de altura, era mucho más alto que él, además de un físico enorme, y se le hizo difícil de creer que logró atravesar la puerta sin romperla. Vestía una armadura grande, con una tela decorativa que tenia un símbolo de un ojo abierto sobre una estrella. En su espalda, tenia lo que parecía ser una zwein?nder, una espada enorme de un gran peso hecha para tener alcance. Normalmente, se necesita dos manos para manipularla y usarla de manera efectiva, este lagarto, de escamas verde brillantes, posiblemente necesitaba solo una con toda la masa muscular que tenia.
El símbolo en su pecho le llamó la atención. Se le hacia familiar, como si en algún lugar lo hubiera visto. No estaba seguro donde, pero sabia que en algún momento lo vio en algún lugar hace algo de tiempo. Además, sentía que la pupila del ojo lo seguía, como si lo vigilara o si alguien estuviera atento a sus movimientos.
—?Cómo te encuentras, Crystal?—dijo el hombre lagarto, con lo que parecia una sonrisa dibujada en su rostro reptiliano. Su voz era ronca y grave.
—?Desde cuando te importa, Izzard?—preguntó Crystal, mirando con ojos asesinos al hombre lagarto.
El lagarto dejó salir una risa que parecía demoníaca, al menos en intención. Observó alrededor, ignorando la pregunta de la chica zorro, y fue entonces que Isaac vio su mirada caer sobre él. Se detuvo y tensó su cuerpo, era como si un peso viniera solo del aura que emanaba esta persona, con una mirada inquisitiva lo observó. Isaac apretó ambas manos, sintió tronar los huesos de sus dedos, y se preparó para lo peor. Sentía que nada bueno iba a ocurrir en los próximos minutos.
—El peque?o humano despertó—dijo mientras observaba a Isaac. Estrechó su mano izquierda—, un gusto, mi nombre es Marcus.
Aunque inicialmente dudoso, Isaac decidió responder el saludo de manera correspondiente, pero el apretón de manos lo recibió con un intenso dolor al sentir el guantelete de metal, parte de la armadura de Marcus, apretar con una fuerza torturadora. Al mirar a los ojos, pudo ver un brillo en sus ojos, era como si Marcus parecía disfrutar hacer tal da?o.
Pero no pensaba darle el lujo de verlo sufrir.
—Isaac—dijo mientras que formaba una sonrisa en su rostro, y se aseguró de que se vieran sus dientes de mostrar sus dientes—, igualmente es un gusto.
La sonrisa del hombre lagarto se desvaneció mientras que observaba el rostro de Isaac. Posiblemente esperó que reaccionara al dolor de otra forma, pero no iba a darle la satisfacción.
Al final, Marcus decidió retirar su mano, y su mirada hacia Isaac no era nada menos que despectiva, a lo que le respondió con con una muesca de satisfacción al cerra sus labios sonreír de manera casi burlesca. Cualquiera que haya sido la intención del hombre-lagarto, y cualquiera sea la razón para buscar lastimarlo con ese gesto, escapaban de él, pero no pensaba dejarse amedrentar por un desconocido de esa manera.
Por su parte, Ganil y Crystal miraron la situación de forma atenta, como si estuvieran viendo una escena extremadamente inaudita. Se miraron por un segundo, a lo que el hombre-zorro parecía estar encantado. La mujer-zorro, sin embargo, aparentó estar más preocupada.
—Bueno, solo quería asegurarme que todo estuviera bien por aquí, Crystal—dijo Marcus, dándole la espalda a Isaac y caminando hacia la puerta—, no vaya a ser que Isaac sea un peligro para ti y tu peque?a hermanita.
—Ya te dije que no hables de ella—respondió Crystal.
—Hey, solo me preocupo—Marcus la miró con una sonrisa perversa—, ya hablamos.
Isaac apretó ambas manos mientras que observaba la interacción. Quien quiera que sea este Marcus, era claro que era un problema para ellos dos y por algún motivo la había agarrado con él. Una falsa calma, un respiro sin alivio, se sintió el momento en que su gran cuerpo desapareció a través de la puerta y hacia la calle.
Crystal dejó salir un suspiro y luego miró hacia la mesa. Sus ojos se alarmaron, un terror enorme se formó en su rostro.
—?Kin? ??Donde estás?!—preguntó en desesperación la mujer-zorro.
Tanto Isaac como Ganil miraron hacia la mesa de la cocina y vieron que donde estaba la peque?a Kin ahora era solo un asiento vacío, abandonado por su ocupante. Crystal se movió hacia la mesa y comenzó a llamarla en gritos. El hombre-zorro corrió hacia afuera e hizo lo mismo.
Incluso Isaac sintió la urgencia y decidió buscar en otro lugar. Subió las escaleras con rapidez y gritó el nombre de la hermana de Crystal. Entró en la primera habitación a la derecha, para su sorpresa era un ba?o, pero no había rastros de la peque?a. Siguió a la siguiente habitación, y encontró una pieza.
—?Kin?—preguntó Isaac.
—?S-se?or Isaac...?—escuchó entonces una voz peque?a.
Isaac siguió la voz hasta lo que parecía ser un armario, el cual lo abrió. Dentro de él estaba la peque?a ni?a, sosteniendo una mu?eca de trapo con orejas de zorro, y lo miró con ojos de sorpresa.
—?Crystal! ?La encontré!—gritó hacia la puerta. Entonces se giró hacia Kin—Tu hermana está asustada. ?Por qué te escondiste?
—S-se?or Isaac... es que el se?or malvado siempre me asusta—dijo la peque?a ni?a, lo miró con aprensión, pero clara vulnerabilidad.
Fue entonces que escuchó los pasos detrás de él, y al girarse vio a Crystal entrar corriendo. Sus ojos rápidamente escanearon la habitación y corrió al armario. Casi empujó a Isaac para tomar a Kin y abrazarla con fuerza. él, mientras tanto, casi se tropezó con la cama del medio de la habitación, logró evitar la caída solo por tener éxito de contener su equilibrio.
—?Kin! ?No vuelvas a desaparecer así!—dijo la mujer-zorro.
—Crystal, es por él. ?él siempre viene y dice cosas malas!—dijo mientras miraba a su hermana—Ese Izzard me da miedo y me tuve que ocultar como decias.
En la puerta, mientras que ese intercambio ocurria, Ganil aparecia para ver lo que estaba ocurriendo. Gru?ó por un momento, notando el como ambas hermanas se sostenian.
—Pero el se?or Isaac puede hacer algo al respecto, ?no?
Crystal alejó el rostro de Kin por un momento. —?Qué?—preguntó, confundida al escuchar a su hermana nombrar a Isaac. él también se preguntó por qué lo nombró a él, por lo que se rascó la cabeza en confusión.
—él es un Buscador, ?no?—respondió, y luego apuntó con su mano al símbolo que colgaba del llavero de Isaac en su cinturón—. Tu me contabas historias de ellos. Cómo una poderosa maga que era de los Buscadores salvó a la ciudad hace a?os. ?El se?or Isaac puede hacer algo contra ese Izzard!
Hubo un silencio incomodo en ese momento. Isaac notó la mirada de las 3 personas que lo miraban fijamente. Kin con esperanza, sus ojos brillaban a pesar de seguir asustada. Crytal y Ganil, sin embargo, lo observaban con lo que pudo adivinar con escepticismo, sus ojos lo recorrían de arriba a abajo, como si analizaran su ser. Se sentía como si estuviera frente a un examen oral de final de a?o, uno donde no le quedaba más que contestar en frente de la clase mientras que temía quedar en ridículo. ?Qué podía hacer? Ni si quiera entendía la situación, no sabia quien era ese Marcus... o Izzard, como Kin solía llamarlo. Tragó saliva, buscando una respuesta, pero ya la tenia clara, era un no, ?cierto?
—Isaac, ?cierto?—dijo entonces Ganil, rompiendo el silencio—Ven, necesito hablar algo contigo.
Isaac agradeció el poder escapar de esa situación y siguió a Ganil al primer piso. Su mente seguía analizando que estaba pasando, ha estado siendo lanzado de un momento a otro, y no tenia nada que ver con nadie en estas situaciones. Pero por algún motivo le causó estres responder, lo puso al borde de querer salir arrancando de la situación. Era como si algo dentro suyo estuviera respondiendo, pero no podía ponerle nombre alguno. Su mente buscó una respuesta, y se acordó las veces que se metió en problemas cuando estaba en la Tierra. Como cuando salvó a Dan de aquellos bravucones hace unos a?os, lo cual llevó a que se hicieran amigos con él y, eventualmente, con su hermana Nadia. Y no solo hubo esos momentos. él tendía a meterse en problemas por querer ayudar, muchas veces había tenido situaciones parecidas en el pasado, donde un par de veces lo amenazaron con cuchillos y una pistola una vez (que no alcanzaron a disparar). Luego estaba el hecho de que aceptó ayudar a Helena (quien ha estado bastante callada todo este rato) solo por que sabia que ella iba a eliminarse a si misma si no le ayudaba.
Mientras pensaba en todo eso, Isaac tocó su pa?uelo, apretando el nudo que estaba contra su piel. Dejó su mano en él mientras que se dirigió a la cocina con Ganil. Sabia que era peligroso meterse en problemas ajenos, no debía llegar y meterse. Se lanzaría a un vacio, a uno donde podía no salir o quedar lastimado.
—Tu eres un Buscador, ?cierto?—preguntó Ganil, quien lo miraba con ojos serios y apuntándole con la mano izquierda.
—No—respondió Isaac—, ni si quiera estoy seguro de qué es un Buscador.
—Entonces es bien extra?o—se acercó un poco—, saliste de la sede de los Buscadores, la cual solo uno puede abrir, que no ha sido visitada durante a?os. Además, no eres sutil al respecto—apuntó al símbolo en su cadera, sin despegar la vista, con su mano izquierda—, si no lo eres, estás gritando a los cuatro vientos que perteneces a la organización.
—Mira, Ganil, ?Cierto?—decidió responder Isaac—No tengo ni la más remota idea de donde me encuentro ni el cómo llegué aquí. De pronto descubro que esta cosa—tomó el llavero y le mostró el símbolo—es capaz de abrir las puertas de esas ruinas y explorarlas a libertad—el símbolo reaccionó en ese momento, brillando por un par de segundos—y que se supone que soy un miembro de los Buscadores. Pero es la primera vez que escucho de ellos, así que si vas a pedirme que sea un héroe, yo-
—Pues déjame decirte que no se trata sobre que debes ser el héroe.—Ganil lo interrumpió—Marcus la agarró contigo.
?Con él? ?Por qué? Ese gigante lagarto ya había mostrado hostilidad con ese apretón de manos antes, a pesar de no haberle visto antes.
—El momento en que se enteró que Crystal y Kin encontraron a alguien que salió de la sede, vino a verte y parecía obsesionado con la idea de que eres un Buscador. Algo quiere, ?qué encontraste en ese lugar?
Isaac miró a a Ganil por unos segundos, considerando su pregunta. Así que solo por que lleva el símbolo consigo es que él es un objetivo para ese hombre-lagarto. Lo miró, la respuesta era Helena. La encontró a ella, con toda la información que tenia sobre los descubrimientos de los Buscadores. Devolvió el llavero a su cinturón, lo colgó con delicadeza y luego metió la mano en uno de sus bolsillos. Sacó su teléfono celular, apagado e inerte, completamente inútil.
—Esto. No sé cómo funciona ni que es.