Isaac sabía que había tomado una apuesta complicada al decidir mentir y hacer pasar su teléfono por un artefacto. No tenía conocimientos del nivel tecnológico de este mundo. Ganil lo tomó e inspeccionó con ojos fijos en el artefacto, inspeccionando cada rincón y detalle de este. Solo lo manipuló con la mano izquierda, la derecha se quedó colgada al lado de su cuerpo
—No… no detectó magia en esta cosa—dijo el hombre zorro mientras que sus ojos encontraron los orificios para la carga y los audífonos—?Qué clase de objeto será este…?
Isaac sacudió la cabeza, sintió calma al ver que lo confundía. A saber que hubiera causado si el teléfono aún tuviera batería y se hubiera encendido, especialmente cuando encontró los botones de encendido y volúmen, que comenzó a apretar para ver si hacían algo. Al final solo se lo devolvió, y sintió que había logrado su objetivo.
—Trabaja tu instinto de supervivencia también—dijo el hombre-zorro—, imaginate intento robartelo.
Eso hubiera sido interesante de ver, se imaginó cómo hubiera sido si Ganil hubiera intentado quedarse con el artefacto falso, sobre todo ahora que lo acusó de tener mal instinto de supervivencia. Solo asintió y aceptó su consejo, guardando de nuevo su teléfono en su bolsillo. Iba a mantener la identidad y existencia de Helena ocultas por el momento al menos por el tiempo que fuera necesario.
—Ah, con que eso es lo que busca ese reptil—dijo Crystal, quien ya había bajado al primer piso con su hermana.
—Sea lo que sea—agregó Isaac.
—Mejor que no llegue a sus manos. A saber lo que un Inquisidor como él pueda hacer.
Ya eran muchos problemas que caían sobre Isaac como una pesa. Tenía a alguien que se obsesionó con él solo por andar con el símbolo de los Buscadores encima y más encima. Tercera vez que despertaba y se veía frente a un problema. Ya era un patrón, en ese punto. Sin embargo, con algo de suerte, podía hacer esfuerzos para evitar por completo un enfrentamiento con ese tal Marcus y esquivar sus intentos de robarle a Helena o llegar a un acuerdo.
—?Inquisidor?—preguntó Isaac.
Todos los miraron de forma extra?ada. Entendió que esa es algo que se espera que sepa.
—Supongo que no eres de Sekith—respondió Ganil, quien fue a sentarse en una de las mesas del comedor. Tomó su brazo derecho con la mano izquierda y la acomodó en sus piernas—. Piensa en ellos como los que se ocupan de que se cumplan las leyes del territorio.
“Genial, tengo a un policía o algo así acosandome ahora” pensó Isaac, aunque más que policía parecía ser un fiscal o jefe de las fuerzas de la ley, por lo que contaba. Debe tener mucho poder si es la segunda persona más poderosa de la ciudad. Aunque hasta ahora no ha visto nada de ese poder… Mejor ir con cuidado.
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Crystal se acercó, su rostro dejó de lado la imagen de fiera que tenía antes, claro efecto causado por el tal Marcus, y devolvió una sonrisa a Isaac y a Ganil . Kin la seguía de cerca, y miraba con curiosidad al joven humano.
—?Y qué piensas hacer ahora, Isaac?—preguntó la mayor—?Tienes donde ir?
—Bueno…—?qué hacer ahora? Ha estado corriendo y peleando desde que llegó a ese mundo—?Cómo puedo llegar Jaztenia? Necesito ir a esa ciudad.
Ese nombre se ha repetido muchas veces. Es donde supuestamente debía de haber terminado, pero según Helena había llegado a un lugar distinto a unas semanas de viaje. Donde sea que Jaztenia esté, era su única pista en esos momentos, una ciudad desconocida, una capital de un reino que nunca había visto anteriormente. No sabía que podía encontrar en otro mundo, donde ya había sido atacado por monstruos en una ruinas que tenían suerte de seguir en pie.
La ruta era sencilla, Crystal solo le dijo que debía seguir el camino hacia el norte. El valle seguía por varios kilómetros hasta llegar a una ciudad al norte, Minia, la cual sería una de las paradas más importantes de entrar a un bosque llamado “Bosque de las Ilusiones”. Ese nombre no le sentó nada bien, era demasiado ominoso. Buscó memorizar todas las indicaciones que le dieron, pero se reducía a una simple instrucción: seguir el camino hacia el norte, siempre hacia el norte.
Ganil, por su parte, lo observaba, como inspeccionando su ser con ojos que parecían dagas. Isaac sentía su mirada rondar su ser, como si quisiera penetrar en su alma. Algo en la historia que contó no cuadraba, y posiblemente estaba causando sospechas en el hombre-zorro, que lo vigilaba como si estuviera analizando cada movimiento.
Todo dicho y hecho, Isaac se afrontó para despedirse y retirarse ya de la situación. Igualmente, necesitaba hablar con Helena, varias preguntas le habían saltado durante esta última interacción y esperaba que ella pudiera responderlas. Pero un problema nació: no tenía suministros ni dinero para el viaje. ?Cómo se le pudo olvidar algo an básico? Mejor ahora que mientras está de viaje.
—Jaztenia es un buen trecho, Isaac—comentó Ganil—, estarás al menos 2 semanas viajando, habrá paradas en el camino, pero necesitarás equipo. Además, viajar solo no te ayudará mucho.
Aunque Isaac sabía que podía atreverse a sobrevivir con lo que encontrase en el camino, no podía negar la realidad del asunto. Viajar solo en un mundo desconocido no era buena idea. Aunque tiene a Helena, ella no puede hacer mucho más que ser un par de ojos más y dispensadora de información ya que no tenía forma física real, solo la que podía proyectar de alguna forma desde el símbolo de los Buscadores. Aún con todo el entrenamiento y momentos que su padre adoptivo lo dejó caer en una muerte casi segura (en unas cuantas ocasiones de forma literal) tenía la suficiente sensatez para saber cuando algo era una mala idea.
—No te quito razón—dijo Isaac después de suspirar. Estaba a punto de protestar, pero era real que necesitaba ser más cuidadoso.
—Puedes quedarte aquí unos días si lo necesitas—respondió Crystal—, pero no puedo ayudarte en mucho más con suministros.
Kin miró hacia el rostro de Crystal y le dio una peque?a sonrisa. Por algún motivo, la oferta que dio fue del agrado de la peque?a ni?a-zorro.
—Podrías realizar trabajos en la ciudad. Noté tu estado físico cuando te revisé, sabes defenderte, ?no?—apuntó Ganil—De vez en cuando alguien necesita que un aventurero se arriesgue fuera de la ciudad por cosas. Incluso yo podría pedirte que vayas a buscarme cosas, no siempre tengo tiempo para ir a buscar materiales locales para mis pócimas.
Lo que fuera a durar su estadía en esta ciudad, sabía que no sería sencilla. Debía hablar con Helena, reagruparse y formular un plan para conseguir esos recursos. Y no esperaba que fuera como los videojuegos y mangas que solía compartir con Dan.