Si bien el humano insistía en que faltaba poco para llegar, el viaje se extendió por mucho más de lo que esperaba debido a múltiples paradas y bloqueos dados por la cantidad de personas a nuestro alrededor, así como esos caminos negros donde las cajas metálicas reinaban sin disputa alguna.
“Humano… ?acaso pretendes viajar el día entero?”
“No, ya llegamos a mi edificio, es este de aquí.”
“??Vives en esta majestuosa torre?! ??Acaso eres un rey?!”
“Ja, Ja. Que chistosita eres.”
La edificación que el humano se?aló como su hogar era gigantesca. Casi me era imposible mirarla en su totalidad desde la base. Sabía que los humanos eran hábiles e ingeniosos, pero claramente esto no podría ser obra suya.
“Pásale pues, no hagas mucho escándalo que te van a ver mis vecinos.”
“?Compartes tu hogar con más personas?”
“Pues claro, mi departamento está en el tercer piso, estoy rodeado de vecinos.”
“Impresionante. Entonces esto es una especie de residencia comunal, eso puedo entenderlo.”
La estructura es diferente, pero en esencia es muy cercano a las comunidades como la mía; creadas en las copas de árboles donde todos compartimos las bondades de la naturaleza.
“No sabía que los humanos compartieran ese sentido de pertenencia y comunidad.”
“No sé de qué hablas. Odio a la mitad de los inquilinos y eso porque no conozco a los demás.”
Ya lo suponía, era demasiado bueno pensar que los humanos podrían conocer las ventajas de la cooperación con sus semejantes.
Habiendo restaurado mi sentido de superioridad ante este humano, me dedique a seguirlo por entre los laberínticos pasillos del edificio.
“Humano, no quisiera alarmarte, pero escucho murmullos, ?se trata de tus enemigos de este edificio? Las mujeres de allá parecen mirar en nuestra dirección.”
“Tienes muy buen oído… Y no te apures. Son las vecinas chismosas del edificio, seguro van a empezar con sus cosas porque traje a una rubia semidesnuda a mi departamento.”
“?Y dónde está esa rubia semidesnuda?”
“… tú nomás camina.”
A petición del humano, ignoré las miradas y murmullos de ese par de mujeres, a final de cuentas no decían nada digno de mi atención, aunque no entendí varias de las palabras que dijeron… luego le preguntaré su significado al humano.
El hogar o “departamento”, como insiste en llamarlo el humano, era igualmente sorprendente. Es mucho más espacioso que la mayoría de las caba?as de mi aldea, eso sin contar que es menos oscura gracias a extra?as lámparas en el tejado. La habitación central tiene un largo y acolchado asiento el cual debe ser una trampa contra intrusos ya que quedé atrapada en su suavidad… siento que podría caer dormida en cualquier momento.
“Pero ya en serio, amiga. ?No sabes dónde estás?”
“No, lo último que recuerdo es…”
Un punzante dolor atacó mi cabeza. El intentar recordar lo que pasó antes de aparecer aquí es… es como tratar de nadar en un pantano. ?Qué fue lo que pasó?
“No recuerdo exactamente… estaba en una cacería y… cierto, resbale… creo.”
“?En una cacería? ?De qué? ?De ardillas?”
“No seas ridículo, las ardillas se cazan en invierno.”
“Ah… ok.”
“Sin embargo, este lugar es muy diferente al bosque donde vivo… quizás un hechicero lo hizo.”
La risa del humano no se hizo esperar, ahora me queda claro que me está dando por tonta.
“Lo digo en serio, no es un encantamiento común, pero es posible si-"
“Ahora si ya vi que estas bien loquita, amiga.”
“Ahora vas a decirme que no confías en la magia.”
“No te pases, ?cómo que magia?”
“?Sí, magia como ésta!”
Uno de los orgullos más grandes que tenemos como raza es el dominio innato que poseemos sobre la magia; es decir la energía que emana de la naturaleza y que rodea a todos y a todo, a la cual llamamos Maná. Si bien no elegí el camino de hechicería, puedo invocar alguno que otro hechizo simple a voluntad.
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Es hora de que este humano aprenda a respetar mi superioridad… o eso se suponía que pasara.
Algo anda mal… por alguna razón no podía lograr el equilibrio en mi interior. Sí, es eso, ?es culpa de este condenado reino!
“?No mames, ?eso lo hiciste tú?! ?Salió un como remolino de tu dedo!”
“No, esto está mal, todo está mal… eso explica por qué me sentía tan extra?a. ?Humano, explícame por qué la bendición de la Tierra no está presente en este lugar!”
“Pues nos bendijo el Papa la vez que vino…”
Esto no llegaría a ningún lado si no le explico de lo que estoy hablando, así que me tomé un momento para explicar cómo el espíritu de la Tierra otorgó a cada ser vivo la capacidad de autosuficiencia con el regalo del Maná. Una forma simple de explicarlo es pensar que cada ser vivo es un lago y el agua de lluvia (el Maná que la Tierra nos da) se vuelve un complemento a la energía que cada ser vivo puede generar por sí mismo para sobrevivir.
La magia consiste en la capacidad de absorber ese Maná excedente, acumularlo en el interior del cuerpo y expulsarlo luego de convertirlo en un encantamiento. Mi conocimiento del tema es un poco limitado, pero a eso se remite, básicamente.
“órale… que loco está eso.”
“Normalmente no representa problema un encantamiento tan simple, pero este ambiente está más seco que un hueso… ?Cómo pueden vivir sin Maná en el ambiente?”
“Pues… tenemos Wi-Fi…”
Esto no podría ser peor, estoy atrapada en un sitio desconocido, el Maná básicamente está agotado y mi único aliado es un humano quien usa palabras que ni siquiera logro entender.
“Humano, ?hay algún lugar cercano con una vista amplia de la región?”
“Pues podemos ir al techo del edificio”
“?Guíame entonces!”
“Por lo menos di por favor, que modales.”
No ganaré nada perdiendo la calma. El mejor curso de acción por ahora es conseguir un punto de orientación. Conocer el terreno en el que estoy quizás me ayude en algo.
Siguiendo las indicaciones del humano, subimos juntos al tejado de la inmensa torre. La increíble y confusa vista desde ese lugar me dejó sin aliento. Edificaciones aún más gigantescas nublaban la vista; Ríos de artefactos mecánicos, así como de personas se movían raudos de un lado al otro; el cielo, si bien aún conservaba su brillo, era mucho más opaco y gris… eso explica el miasma que me atacó cuando desperté.
“Humano… ?Cuál es el nombre de este reino?”
“No somos un reino, pero esta es la Ciudad de México.”
“Me…hi… kouh. Es un nombre peculiar, pero tiene aire de nobleza, me agrada.”
“Ok… ?amiga? Ya me quedó claro que eso no es un disfraz y hasta puedes hacer magia. ?Podrías explicarme cómo llegaste aquí?”
Esa es también la pregunta que yo me hago, sé que caí… recuerdo el galopar de los caballos y…
“Debería estar muerta. Quizás lo estoy y este el mundo después de la muerte.”
“No creo, está bien que estemos jodidos, pero no es para tanto.”
“Humano, deja de hablar y escucha. No sé lo que hago aquí ni cómo salir de este predicamento. Creo que necesito tu colaboración.”
“No tengo problema con eso, pero ya en serio, necesitas taparte…”
Como si eso fuera todo, el humano me dio la espalda, caminando rumbo a un hilo de ropa colgada al sol; Supongo para ser secada.
“Esa insistencia de atacar mi atuendo es incomprensible. Mis ropajes están hechos de los más finos materiales del bosque. Son resistentes y ofrecen un alto nivel de movilida-"
“Es un baby doll forestal. Toma, ponte esto.”
Sin darme tiempo de preguntar a qué se refería, el humano lanzó hacia mí una especie de camisa, claramente de una talla mucho mayor a la mía. Sin embargo, a pesar de la cantidad de tela que poseía, es mucho más ligera de lo que debería.
Habiéndome puesto el extra?o atuendo, que prácticamente caía hasta mis rodillas, pude sentir lo peculiarmente suave que es. Qué extra?a sensación.
“Humano, debo admitir que estas vestimentas son bastante cómodas. Este tono azul es casi digno de la realeza, y este emblema en el pecho es muy parecido a la cruz que utilizan los templarios. ?Estás seguro de regalarme algo tan sofisticado?”
“Si, además ni es mía, es del vecino de abajo. Sólo no vayas a entrar a ninguna competencia, esa cosa está maldita.”
Una miserable maldición humana no es nada para un ser de tan alta estirpe como yo, puedo asumir el riesgo.
“Mira, voy a decir la verdad, si quieres quedarte a descansar un rato, no tengo problema… pero va a ser raro explicárselo a la gente.”
“No tienes que preocuparte, humano. No me quedaré mucho. No está en mí el depender de la caridad de los extra?os, menos de un humano.”
Después de unos segundos de pensar su siguiente comentario, él continuó con su discurso. Me es muy difícil leer sus expresiones… ?todos los humanos son así?
“Vamos a empezar por algo, ya párale de decirme ‘humano’. Me llamo Alan, Alan Rodríguez.”
Me está extendiendo su mano, ?qué espera que haga con eso? Oh, ya lo recuerdo, es uno de los rituales humanos. No me entusiasma la idea, pero el humano parece lo suficientemente sincero como para merecer mi cordialidad.
“Puedes llamarme En’alin.”
“Ah mira, suena parecido.”
“?Por supuesto que no! Ni siquiera insinúes ridiculeces como esas.”
“Bueno, bueno. Solo es un chiste.”
Debo decir que no comparto el sentido del humor, a decir verdad, no comparto muchas cosas con él.
“haré una pregunta y espero una respuesta sincera. En mi experiencia tratando con humanos, no recuerdo que suelan ser tan amables y considerados. ?Por qué fue que decidiste ayudarme?”
Habiendo ya recuperado la calma, pude analizar con más seriedad la situación. Un humano abriéndole las puertas a un desconocido, más aún, a un elfo.
Ciertamente es de cuestionarse.
“P-Pues… parecías estar necesitando ayuda, no iba a dejarte ahí tirada.”
“?Solo eso? Vaya, habría esperado una razón más egoísta, tienes mi agradecimiento, humano.”
?Mh? Esperaba que el humano se mostraría extasiado de recibir un cumplido de mi parte, ?por qué parece tan incómodo?
No es momento de preocuparme por esos detalles, necesito aplicar mi experiencia como cazadora. Esto no tiene por qué ser diferente.
“Este tejado es un puesto de observación apropiado, aquí estableceré mi campamento.”
“Si… Mira, la cosa es que a do?a Carlota no le va a gustar que una tipa desconocida se quede en su techo.”
“?Acaso esa mujer es la gigante que construyó esa torre?”
“No es gigante… yo más bien la llamaría redonda…”
Comprendo. Si pretendo hospedarme en un lugar como este, necesito ganar el favor de la custodia.
“Si tienes dinero, podrías rentar uno de los departamentos.”
“Ustedes los humanos y su amor por las cosas brillantes. Son tan incivilizados.”
“Pues el caso es que, si te quieres quedar, hay que arreglar eso con la do?a.”
“No hay problema, yo me haré cargo de negociar con esa tal ‘Do?a’.”
“Pues si tú dices, déjame le aviso.”
?Cómo pretende dar aviso? ?Eh? Ahora está jugueteando con una extra?a caja metálica que cargaba en su bolsillo, ?es algún tipo de magia?
“?Te da curiosidad? No serán remolinos saliendo de mis dedos, pero puedo hacer de todo y sin despeinarme.”
“Ustedes los humanos con sus invenciones, siempre alterando el orden natural de las cosas, no me impresionan sus- ??Cómo es posible?! ??Por qué hay una imagen de un gato dentro de ese cristal?! ??Qué clase de magia arcana es esta?!”
Sin esperar respuesta, le arrebaté ese extra?o espejo negro al humano. De alguna manera el objeto tenía luz propia e incluso mostraba imágenes y símbolos extra?os al presionar su superficie.
“??Cómo explicas esto, humano?! ?Tú mismo dijiste no creer en la magia!”
“Esto no es magia, es tecnología.”
“Sea lo que sea, es… ligeramente impresionante. No me molestaría aprender un poco más al respecto.”
No debo permitirme admitir ante el humano lo intrigada que estoy ante su ‘Tecnología’. ?En serio quiero saber cómo funciona!
“Pues… andas de buenas. Do?a Carlota anda ocupada y va a mandar a su hija.”
“Y eso es una ventaja, imagino.”
“Pos claro, Cata es buena onda, seguro hace el paro.”
“Nos hace el… Agh me rindo. Simplemente asumiré que es algo bueno y te seguiré el juego. Entonces la negociación será con esa tal Cata. Me parece bien.”
Mi adversario no tiene importancia, igualmente lo venceré con mi porte. Será pan comido.
“?Y cómo crees poder negociar si no eres de aquí?”
“Solo observa. Mi abuelo me ense?ó lo que hay que saber sobre tratar con humanos.”
“Ok, la primera cosa por arreglar es hablarnos por nuestro nombre.”
“Ya lo sé, humano.”
“... ándale pues. Ya viene en camino y vive cerca, mejor nos regresamos ya.”