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Capítulo 4: "Los Indicios De La Segunda Gran Guerra"

  Capítulo 4: "Los Indicios De La Segunda Gran Guerra"

  Ambos chocaron espalda con espalda, mientras el silencio ensordecedor era lo único perceptible, además de la niebla que cegaba sus vistas. Los dos portaban sus respectivas armas a dos manos, y giraban lentamente; a su vez, unos zumbidos tenues rompían ese silencio lentamente. En un inicio creían que solo la monotonía del lugar ya comenzaba a enloquecerlos, mas era un ruido externo, y no uno interno. A medida que estos ruidos se iban intensificando, los músculos se les iban tensando a ambos, y en todo momento movían los ojos hacia los lados, en busca de algo que no se ve.

  En eso, encima de ellos, una figura se paró encima de un árbol muerto, que allí se podían ver ambos guerreros extranjeros. Aquella figura, se desconocía si era siquiera humana, puesto que su piel parecía trasparente, como si de un fantasma que apenas puede ser perceptible al ojo humano se tratase. Este observaba agachado cómo ambos giraban alertas, atrapados en la niebla, y de inmediato este se desvaneció, no sin antes echarles un ojo encima a ambos muchachos, aunque este fijó la mirada en la Valkiria, la cual despertaba el interés de aquel espíritu, por alguna razón.

  Se creyó desaparecido; sin embargo, este se acercó hacia quien parecía ser el líder de aquel lugar: el único con una gran túnica de lana color rojo tinto que lo recubría por completo, dejando solo a la vista su rostro carente de expresión alguna. Solo para que este ente le advirtiera la llegada de algunos invitados no muy deseados allí, y que ya era necesario tomar medidas al respecto. El líder no respondió, ya que con un simple gesto les ordenó a las demás tropas atacar por aire como fuese posible. La orden se expandió como una plaga, y cuando ya habían preparado todo, la niebla comenzó a disiparse poco a poco, facilitando un poco la visibilidad de los alrededores.

  De un momento a otro, viendo por el rabillo del ojo, uno de los dos pudo observar cómo un par de estos espíritus salieron disparados hacia ellos, y aunque Ciel pudo esquivarlo, los reflejos del nictibio parecían fallar, y recibió una fuerte embestida, siendo lanzado lejos, fuera de la vista de la Valkiria, cuya expresión se arrugó por leves segundos, y comenzó a atacar con gran instinto hacia uno de estos. La Valkiria era ágil; sin embargo, aparecían más de los lados y, por si fuera poco, estos podían volar fuera del alcance de la guerrera, quien por debida razón no podía hacerlo como aquellos.

  La atacaban de todos lados, se creía que no podía hacer nada, aunque fueran fantasmas, el da?o se sentía tan real como si lo golpease un ser con forma física, ya que humanos es absurdo decir. Fue a través de todos esos golpes y cortes que recibía que este da?o la volvía más iracunda, y a través de esto se pudo abrir su mente hacia un recuerdo; aunque crudo, fue lo que le sirvió para llegar hasta donde está. En él, recordaba cómo, por tener una actitud débil, era objeto de burla y vergüenza. Así como en otra sección de su mente llegaba hasta donde se les habían cortado las alas; era castigada a menudo; y como si fuese poco, llegó al momento en el que escuchaba las mismas palabras una y otra vez: "Tú no eres una Valkiria".

  Estas palabras terminaron por despertar un destello que vivía apagado en ella desde hace mucho, y que hoy por fin pudo volver a surgir, y de qué manera... Más fuerte que nunca. Lo que acumulaba era tanto, que un fuerte grito retumbante se escuchó varios kilómetros a la redonda, y que mandó a volar a muchos espíritus con su onda de choque. El grito ensordecedor incluso sorprendió tanto al nictibio como al líder de aquellos espíritus, quien yacía parado, esperando algo.

  Aquella vociferación iracunda duró poco, ya que, a pesar de haber liderado un ataque abrumador, este terminó por acabar con su energía restante, cayendo sobre sus rodillas, siendo incapaz de volver a levantarse. Fue en eso cuando más espíritus la rodearon, y esta apenas podía mirarlos a los ojos de lo débil que estaba, y temblando, bajaba la mirada que se desvanecía lentamente. El líder observó cómo la Valkiria empezaba a ser golpeada, y una leve sonrisa, que no llegó a ser más que una mueca, se marcó en su rostro. A medida que esto ocurría, algo llamó su atención lo suficiente como para que se enfocara en ello, y en nada más.

  Aquel denotó como, a través de la neblina, una sombra oscura acababa con la vida de uno de sus guerreros, y aunque era difícil de notar, intuyó que esa sombra lo estaba mirando fijamente, y comenzaba a caminar lentamente hacia él. Fue cuando esta figura atravesó la capa de niebla, y no era más que el nictibio, a quien los espíritus se les hacía un poco difícil mirar a su mirada. Algo lo alertó, y el comandante ordenó el alto al combate a todos sus guerreros, y la guerrera a la que estaban masacrando cayó de lleno contra el suelo, en un sonido que hizo eco en el ambiente por unos segundos.

  Kettei se acercó cautelosamente a Ciel y cargó con suavidad el cuerpo inerte de la Valkiria, quien cayó inconsciente tras las heridas físicas y mentales que se habían acumulado con el pasar de los a?os. El nictibio, cargando el cuerpo, se acercó lentamente al líder, y los espíritus entre ellos se susurraban algo, que es imposible saber qué era. Lo primero que llamó la atención de los espíritus no fue el arma del nictibio, mas su bufanda lo era. Aunque algunos intentaron tocarla; el líder se los impidió. Y este último, con la mirada fija en él, y con una expresión sorpresiva poco común en él, se acercó lo suficiente hacia él para comunicarse. Curiosamente, este no solo hablaba la lengua muerta que los otros espíritus sí, y pudo entablar una conversación clara con el nictibio.

  -------Se quién eres... No creí que esa leyenda fuera cierta. ------admitió el líder, aunque Kettei, ignorando lo que el comandante anticipaba que respondería, cuestionó sobre su raza y por qué la agresividad tan inesperada. Este le explicó que, en realidad, los "Sincolor" no pensaban estar frente al último indicio de aquella masacre, y que los consideraban simples intrusos, aunque expresaron que rezaban para que esa teoría fuera verdadera. No obstante, esto creó más incertidumbres en el pensamiento del nictibio, quien, al darse cuenta de que no buscaban perjudicarle, disminuyó la mirada para sugerir que a Ciel querían causar da?o. El líder de los Sincolor reforzó este prejuicio, se?alando que las Valkirias, como ella, necesitaban ser exterminadas lo más pronto posible, dado que estas sirven a Pyrothas.

  -------?De que estas hablando? -------indagó Kettei con esa pregunta. El lider recalcó brevemente si acaso el, junto a aquella Valkíria buscaban lo mismo que ellos, a lo que el guerrero no titubeó, y al notar que la guerrera yacía en el piso, la cargó con un poco de delicadeza y cuidado, mientras relataba unas palabras ------No entiendo nada de lo que me estas diciendo. Quizá haya escuchado algo, pero no es de mucha relevancia. Y a pesar de que fuera así, no comprendo por qué terminar con ella en particular... Me cuesta ver su espiritu de guerra, que caracteriza a las Valkirias. -----pensó el nictibio, mientras miraba atentamente cómo la Valkiria podía mantener al menos la respiración.

  El líder, al escuchar estas palabras, se dirigió a él lentamente, observando con atención a la guerrera exhausta, no sin antes hacer marchar a sus tropas de vuelta a la aldea y ofrecerle una disculpa, ya que para ellos, no creían que ellos dos fuesen aliados. Dos razas tan diferentes, tachadas de enemigas desde hace muchos a?os. Kettei lo interrumpió con voz firme, explicando que no eran aliados, solo dos seres que buscan lo mismo en aquella tierra.

  Este se hizo entender, y a cambio, aquel le brindó su nombre, el cual era "Vaedrith". Kettei, al momento de escuchar su nombre, quedó en claro que no estaba frente a un sujeto común, ya que este relataba cómo los gobernantes de la sección común los habían condenado a vivir en otra dimensión por toda la eternidad (3), y todo por la misma tonta farsa que había escuchado ya anteriormente, la cual era no querer asistir a la guerra que se libró. El guerrero lo corrigió en tanto comenzaban a caminar hacia la aldea, refutando esa última palabra, "guerra". Este le hizo saber, frunciendo el ce?o, que esa tiranía fue una colusión, y que no hubo cosa más cobarde que ejecutarla durante la noche, cuando todo el pueblo descansaba.

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  El líder se quedó perplejo; estaba claro que ese guerrero pasó por mucho, exterminaron a toda su raza, y que ahora todo el fuego vengativo que abrasaba las almas de quienes perecieron esa noche recaía en sus hombros. Aunque escuchar cómo la cobardía del gobernante de los gobernantes ya había roto cualquier tipo de frontera, y que lo había llevado a hacer eso, hizo que una llama que en su torso aguardaba se encendiera con más viveza que nunca. Esto le dio a entender al nictibio que esta clase de espíritus guardaban el mismo rencor contra los que provocaron la gran guerra.

  Sin embargo, el objetivo principal de aquel rencor iba directamente contra Pyrothas, y posiblemente contra quien haya sido el que planeó tal colusión. Kettei se detuvo por un momento, intuyendo que quizá fue aquel hombre que condenó a su pueblo a la extinción, rechinando los dientes por unos segundos, recordando aquel momento de la fatídica noche en la que ocurrió todo, en la que quizá, el rostro que no lograba recordar ahora se vea mas claro. Ante lo que el nictibio pensaba, Vaedrith le ofreció un lugar para que su compa?era descansara, solo con la condición de que ambos les ayudasen con las defensas y artillería para un posible ataque, ya que quizás el hecho de que una Valkiria y un nictibio se encuentren en una dimensión distinta, tarde o temprano, llegue a los oídos del "Gobernante del Todo" (1), así que debían apresurarse si querían prevalecer.

  Apresuraron el paso, y al llegar a la puerta que daba paso a la aldea, al nictibio le tocó observarla de abajo hacia arriba, ya que el tama?o de esta puerta doble era inmenso, y curiosamente se encontraba cerrada ante ellos. De inmediato el líder ordenó que abrieran tal imponente puerta, y el esfuerzo que aplicaron los guardias daba indicio de que esa puerta no requería ser cerrada desde hace mucho. Ambos pasaron tras la entrada, llegando hasta una aldea primitiva, en la que no parecían destacar muchos detalles, más como los espíritus enfocaban su atención en los dos extranjeros, y de un momento a otro comenzaban a seguirlos de cerca, solo para que Vaedrith los aleje de inmediato.

  Fue cuando al entrar en una caba?a de un espacio un poco reducido, donde el sujeto acomodó una cama con las sabanas un poco deterioradas, y la almohada no parecía estar en su mejor estado, aunque de otra manera no había, así que la acomodó con cuidado en la cama. Seguido para verla como su piel se puso mas pálida de lo normal, y una sombra rodeó sus ojos. Ambos la observaron por unos segundos, solo para dejarla descansar por un rato.

  -------Va a estar bien, no tienes por que preocuparte -----le afirmó Vaedrith con seguridad, mientras se levantaba del asiento, y le daba unas leves palmadas en la espalda al nictibio, quien se negó a creer que este pensaba que algo le inquietaba. Este rio entredientes, enfatizando como no le preocupaba el hecho de que la Valkiria enfermara, mas la coincidencia de que esta buscara un sentido mas allá de la simple guerra, tal y como lo hacian las otras Valkirias, que lo llevó a pensar que el y esta guerrera buscan lo mismo.

  El anfitrión observó de reojo a Ciel, quien aun no despertaba, solo para dirigirse de nuevo hacia el nictibio. Aquel se volvió a sentar para mirar fijamente a la mirada del guerrero, cuya no podía despegarse del rostro de la Valkiria. El silencio se instaló por un momento en la caba?a, solo interrumpido por la respiración pausada de la Valkiria. Afuera, el viento soplaba con un leve silbido, arrastrando hojas secas y susurros de la noche.

  --------?Y bien? ?Por que la recepción tan acogedora? Escuché que no reciben muy bien a los invitados. ------preguntó Kettei, quien sin voltear la mirada, interrumpió a lo que el lider iba a decir.

  --------Quizá a las Valkirias sí... Pero nos vemos obligados a redimirnos por haberla tratado así. ------afirmó Vaedrith, despertando la curiosidad del nictibio, quien soltó al aire un "?Por que?", a lo que aquel espiritu insistió en que el era causante de aquella protección a la guerrera. Segun el, los nictibios eran criaturas con capacidades inhumanas, que eran capaces de desafiar a incluso al mas fuerte de los gobernantes, Pyrothas. Y que por ese motivo, fueron exterminados. La raza de los "Sincolor" fueron algunos cuya fe se vio puesta en que alguien sobreviviría a aquella masacre, y volvería.

  Al pasar el rato, el lider continuaba relatando como representaban la figura del nictibio con una bufanda roja, que lo distinguía de los demas guerreros. Las historias eran muy detalladas, incluso el arma que Kettei usa era tal y como se le fue ilustrada. Aunque tras pasar unos momentos de silencio, en los que la Valkiria aun no presentaba ningun rasgo de estar conciente, se preguntaron que es lo que pasará con las Valkirias al enterarse que una de sus aliadas se encuentra en territorio enemigo, a lo que Kettei contestó esta pregunta que se le fue planteada, indicando francamente que en su caso, no iba a ser de mucha importancia para la madre Valkiria, Skalhildr.

  Con esto en mente, al escuchar el nombre, Vaedrith calló y le dió la espalda al nictibio, no sin antes soltar unas palabras, que sonaban mas a un trato. "Si quieres que toda la tiranía de los gobernantes acabe, ella y tú deberan ayudarnos para preparar el ataque... Estamos planeando una emboscada... Y a cambio de eso, les daré lo que necesiten para su viaje." Estas palabras dejaron pensando al guerrero, quien al quedarse junto a su compa?era, cerró los ojos para darle vueltas a la pregunta.

  Mientras tanto, tras la tormenta ceder, los alrededores se calmaron por unos segundos, antes de que aquel hombre, el cual se caracterizaba por como mantenía la cabeza gacha, y posado de rodillas ante los personajes, se podía denotar como portaba una capa con marcas tormentosas, cuyos rayos parecían moverse con el viento, o con el caminar de Lardken. Tambien su armadura forjada en acero de tierra extranjera estaba da?ada, con marcas de sangre perdida y restos de protección que no volverán con el nunca, como así ambos guantes que portaban llamaba la atención un brillo rojo tenue, reflejaba una runa que era imposible de leer.

  Lardken al escuchar las palabras que Pyrothas soltó de su boca, calló por unos segundos, como si algun evento recordase que esas palabras desencadenaron. ------No volví.... Me ví obligado a regresar -----afirmó con una voz grave y cargada de algun acontecimiento que marcó un antes y despues en el, que en primera instancia fue lo que llamó mas la atención, ademas de su apariencia tan cambiada a como era en el pasado. Al levantar la cabeza mientras relataba estas palabras, se pudo ver como en una parte de su cara, portaba una mascara de cuero desgarrada y asimetrica, rota de un lado, dejando ver como su ojo izquierdo fue lo que hizo que incluso un peque?o escalofrio todos sintieran al observar esa mirada.

  Pyrothas apartó a los presentes, solo para que este diera un paso adelante ante este ser, cuya imponente altura casi igualaba a la del coloso. El Azote se paró firme ante el, y así mismo lo hizo Lardken, solo para que este ultimo tomara la primera palabra antes que el coloso lo hiciera.

  -------?Así que es cierto lo que me dices? ?Un nictibio fue capaz de sobrevivir? -----preguntó "El Caido" (2), quien con el ce?o fruncido veía a traves del Gobernante del Todo hacia quienes estaban detras.

  -------Hemos detectado dos presencias inusuales que atravesaron la niebla negra del lago quien sabe como, y ahora se encuentran en la dimensión espiritual, en la que exiliamos a los guerreros "Sincolor", quienes ahora ya no portan su cuerpo fisico. No mucho pueden hacer solo con su espiritu, aunque... Presiento que uno de ellos... Es el nictibio que relataba la profecía, y que este marcaría el fin del imperio Velmoriano. ------relataba Pyrothas, quien se paró a observar fijamente a la madre Valkiriana, quien frunció un poco el ce?o ante esta se?al, antes de que el coloso prosiguiera. ------Y lo peor de todo, es que una Valkiria lo acompa?a en su mision.-----concluyó.

  Skalhildr al escuchar esto, bajó la cabeza, dejando que una sombra cubra sus ojos mientras caminaba hacia el ventanal que daba la vista hacia el gran lago, cuya niebla, aun espesa lo cubría, solo para intuir quien era la Valkiria que lo acompa?aba. No podía ser otra, pensaba, aquella Valkiria, quien le cortó las alas hace no mucho, por haberse negado a su destino, marcado por a guerra, le hizo creer que no era digna de ser una guerrera, y que aun peor, ahora había forjado una alianza con el enemigo común, y que ahora estan en busca de los "Sincolor", en el cual se encuentra un objeto que puede deshacer la niebla, y permitir el acceso de los guerreros extranjeros a la sección comun.

  Era obvio, la Valkiria había abandonado sus principios, y al parecer buscaba lo mismo que el nictibio en las profecias promulgaban: Acabar con la tiranía de los gobernantes de Velmória. Skalhildr se dirigió hacia Pyrothas, quien se enfocaba en Lardken y como su aspecto había cambiado, solo para ser interrumpido por la reina de las guerreras, quien de inmediato le ordenó que prepare las defensas, ya que la "Segunda Gran Guerra", es inevitable.

  (1): Otro apodo que recibe Pyrothas.

  (2): "El Caído" es una referencia a lo que fue Lardken, alguien que no fue capaz de cumplir con su objetivo, y que cobardemente huyó a tierras extranjeras en busca de olvidar el error que cometió. Lo "caído" realmente es su orgullo como héroe protector de Velmória.

  (3): Se refiere al "Limbo", el mismo círculo del infierno donde los "prófugos" intentan escapar de esta tierra y saciar su sed de vitalidad. La relación de los "Sincolor" y los "Prófugos" es un tema que se tocará más tarde.

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