A diferencia de los lobos, los elfos tienen un reino bien definido en sus poderes, compuesto por un rey y una reina, príncipes herederos, diferentes tipos de nobles con funciones definidas, los guerreros y los plebeyos que eran la fuerza trabajadora principal, aquí los plebeyos eran una fuerza en extremo valorada ya que eran los responsables de dar con su trabajo los frutos para el reino, a diferencia de los reinados antiguos del planeta Tierra donde la opresión y los abusos de los gobernantes hacia los plebeyos era un hecho real y vergonzoso. Los guerreros elfos también eran muy valorados ya que protegían a toda la población.
El reino elfo era enorme, poseía amplios bosques y praderas cuyo límite era casi imposible de precisar, rebozaban de ricas tierras trabajadas por los agricultores del reino, poseían grandes ríos y lagos. Su clima era algo más frío que el de los lobos y las otras criaturas cosa que no era impedimento para tener un vasto reinado con bienestar para toda la población.
Peque?os pueblos agricultores, ganaderos y mineros se encontraban circundando la ciudad capital, rodeada por enormes murallas de piedra marmolada y en cuyo corazón se ubicaba el Palacio real.
Días atrás la tranquilidad de este reino se vio sacudida por ataques de Antraxs. Mucho de sus habitantes jamás habían visto a estos monstruos ya que en miles de a?os no habían sufrido ataques de este tipo.
El lugar donde habitaban estos monstruos estaba muy lejos de los elfos, por eso eran extra?os los ataques producidos.
El capitán de la guardia real se dirigió directamente al palacio tras frustrar el ataque de una de estas cosas malignas, se abrió paso a través de los exquisitos pasillos y solicitó cortésmente audiencia con el rey. Las grandes puertas blancas con detalles en oro separaban al monarca del exterior, estas fueron traspasadas por el capitán, realizó una reverencia y habló con una voz te?ida de preocupación.
-Mi rey, tenemos una cuestión urgente que discutir, nuestro reino ha presentado múltiples ataques de Antraxs en sólo una semana azotando principalmente el ala sur del reino.
El rey Montse se encontraba junto a sus tres hijos quienes oían atentamente la interacción entre su padre el rey y el capitán de la guardia real.
- ?Cuál es la condición de las alas atacadas? - esta es la primera pregunta del gobernante que sentía gran preocupación por la seguridad de sus súbditos.
- Tres pueblos fueron da?ados, presentando casas destruidas y tres elfos fallecidos. Si no fuera porque nuestros hombres y mujeres saben pelear, el da?o hubiera sido mucho peor. Hemos dispuesto soldados en todos los pueblos y alrededor de nuestra capital atentos a cualquier indicio de ataque para sonar las alarmas y luchar frente a los Antraxs.
- ?Se sabe la causa tras estos ataques?
- Aun no sabemos las causas ni su motivación. No hemos visto a Antraxs en más de cinco mil a?os y el lugar donde residen queda extremadamente lejos del reino. En general estos monstruos prefieren las emboscadas más que el ataque directo y sus ataques deberían ser principalmente en la oscuridad y cerca de los bosques, sin embargo, estaban atacando a plena luz del día tras recorrer miles de kilómetros, no tiene sentido. Nuestros espías apostados en el continente nos han informado que estos monstruos están atacando también a las manadas de lobos y a otros seres.
- Padre - Hablo Damián el príncipe heredero al trono – días antes de los ataques, yo tuve una serie de pesadillas en que nuestra gente se veía arrastrada a una guerra maldita. Lobos, magos, enanos y otros seres del continente peleábamos codo a codo en post de batallar contra una gran fuerza maligna.
Todos los presentes dentro de la sala lo vieron como una premonición. Si bien aún no estaban en guerra, es probable que comience una muy pronto y deben tener aliados para dar frente a la plaga de oscuridad que se avecina.
La sala se sumió en silencio. Cada hombre observaba el rostro del príncipe heredero mientras sus mentes procesaban la información.
-Crea una comitiva – Finalmente rompió el silencio el rey Montse - Viajaran a la tierra de los lobos hasta la manada Luna Azul ya que es la más fuerte de los cambiaformas.
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-Padre – Ezequiel el segundo príncipe hablo apresuradamente antes de que otro lo hiciera – me ofrezco a ir en la comitiva.
Mientras todos hablaban, Damián miro a su costado derecho sintiendo una presencia conocida para él, susurrando para si el nombre “Liki”, pero no pudo ver nada, y tan rápido como la sintió desapareció, dejando un dejo de tristeza que logro disimular. Su pecho se apretó, le costó un minuto sobreponerse para recuperar su alma y seguir el hilo de esta importante reunión.
-Viajaran en una comitiva peque?a- Interrumpe el monarca – conformada por seis hombres. Damián, Ezequiel, Asten y tres guerreros.
Antes de ponerse en camino, enviaron un mensaje a través de un alcón a la manada Luna Azul e iniciaron su viaje antes de recibir respuesta de la manada, fuera cual fuera su respuesta irían de todas formas.
La comitiva de seis elfos se puso en marcha sobre sus caballos. Estos gloriosos animales de perfil recto y rasgos melódicos de esbelta figura presentaban extremidades finas y aplomos correctos. Su conformación es fuerte y resistente, características excelentes que complementaban la Fuerza de aquellos hermosos elfos.
Tardarían varios días en llegar a la manada Luna Azul si todo salía bien y no presentaban contratiempos grabes durante su vieja. Cargaron provisiones suficientes y protegieron sus cuerpos con ropa de batalla, sus armaduras eran gloriosas en color oro y plata, pertenecían a un metal desconocido por muchos, algo extremadamente resistente a pesar de su finura y peso ligero pero excelente para maniobrar ágilmente sus cuerpos y armas, definitivamente de gran confiabilidad en la protección de sus cuerpos.
Todos cargaban espadas, pero Damián además cargaba arco y flecha ya que era el mejor arquero del reino.
Y así comenzaron su travesía. El camino no estuvo exento de peligros. En la medida que avanzaban iban encontrando Antraxs que atacaron sin piedad, aún sorprendidos por el tama?o de esos monstruos y por el comportamiento no habitual de ataque directo, ya no de emboscada que suelen tener esas cosas.
En el reino, un ejército de más de cien mil elfos se preparaban silenciosamente para estar listos frente a cualquier ataque, eran tiempos peligrosos y estaban a la espera de las ordenes de su majestad Montse.
Mientras tanto en la manada Luna Azul, estaba en marcha los preparativos para alojar exitosamente a los diferentes Alfas de las manadas del continente y a los elfos que solicitaron en primera instancia el encuentro que sería la primera mega reunión.
Caspian totalmente recuperado de sus heridas, recopilaba información desde todos los frentes. Lo sospechaba, pero igual se sorprendió saber que otras criaturas también estaban siendo asediadas por Antraxs. Tanto enanos y magos solicitaron participar de este encuentro para decidir junto a todos el futuro de estos eventos.
Poco a poco fueron llegando comitivas de todo el continente generalmente conformadas por cinco a seis individuos representando a las más altas autoridades de cada pueblo.
Los primeros en llegar fue la comitiva de la manada de Aulladores, su Alfa fue amigo de los padres de Caspian y lo conocía desde que era cachorro.
Ambos Alfas y sus Betas estaban hablando dentro de la sala de guerra.
El Alfa Tareg en su mediana edad, gigantesco como todos los Alfas, hablaba en un tono te?ido de preocupación:
- Los ataques de los Antrax han causado estragos en mi manada, son culpables de la muerte de al menos diez de mis hombres además de dos hembras y tres cachorros, hemos atrincherado a nuestra población y dejamos a nuestros guerreros circundando la manada para frustrar los ataques ya que las muertes fueron por estar desprevenidos. Necesitamos actuar con fuerza, atacar a todos esos monstruos - ésta última frase dicha en un tono evidentemente exasperado y lleno de rencor.
Xioma interrumpió – Alfa Tareg, somos testigos de la gran fuerza de ataque de estos monstruos, pero antes de tomar decisiones apresuradas y cometer alguna imprudencia debemos esperar al resto de las comitivas.
-Mi Beta tiene razón, esperaremos a los demás- dijo Caspian.
Frustrado, el Alfa Tareg junto a su Beta dejaron la sala de guerra.
Tras cerrarse la puerta Xioma se comunicó a través de su enlace mental. - Cas, te hable de todo lo acontecido durante el último ataque, nuestra luna desintegro a ese monstruo, di la orden de guardar silencio a todos los presentes, fue una prohibición absoluta de divulgar lo acontecido.
-Fue una sabia decisión, no podemos arriesgarla, no quiero que otros la utilicen como un arma poniendo en riesgo su vida. Por lo que me dijiste, ni siquiera ella esta consiente de sus poderes.
-Pero ?qué haremos cuando la vean? -Interrumpe el Beta - son evidente sus diferencias físicas y todos preguntarán, no podemos encerrarla ya que no es nuestra prisionera, además encerrarla solo conduciría a poner más trabas y distancia en su relación.
Los lobos se quedaron debatiendo que hacer frente a este problema, ya había llegado la primera comitiva, pero aún faltaban barias de ellas y no quería arriesgar a su Luna, aún no está marcada y sería difícil exigir un trato adecuado al de una Luna ya que tampoco podía informar que era su mujer si aún no existía una clara relación entre Luz y el Alfa. En conclusión, Xioma insto a Caspian a hacer todo lo posible en acortar la distancia entre ellos, conquistarla y lograr hacerla su Luna en el menor tiempo posible.