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02. Secretos en el Parque

  Aquí está el segundo capítulo. A partir de ahora intentaré publicar uno nuevo cada lunes. ?Gracias por leer!

  ?Riiiiiiing!

  —Mmm…

  ?Riiiiiiing! ?Riiiiiiing!

  —Nooo…

  ?Riiiiiiing! ?Riiiiiiing!

  —Aaaagh, maldita alarma...

  Odiaba ese momento del día en que tenía que dejar la cama, pero hoy era incluso peor. El aire frío me golpeó apenas me destapé, y un escalofrío recorrió todo mi cuerpo.

  Me senté a duras penas y me estiré, intentando sacudirme la pesadez. Me sentía como si hubiera corrido una maratón mientras dormía.

  Después de un desayuno ligero, salí rumbo a la escuela. Normalmente, me encontraría con Haruka de camino e iríamos juntas, pero hoy ella no asistirá a clases, así que me tocaba ir sola.

  La ma?ana pasó sin incidentes... al menos, en apariencia. No podía concentrarme. Los profesores lo notaron, claro, y terminé recibiendo más rega?os de lo habitual.

  Cuando al fin llegó la hora del almuerzo, pensé que por fin tendría un respiro. Pero no.

  —?Noa-san, Noa-san! ?Sabes algo de Haruka-sama? —Fanática 1.

  —?Por qué no vino hoy? ?Le pasó algo? —Fanática 2.

  —?Cuéntanos, cuéntanos! —Fanática 3.

  Rodeada. Otra vez. Como siempre, el club de fans de Haruka no perdía oportunidad para agobiarme. Ella es muy popular: hermosa, talentosa en los deportes, con modales impecables y esa atmósfera distante y elegante que vuelve locas a las chicas. Incluso tiene su propio club de admiradoras.

  Claro que yo soy inmune. La conozco desde que teníamos cuatro a?os.

  Les expliqué que Haruka había faltado por un asunto familiar, sin entrar en detalles. Me costó un buen rato convencerlas, pero al fin se alejaron.

  Suspiré aliviada. Nunca me sentí cómoda lidiando con ellas. En mi primer a?o en el instituto, sus celos por mi cercanía con Haruka hicieron que me acosaran durante semanas. Eso hasta que Haruka se enteró... y les dejó muy claro que no lo permitiría. Aún recuerdo las caras pálidas de esas chicas cuando se enfrentaron a su ira.

  Jeje… si supieran. Conozco tanto sus lados brillantes como su lado torpe. He visto cosas que ese club jamás imaginaría.

  Miré mi almuerzo y suspiré. Me quedaba poco tiempo. Las fanáticas me habían hecho perder casi todo el descanso.

  Comí lo más rápido que pude y volví a clase justo a tiempo. Pero concentrarme era imposible.

  Did you know this story is from Royal Road? Read the official version for free and support the author.

  Las imágenes de anoche volvían una y otra vez.

  La figura de Haruka surgiendo de entre las sombras. El monstruoso gato acechando. Los pinchos de hielo que brotaron de la nada, atravesándolo. Su rostro iluminado por la luz mágica, la noche envolviendo todo como un escenario de fantasía... y luego, esa lanza negra que salió disparada hacia mí, atravesándome el pecho.

  Mi cuerpo cayendo, el dolor, la oscuridad...

  Pero lo que realmente no me dejaba en paz fue lo que ocurrió después.

  ---

  —Ugh...

  Mi cuerpo dolía. Apenas abrí los ojos, una voz suave me llamó.

  —Mochi, despierta.

  —No quiero... cinco minutos más —murmuré, acurrucándome. La almohada era tan cálida, tan cómoda...

  Me giré, buscando más confort.

  —Huele bien...

  Comente sin pensar, este olor me es familiar.

  —?M-Mochi, de-detente!

  Esa voz. La reconocí de inmediato. Haruka.

  Mi corazón dio un salto y los recuerdos volvieron de golpe: la lanza, la oscuridad, el monstruo.

  Me incorporé bruscamente, jadeando, llevándome las manos al pecho... Pero no había herida. Ni sangre. Mi uniforme estaba intacto.

  —?Qué pasó? ?Dónde estoy?

  —Tranquila, Mochi. Ya estás a salvo.

  Haruka estaba arrodillada junto a mí, el rostro levemente sonrojado, miré hacia abajo y entonces lo entendí: su regazo había sido mi almohada.

  Ella también pareció notarlo, porque se puso de pie de inmediato, intentando actuar como si nada. Esa torpeza suya... siempre me ha parecido adorable.

  —Haruka, ?qué era esa cosa? ?Cómo hiciste eso con el hielo? ?Fue increíble! ?Yo también podría...?

  No podía contener la emoción. Le lancé pregunta tras pregunta, pero ella solo me respondió con evasivas. Dijo que no podía contarme nada todavía, pero que después de clases vendría a buscarme y me explicaría todo.

  Acepté a rega?adientes. Me acompa?ó hasta la puerta de mi casa y se despidió.

  ---

  ?Ding dong!

  El timbre del final de clases me sacó de mis pensamientos. Guardé mis cosas lo más rápido que pude y salí.

  Pero me detuve al recordar algo.

  —?Dónde se supone que debo verla?

  Pensé en llamarla, pero no hizo falta. Al llegar al parque cercano a la escuela, allí estaba ella. Esperándome.

  —?Cómo estás, Mochi? ?Te sientes bien? ?Notas algo extra?o?

  —?Haruka, tranquila! Estoy bien, estoy perfecta. Ahora cumple tu promesa y cuéntamelo todo.

  Ella asintió con seriedad.

  —Lo que te voy a contar es confidencial. No puedes decírselo a nadie, ?de acuerdo?

  Asentí en respuesta, mi corazón late muy rápido, realmente estoy emocionada.

  —Esas cosas que te atacaron anoche se llaman “Anomalías”. Son seres sobrenaturales que viven en las sombras y se alimentan de humanos.

  —?Entonces las desapariciones recientes...?

  —Seguramente, sí. Las anomalías se hacen más fuertes al devorar personas.

  Un escalofrío me recorrió la espalda. Estuve al borde de ser comida por una criatura como esa...

  Pero, más allá del miedo, algo se encendió en mí: emoción. Curiosidad. Fascinación por lo desconocido. Es como estar dentro de un manga.

  —?Y el gato gigante? ?También era una anomalía? ?Por qué estaba encerrado en ese altar?

  —Parece que fue una antigua deidad local, venerada cuando esta ciudad aún era solo un pueblo. Con el tiempo fue olvidada, y lo que queda de ella... se transformó.

  —?Pero eso fue hace más de cien a?os…?

  —Las anomalías existen desde tiempos inmemoriales. Siempre han estado aquí.

  —?Cómo sabes todo esto? ?Y lo del hielo? ?Cómo hiciste eso?

  Haruka guardó silencio un momento, y luego, con una expresión firme, respondió:

  —Formó parte de una organización que se encarga de enfrentar a las anomalías. Se llama Occult Hazard Response Agency.

  —?Oc… qué?

  —Llámala OHRA. Y esta es mi arma —sacó un abanico de cristal—. Gracias a esto puedo luchar contra ellas.

  Me brillaron los ojos.

  —?Qué genial! ?Quiero uno!

  Me acerqué para verlo mejor, pero lo guardó enseguida.

  —Muuu, sólo quería echarle un vistazo…

  —Eres un poco torpe, Mochi. No quiero que te lastimes. Esto no es un juguete.

  —?Pero al menos muéstrame cómo haces magia!

  —Concéntrate. Hay algo más importante. El gato… no desapareció.

  —?Qué?

  —Se escondió. Dentro de ti.

  Me se?aló el pecho con seriedad.

  —Mochi, esa anomalía está poseyéndote.

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