John se encontraba sentado solo en un cuarto iluminado levemente por velas de color púrpura que lentamente se consumían, liberando en el aire el aroma a lavanda y mora. Desde su regreso a Santuario, habiendo pasado la información que encontraron en el bar a Narciso, lo único que podía hacer era esperar la llamada a la acción. Decidiendo pasar su tiempo tratando de controlar sus habilidades, se encontraba en un cuarto de entrenamiento dise?ado para soportar cualquier tipo de poder, incluso aquellos fuera de control, por ende, podía practicar sin riesgo a que nadie más saliera lastimado. Enfrente de él, a unos pocos metros, una esfera de goma del tama?o de una pelota de tenis se encontraba en un pedestal, el aspirante la mira y con la mano extendida hacia ella, se concentra tratando de aclarar su mente y respirando hondo vuelve a mover el Ether hacia su Enki, el proceso es más difícil de lo que pudiera parecer en un principio, la energía entrando rápidamente al órgano, pero no queriendo salir tan fácilmente, luego de unos minutos de fallar constante mente, frustrado, baja el brazo, tal vez, está distraído por lo que acaba de pasar hace unas horas, el conocimiento que los recuerdos que están plagando su mente son un reflejo de la vida de su abuelo, sumado a que por algún motivo, una fuerza mayor y desconocida hizo que la mayoría del mundo se olvidara de él, lo asustaban más de lo que se sentía cómodo admitiendo, además la idea de que deberá hablar con su madre para descubrir cualquier información que la mujer pudiera tener sobre la situación tampoco ayudaba, no odiaba a su madre, solo se sentía abandonado, eso es algo que aprendió con el tiempo y la ayuda de Evergreen, pero la última vez que se vieron cara a cara ambos dijeron cosas que son difíciles de perdonar, pero quien sabe quizás su presunta muerte allá hecho posible una posibilidad de reencuentro, después de que discutamos el tema de su sorpresiva resurrección.
Moviendo las preocupaciones fuera del foco de su mente, cierra los ojos mientras respira lenta y profundamente, buscando una forma de hacer que el Ether lo obedezca. Sigil le dijo que solo podría ense?arle lo básico y que el resto debería encontrarlo él mismo, cosa que era mucho más fácil decir que hacer. El Ether púrpura era mucho más difícil de utilizar que el violento Ether rojo que se comporta como si quisiera ser usado, o el verde que amablemente se deja guiar por el arcanista. Es una energía más terca, que se niega a moverse cuando uno se lo pide, no importa cuán fuerte uno lo intente. Su cerebro, intentando encontrar una solución al dilema, repasa lo que el hombre sabe, para encontrar una pista sobre cómo proceder, el Ether púrpura tiene dominio sobre el espacio en sí, puede crear aberturas a un lugar conocido como el interior en donde centímetros se convierten en kilómetros y viceversa, con esto los Sarashai pueden transportar personas u objetos grandes distancias en cuestión de minutos o segundos, eso es lo que le comento Sigil pero no explicó que es exactamente el interior, John asumía que era un espacio afuera del universo, algo como un plano intermedio, más comprimido que la realidad que el existía pero por la experiencia que había tenido cuando lo cruzó aquella vez con Oliver sentía que era algo más, a riesgo de parecer desquiciado, si esa palabra significara algo a esta altura, pensando en los momentos que pasó en el lugar y volviendo al nombre que le dieron al espacio tal vez si estaba adentro de algo, algo vivo. La idea era demasiado grande, demasiado extra?a para continuar con el pensamiento, así que, pivotando hacia otro concepto, uno que sea más fácil de digerir, se centra en otra parte del proceso. En pocas palabras, se podía resumir el uso del Ether púrpura como la creación de 2 puertas, una de entrada y una de salida, pero ?qué tal si no es así? ?Tal vez la idea de que es él el que está creando las puertas es una idea equivocada? Quizás, en vez de crear las puertas, lo que está haciendo es solamente abrirlas; por ende, el Ether púrpura, más que una puerta, es una llave.
Aferrándose firmemente a este pensamiento empieza a mover el Ether a su mano mientras imagina la forma de una llave, en ese momento la energía que antes estaba anclada férreamente a su Enki empieza a fluir sin detenerse y al llegar a su destino forma una rústica llave de color púrpura, llevando su mente hacia la pelota de goma usa la nueva llave en el aire, casi al instante esta abre un espacio en la negrura detrás de sus ojos, mostrando el conocido espacio del interior, a pocos centímetros otra se crea y detrás, al alcance del hombre, se puede ver el pedestal en donde la esfera se encontraba posada, John estira el brazo cruzando el umbral, mientras lo atraviesa puede sentir que su cuerpo es ligeramente movido por una corriente invisible y su piel es estirada para todos lados. El conocido sentimiento todavía es incómodo, así que rápidamente toma lo que está buscando y, apenas termina de retirar la mano, retrae el Ether, cerrando la abertura como si nunca hubiera estado ahí. Sintiendo el material gomoso en sus manos, abre los ojos y puede ver cómo el pedestal se encontraba vacío; él ahora tenía la pelota en su mano derecha. John sonríe sintiendo que acaba de realizar un gran avance en su dominio del Ether, pero el sonido de una llamada hace que su celebración sea corta. Atendiendo la voz de Line, se puede oír del otro lado— John, tengo la info que buscabas. Narciso me dijo que te dijera que nos vemos en la sala de reuniones; los demás miembros del equipo de campo acaban de volver y estará ahí en breve.
—Estoy en camino— dice el hombre intentando levantarse y trastabillando en el proceso, se ve que lo que acaba de hacer tomó mucho esfuerzo de él, así que usando la pared como apoyo se acerca a la puerta y cruza el umbral saliendo al pasillo.
El aspirante avanza lentamente, caminando por el pasillo que daba a la sala de entrenamiento, pesadas puertas de madera negra grabadas con runas lo flanqueaban. Cuando estaba a punto de llegar a las escaleras que descendían hacia el patio exterior, una de estas se abre y de dentro la figura de Evergreen aparece.
—Hermana Evergreen, qué sorpresa verla. ?Cómo está? —pregunta cordialmente el hombre luego de detenerse en seco al ver a la mujer.
—Ho, hola, John, bien, bien, voy en camino a la sala de reuniones, me están esperando— contesta la mujer, empezando a bajar las escaleras.
—?Qué casualidad! Yo también voy para ese lado, vallamos juntos —exclama John con una sonrisa mientras se coloca al lado de la mujer.
Ambos continúan bajando en silencio por los primeros escalones; mirando de reojo a la mujer, él pudo notar cómo el color verde de su pelo, que antes cubría solo las puntas, se había extendido hacia casi la mitad de su cabellera, clara se?al de que la bendición o mancha que el Ether provocaba se había extendido. El aspirante duda por unos instantes, no sabiendo si preguntar sobre el avance de su condición es algo educado de hacer, pero, como si sintiera la incomodidad del hombre mientras Evergreen toma su cabello, comenta— Estoy bien, John, hace poco usé más de mis poderes de lo que debía y terminé pagando el precio, pero no te preocupes, estoy bastante lejos de romperme.
—Bien, bien— el aspirante repite mientras asiente, no sabiendo qué decir, pero sintiéndose aliviado por las palabras de la doctora.
Luego de unos segundos de silencio, Evergreen mira al hombre y sonríe mientras pregunta— Abi me contó que conociste a su hermano, dime, ?qué te pareció? Cuéntame todo el chisme.
John sonríe agradecido por el bien calculado cambio de conversación que hace el resto de la travesía a la sala de reuniones mucho más afable. él le cuenta de su a?o nuevo, de la revelación que tuvo y lo que descubrieron en el bar, además de lo que sucedió en la calle sin salida, así que para cuando cruzan el umbral, Evergreen ya estaba al tanto de la información que el aspirante sabía.
Apenas cruzan la puerta, pueden notar cómo todos los miembros del equipo de campo se encontraban revisando diferentes papeles desperdigados por la gran mesa enfrente de ellos.
—Blackmount, ?estás seguro? — pregunta Smith con incredulidad.
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—Sí, Line lo confirmó, el reconocimiento facial de los conductores de la van es parte de Opter, un grupo paramilitar que es usado por Sacarias Blackmount como su equipo de ataque.
— ?Qué más sabemos de Opter? — cuestiona Dolche mientras pasa la hoja de un informe policial.
Ante la pregunta, Narciso aprieta un botón del control que tenía en su mano, haciendo que apareciera un proyector que proyecta un PowerPoint en la pared detrás de él. A medida que pasa las diapositivas, va explicando —Son magos de batallas que hacen lo que el ex patriarca de los Blackmount quiera. El Buro los tiene como principales sospechosos en varios incidentes de extrema violencia, pero como fueron entre arcanistas, el gobierno no se esforzó mucho por arrestarlos. Su líder, Anastasia Balsin, es una arcanista criminal rusa buscada por la Interpol por crímenes de lesa humanidad en 12 países diferentes; es conocida por usar magia de emisión de maneras particularmente crueles.
La imagen de una mujer joven de pelo rubio platinado, piel pálida y ojos color gris aparece en la pantalla para luego ser reemplazada por varias imágenes de cuerpos cuyas extremidades habían sido cortadas, dejando solamente un torso y una cabeza. Acercándose a la pared para analizar las heridas más de cerca, John puede notar como sea lo que sea que lo provocó las cauterizó casi de manera inmediata, habiendo prolongado la vida y el sufrimiento de la víctima por mucho más tiempo, haciendo que al final murieran del shock por el dolor antes que el sangrado.
—Carajo, qué horrible forma de morir— dice John frunciendo profundamente el ce?o ante lo que ve y dándose vuelta hacia Narciso, agrega— ?Sabemos dónde están?
—Sí, según Line están en algún lugar de la zona sureste del Basural— responde Narciso mostrando un mapa de la ciudad de Hope.
—Tiene sentido, la mayoría de ese lugar son almacenes y parcelas de tierra vacías, suficientemente lejano y aislado como para dejar a una persona secuestrada— dice Talón mirando el mapa.
—Además, que, si tienes que sacarle información a alguien, el olor claramente ayuda— comenta Lorena mientras asiente.
—Si bien redujimos el área de búsqueda, todavía abarca decenas de kilómetros. ?Hay alguna información más que nos permita encontrar el lugar exacto en donde tienen cautivo al se?or Goscri? —cuestiona Smith mientras piensa en alguna forma de responder a su pregunta.
—Tengo a alguien trabajando en eso, en cualquier minuto nos llegará la inf... —empieza a decir el hombre solo para ser detenido por la vibración de su teléfono. Narciso no dice solo mira el mensaje que le acaba de llegar y con una sonrisa agrega— Gente, Abigail encontró el lugar, tienen 6 horas para prepararse.
Todos asienten y empiezan a moverse buscando planos del lugar, preparando equipamiento, analizando informe de tácticas usadas por Opter en el pasado y cómo contrarrestarlas, todo lo que pudiera ayudar en ganar un conflicto directo contra uno de los más grandes poderes de la ciudad.
A pesar de sus mejores intenciones, John no tenía nada que aportar a esta situación y se resignó a ayudar a sus compa?eros siendo un chico de los recados, llevando papeles de aquí para allá o llevando algo de café y comida a quien lo necesitara.
Para cuando era de noche, el equipo de campo más Narciso y Evergreen se suben a una van negra. Una vez que todos están adentro, esta arranca y se empiezan a mover en dirección a la ciudad.
—Bien,gente, repasemos el plan, el objetivo es un almacén abandonado en el interior del Barrio Melina Sharp; según Abigail, la mayoría de las fuerzas que estaban hace unos minutos se han retirado, dándonos una oportunidad de entrar y rescatar al objetivo. Esta va a ser una operación de entrar y salir; no queremos, repito, NO queremos enfrentarnos a Balsin. La mujer es una bestia en cuanto a combate y como mago de emisión es extremadamente letal en un enfrentamiento directo. En el caso de enfrentarnos a ella, el objetivo principal sería ganar tiempo para escapar. ?Estamos claros o alguno tiene una pregunta? — explica Narciso, tomando liderazgo de la operación.
Nadie dice nada, todos centrados en la misión, preparándose física y mentalmente para lo que va a venir. Narciso se sienta al lado de Talón y empieza a repasar por última vez los planes de ingreso y escape, asegurándose de que no se obviara algo importante.
Y así los minutos pasan, el vehículo moviéndose en dirección este, pasando por el barrio industrial. Con cada cuadra que pasan, el paisaje de barrio obrero se va transformando en un panorama cada vez más desalentador y, cuando el olor a basura lentamente se empieza a arrastrar por sus narices, saben que han llegado al barrio del basural. John estaba mirando hacia afuera por los vidrios polarizados de las puertas traseras, tratando de ahogar los nervios que le revuelven el estómago mientras se pregunta a sí mismo si cuando se enfrentara a otras personas podría realmente jalar el gatillo, pregunta que pronto tendría respuesta, solo espera que al final del día sea la correcta.
Con el olor nauseabundo de la basura descartada, mugre humana y desesperación llegando a niveles casi insoportables, el auto se mete entre edificios abandonados; revisando por última vez el equipo, se aseguran de que sus chalecos antibalas estén bien ajustados y sus rifles automáticos o escopetas tengan suficiente munición.
—Abigail, ?qué ves en el aire? — pregunta Narciso levantando la cabeza de su teléfono.
—Todo sigue igual, voy a hacer otra pasada por las dudas, pero hasta ahora no hay ningún cambio relevante— responde la mujer mientras vuelve a cerrar los ojos, concentrándose.
Cuando se encontraban a una cuadra del objetivo, se detienen detrás de un almacén, ocultando el vehículo detrás del gran edificio. Bajándose, Mikail, Lorena, Dolche, Narciso, Talón, Evergreen y John se colocan en posición, uno detrás del otro, cubriendo todos los ángulos por donde pudiera aparecer un enemigo. Luego de asegurarse de que la posición es segura, comienzan a avanzar a su destino, siendo guiados por los ojos en el cielo de Abi. Llegando al edificio Talón y Dolche se adelantan en silencio y rápidamente se encargan de los guardias de la entrada mientras que Mikail y Smith rodeaban el edificio para encargarse de aquellos que custodiaban el lado contrario, una vez que Abigail les dio el Ok entran rápidamente esperando encontrar más resistencia dentro del almacén, pero para su sorpresa lo único que hallan entre las paredes del lugar es un hombre anciano atado a una silla iluminado por un singular foco, el radio de luz que provenía de este muestra una macabra escena, una gran cantidad de sangre ba?aba no solo la silla en donde estaba sentado sino los alrededores, lo que explicaría por qué esta persona esta apenas consciente.
John lo mira horrorizado, una ola de recuerdos inundándolo al verle la cara hinchada por la brutal paliza que le dieron al hombre, un nombre llegando repentinamente a su cabeza, Matthew, junto con el recuerdo de los días en el puerto, las noches jugando a las cartas, recuerdos de cómo fue su padrino en su casamiento y cómo él fue el padrino en el de él, recuerdos de una vida que no era suya, pero que al final del día sentía propios y lo dejaban con una mezcla de sentimientos que iban desde la nostalgia, pasando por la felicidad y la pena, terminando en la ira al ver el estado en el que lo habían dejado. Mientras se encontraba en el trance de sus recuerdos, sin darse cuenta, el aspirante rompe formación, avanzando dentro del círculo de luz que proveía el foco, y cruza la vista con Matthew. El hombre reconoce que alguien entra al rango de su visión y a duras penas mueve la cabeza para ver si sus captores habían vuelto para terminar el trabajo, intentando poner una cara valiente ante el inevitable final que le espera, pero al centrar sus desenfocados ojos en la figura de John, lo único que puede producir es una expresión de sorpresa.
—No puede ser, ?Aure...— empieza a decir el hombre solo para ser silenciado por un rayo de luz sordo que atraviesa su cráneo esparciendo su cerebro por las inmediaciones.
Todo pasó tan rápido: en un momento estaba recordando buenos momentos con lo que sentía era un viejo amigo y en el otro estaba en el piso, un ardor insoportable en el hombro derecho, provocado por la falta de la extremidad que había sido cortada limpiamente por el haz de caliente luz que lo impactó a una velocidad que le fue imposible esquivar. Arrastrándose para ponerse a salvo, el caos empezaba a desatarse a su alrededor, sus aliados tratando de repeler la emboscada en la que se encontraban.
El cerebro del hombre busca una forma de salvarlo, tratando de ignorar el dolor y el terror que sobrecarga su sinapsis; comanda a John que busque cobertura lo más rápido posible. Observando sus alrededores, encuentra un par de cajas que podrían servir para ese propósito, pero mientras trata de ponerse a salvo, mira hacia un costado y nota un brazo conocido en el suelo, el suyo. Apretando los dientes y aprovechando la adrenalina que todavía circula por su cuerpo, comienza a arrastrarse en dirección a él. Cuando llega, lo toma en su mano y vuelve a arrastrarse en dirección de las cajas mientras balas y hechizos vuelan sobre él, impactando a su alrededor. Llegando a resguardo, coloca la espalda en contra de los contenedores e intenta pensar en el siguiente movimiento que lo ayude a salir de aquí vivo.