Jhon aún respiraba con dificultad, su cuerpo adolorido por los múltiples golpes recibidos. Su visión estaba nublada, su pulso acelerado. Cada intento de moverse era una lucha contra el dolor que recorría su espalda y brazos como brasas ardiendo en su piel. Sombra, sin perder tiempo, se giró y comenzó a caminar hacia el altar, su mirada fija en el brazalete encerrado en cristal.
Pero Jhon no estaba listo para rendirse.
Con una determinación desesperada, se incorporó lentamente, sus músculos protestando con cada movimiento. Su cuerpo le pedía que se detuviera, que dejara de intentar luchar contra lo inevitable. Pero su espíritu seguía firme. Sin dar aviso, con cada gota de fuerza que le quedaba, Jhon se lanzó hacia Sombra y le golpeó con un pu?o en la espalda.
El golpe fue directo y, por un momento, pareció surtir efecto. Sombra, sorprendido por el ataque inesperado, cayó al suelo de rodillas, con los dientes apretados. Se inclinó levemente hacia adelante, sintiendo el impacto en su columna, pero no tardó en recuperar el equilibrio. Giró la cabeza lentamente hacia Jhon, su mirada llena de furia.
Jhon retrocedió un paso, jadeando, pero su rostro mostraba una expresión desafiante. "?No era que mis golpes no te hacían nada?" escupió, con una sonrisa temblorosa en su rostro.
Sombra permaneció en silencio por un instante, como si estuviera evaluando las palabras de Jhon. Luego, su expresión se tornó en una sonrisa llena de desprecio. Sin decir nada más, giró sobre sí mismo y lanzó una patada rápida y precisa al rostro de Jhon. La fuerza del golpe fue devastadora. Jhon sintió cómo su mandíbula crujía con el impacto, su cabeza girando violentamente hacia un lado mientras su cuerpo era arrastrado por la fuerza de la patada.
Sombra se quedó de pie, observando a Jhon retorcerse en el suelo. "Pues ese golpe no fue la gran cosa," dijo con calma, sacudiéndose el polvo de su túnica. "Además, no puedes compararte conmigo, eres una miserable basura de nivel 55." Sus ojos brillaron con una chispa de arrogancia mientras se inclinaba ligeramente hacia adelante. "Yo tengo el nivel 75. Y con el brazalete... conseguiré el nivel 88, quizás más." Se encogió de hombros, como si la diferencia fuera insignificante. "Así que no podrás detenerme nunca."
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Las palabras de Sombra resonaron en la mente de Jhon como una sentencia. Pero algo en su interior se rehusaba a aceptar la derrota. A pesar del dolor, a pesar de la desesperanza, Jhon apretó los dientes y se puso de pie. Su visión seguía siendo borrosa, sus piernas temblaban, pero su determinación no había flaqueado. Respiró hondo y se lanzó nuevamente hacia Sombra, esta vez sin ninguna estrategia, sin precisión, sin pensar.
Sus pu?os se movieron a lo loco, golpes descontrolados que apenas rozaban el cuerpo de su adversario. Sombra simplemente observó el patético intento de ataque con indiferencia. "Patético," murmuró.
De un solo movimiento, atrapó a Jhon por la garganta y lo levantó en el aire. Su agarre era tan firme que Jhon sintió que sus pies ya no tocaban el suelo. Antes de que pudiera reaccionar, Sombra movió su otra mano hacia la espalda de Jhon y lo posicionó con precisión. Entonces, sin piedad, lo impulsó hacia abajo con toda su fuerza, haciendo que la columna de Jhon impactara directamente contra la rodilla de Sombra.
El sonido fue seco. Un crujido aterrador resonó en la habitación.
Jhon sintió un dolor indescriptible recorrer su espalda. Su visión se oscureció completamente por un momento, y un grito sofocado salió de su garganta antes de que su cuerpo se desplomara al suelo como un mu?eco roto. No podía moverse. Apenas podía respirar. Su cuerpo entero estaba paralizado por el dolor. Solo podía mirar, con la vista nublada, cómo Sombra se aproximaba al altar.
Jhon observó impotente cómo su enemigo extendía la mano y tomaba el brazalete, rompiendo el cristal que lo protegía con facilidad. El artefacto emitió un brillo oscuro, como si respondiera a su nuevo due?o. En ese instante, toda la habitación iluminada se oscureció de golpe.
La luz cálida desapareció, reemplazada por una sombra densa que cubría cada rincón del lugar. El aire se tornó helado, opresivo. El poder del brazalete comenzaba a manifestarse.
Sombra miró hacia abajo, viendo el cuerpo inerte de Jhon. Se inclinó levemente hacia él con una sonrisa de satisfacción. "Nos vemos en otra ocasión, Jhon," dijo con una voz llena de triunfo. Y entonces, su cuerpo comenzó a desvanecerse en las sombras de la habitación.
Jhon sintió cómo el mundo a su alrededor se desvanecía con él. Su respiración se volvió más lenta, su conciencia se apagaba poco a poco. Todo lo que veía se oscureció completamente.
Y finalmente, el dolor lo arrastró al abismo de la inconsciencia.